Arquitecto
Ingeniero
Buro Happold
Año de Construcción
2003-2005
Área del terreno
19.000 m2
Área construida
19.000 m2
Ubicación
Berlín, Alemania

Introducción

Después de 17 años de debates sobre como debía recordar Alemania el capítulo más oscuro de su historia, finalmente se construyó en Berlín un monumento dedicado a los 6 millones de judíos exterminados en el Holocausto.

El diseño del arquitecto norteamericano Peter Eisenman de origen judío resultó ganador entre los 553 proyectos presentados durante los concursos de 1995 y 1998. La obra de Eisenman interpretó la intención de un monumento no nacional, sino al contrario, que hace reflexionar sobre el crimen llevado a cabo precisamente por el Estado. Se trata de un símbolo de la buena voluntad de Alemania para enfrentarse a su terrible pasado, un monumento para todo el pueblo alemán.

Otra propuesta para esta obra, se trataba de una plancha de 19.000 metros cuadrados de cemento en el lugar, con los nombres de todas las víctimas del Holocausto. Este proyecto fue rechazado por el ex canciller Helmut Kohl, que respaldó la propuesta de Eisenman, con la modificación de la construcción del museo o punto de información subterráneo diseñado por Dagmar von Wilcken. Allí se encuentran los nombres de todas las víctimas judías conocidas del Holocausto, datos obtenidos del museo israelí Yad Vashem.

Una nueva polémica surgió al ser contratada la compañía Degussa para proveer una sustancia anti graffiti que recubre el monumento, llegando a pararse la construcción. Esta empresa estuvo ligada a la persecución de los judíos, siendo la productora del gas Zyklon B usado en las cámaras de gas de los campos de concentración. Tras varios debates y una decisión muy criticada por la comunidad judía, la compañía siguió siendo partícipe de la obra. Lo cierto es que Alemania se enfrenta a su pasado continuamente y no puede paralizarse cada vez que choca con él.

Algunas organizaciones criticaron el monumento ya que no se menciona a las comunidades rumana y sinti, a los testigos de Jeová, a los homosexuales, a los comunistas ni a los prisioneros políticos, todos perseguidos por el régimen nazi.

Emplazamiento

Situación

El monumento está implantado en un extenso terreno en el centro histórico de la ciudad de Berlín, Alemania. Está limitado por las calles Ebertstrabe, Behrenstrabe, Cora Berliner Strasse y Hannah Arendt Strabe, entre la estación Potsdamer Platz y el Reichstag, edificio del Parlamento Alemán con la conocida cúpula realizada por Sir Norman Foster.

Un lugar con historia

A pocos metros, hacia el norte, se encuentra la Puerta de Brandeburgo. Al este las viviendas que datan del último período arquitectónico de Alemania del este, mientras que la franja sur a lo largo de Vobstrasse es absorbida por las representaciones de algunos de los estados federales de Alemania en la capital. Éstas fueron construidas en la década de los 90 donde se levantaba la Cancillería del Reich, diseñada en 1938 por Albert Speer para Adolf Hitler, y destruida durante la Segunda Guerra Mundial, quedando sólo en pie el bunker utilizado por Hitler, descubierto en 1990 y vuelto a sellar. Al oeste del monumento, al otro lado de la calle Ebertstrasse su ubica el Tiergarten Park y cercano, hacia el sur, los grandes edificios de Potsdamer Platz.

A finales del siglo XVIII el terreno donde se levanta el Monumento al Holocausto formó parte de los jardines Ministeriales, rodeado por mansiones aristocráticas estilo barroco sobre Wilhelmstrasse, que después de 1850 fueron convertidas en edificios ministeriales.

 

Concepto

Se trata de un gran patio formado por bloques de cemento, a modo de cementerio, campo de concentración, laberinto o callejón sin salida; una densa trama entre la que los visitantes pueden caminar en soledad. No hay placa, inscripción ni estatuas que sugieran a la gente que debe pensar o sentir.

La intención fue crear un “mar” de cemento en el cual no existe una entrada principal, y tampoco un punto de salida o de llegada. Desde una cierta distancia, el sitio parece oscuro y denso, como una gran masa. Al comenzar a caminar en el interior, los bloques de cemento se vuelven más imponentes, vistos desde diferentes ángulos, y comienza a perderse el ruido de la calle. El interior es irregular, con el terreno en pendiente, intentando recordar la desorientación de las víctimas del Holocausto.

Todos los elementos en esta composición están ordenados y geométricamente predispuestos. Al mismo tiempo, el cemento, su color y la asepticidad de la materia crean un sentimiento de vacío.

Espacios y estructura

El laberíntico patio está formado por 2.711 bloques paralelepípedos de alturas variables, desde 20 centímetros hasta 4.70 metros. Los bloques alineados están dispuestos en un gran perímetro de forma ortogonal, sobre una base de terreno ondulado y a una distancia de 95 centímetros entre sí, de modo que solo deje pasar a una persona a la vez. Cada bloque tiene un tamaño de 2.38 x 0.95 metros.

Si bien desde el exterior los bloques parecen perfectamente alineados, al ingresar se descubre que están levemente inclinados, tanto en sentido vertical como horizontal. El piso, compuesto por una serie de losetas de piedra y por luces empotradas, describe una topografía ondulada, lo que permite a los visitantes “desaparecer” entre las losas, como sumergiéndose en el agua.

Centro de información

El espacio subterráneo del monumento alberga los espacios dedicados a la documentación histórica sobre la Shoah, como recorrido articulado en cuatro salas, donde los visitantes pueden obtener información del sitio.

El proyecto arquitectónico del centro también fue diseñado por Eisenman y la exposición que alberga recopilada por la diseñadora Dagmar von Wilckern de Berlín. Desde el monumento unas escaleras descienden directamente al centro cuyo diseño arquitectónico es un homenaje simbólico secular a los mártires, como el Monumento Judío en Israel, obra del arquitecto Moshe Safdie.
Al descender las escaleras se accede a una antesala que funciona como hall y en el que se exponen textos y fotografías que explican los antecedentes históricos. En la primera sala, la “Sala de las Dimensiones”, las paredes son de un gris claro, con paneles de vidrio en el piso colocados de tal modo que reflejan el patrón de las estelas del monumento que está arriba. Las siguientes 3 salas, la “Sala de las Familias”, la “Sala de los Nombres” y la “Sala de los Sitios”, hacen referencia a familias, nombres, lugares y situaciones relacionadas con el Holocausto.

Materiales

 

El monumento a los judíos desaparecidos en Europa durante el régimen nazi es un campo con forma trapezoidal cubierto con bloques de hormigón de diferentes alturas e innumerable tonos de gris que se inclinan en diferentes direcciones sobre un terreno ondulado. Los 2.711 bloques utilizados son de hormigón con un tratamiento anti graffiti.

Construcción

Cada bloque tiene 95cm de ancho y 238cm de largo y han sido colocados en ajustadas hileras. Sus alturas oscilan entre el nivel del suelo y los 4.5m en el centro del monumento. Cada losa se ha levantado sobre sus propios cimientos y pueden estar inclinadas hasta 2º en diferentes direcciones. El suelo se inclina primero en una dirección y luego en otra dejando un pasillo de 95cm de ancho entre bloques, suficiente para que pase una silla de ruedas o una persona sola, no dos, la intención es que cada visitante viva individualmente el espacio.

Además de los grandes bloques y el terreno ondulado, la luz es otro de los elementos que participan eficazmente en la percepción del lugar. Cuando un visitante se encuentra en el centro del monumento puede llegar a sentir cierta sensación de confinamiento, sobre todo cuando algún otro visitante bloquea la vista del aparentemente distante perímetro. Esta sensación se torna más profunda cuando el cielo está cubierto y las losas de hormigón presentas una apariencia más áspera y sin brillo.

Planos

Fotos

Otras fotos