Conjunto residencial Pasaje Santa Fe
Introducción
Por la problemática de escasez de viviendas en Ciudad de México para parejas jóvenes de clase media, habituadas a vivir en amplios espacios ajardinados; en Pasaje Santa Fe se buscó hallar una solución a esta situación edificando pequeños apartamentos, pero con una alta calidad de vida.
El encargado de este proyecto fue el arquitecto mexicano Ricardo Legorreta. Se puede distinguir aquí claramente su lenguaje característico.
Ubicación
El edificio está localizado en el desarrollo urbano de Santa Fe, una zona de gran crecimiento en Ciudad de México. Se ubica en el centro de la ciudad.
El Pasaje Santa Fe ocupa un lugar privilegiado en ese entramado, frente al parque central. El solar tiene una superficie de 5337 metros cuadrados y ocupa una manzana completa.
Concepto
El proyecto se enfocó en el tráfico peatonal y el uso mixto de viviendas, oficinas y comercios.
Por estar enfocados a la gente joven, se utilizaron colores vivos, así como fuentes y jardines que imprimen carácter y eliminan la imagen del multifamiliar convencional. Característico lenguaje arquitectónico de Legorreta, se manejaron fuertes contrastes entre volúmenes, colores, luces y sombras, presencias y ausencias.
Con este proyecto se recupera la vida peatonal y comunitaria de los barrios más antiguos de la ciudad, que se había ido perdiendo con el auge y la influencia de tipologías estadounidenses.
Espacios
En la planta baja se ubican los locales comerciales, situados alrededor de una serie de pasajes, jardines y plazas interiores. En las calles principales y hacia la zona verde se situaron los pórticos que permiten su utilización pública. Mediante estos recursos, el complejo residencial pretende integrarse a la trama urbana, apostando por la vida peatonal.
En los cuatro niveles superiores se ubicaron 62 viviendas de 150 metros cuadrados. Cada departamento tiene dos niveles con algunos espacios de doble altura que evitan la imagen de la residencia tradicional. Todas cuentan con vistas al parque, a los jardines interiores o a la calle.
Con algunos elementos como es el caso del encuentro entre el muro triangular y el pórtico, el arquitecto provoca plásticos juegos de luz y sombras que revalorizan la singular distribución de aberturas.