Ayuntamiento de Boston
Introducción
Este edificio brutalista, obra de la firma Kallmann, McKinnell & Knowles, fue erigido en 1968 como sustituto del antiguo ayuntamiento de la ciudad de Boston, construido en 1865. Desde su creación ha sido el centro de un amplio debate y controversia en cuanto a su calidad, siendo considerado por algunos como un edificio sobresaliente y por otros un gran fiasco.
Las valoraciones positivas no tardaron en llegar. Poco después de su inauguración el AIA, Instituto de Arquitectos Americanos, llevó a cabo un sondeo entre historiadores y arquitectos en el que el ayuntamiento fue considerado el sexto mejor edificio de la historia de Estados Unidos. El proyecto además ganó varios premios: el AIA Honor Award for Architecture en 1969, el AIA Bartlett Award for Handicapped-Accessible Design también en 1969 y el Harleston Parker Medal, BSA, en 1970.
Sin embargo, para el ciudadano de a pie el edificio nunca ha sido un hito amable de la ciudad. En 2006 el alcalde Thomas M. Menino dijo que el ayuntamiento era un edificio duro, confuso, en el que había mucho espacio desperdiciado, era caro de acondicionar térmicamente y su estilo moderno no era típico de Boston.
Situación
El ayuntamiento se encuentra en el número 1 de City Hall Square, en Boston, Massachusetts, Estados Unidos. El edificio se sitúa en el centro de la ciudad, zona donde hay otros centros institucionales como el Government Center, el John F. Kennedy Federal Building, el Boston Government Service Center y el antiguo ayuntamiento de la ciudad.
Concepto
En 1962 se convocó un concurso para el diseño del nuevo ayuntamiento de la ciudad de Boston. De entre 256 propuestas, la de un profesor de la universidad de Columbia, Gerhard Kallman, y un estudiante de posgrado de la misma universidad, Michael McKinnell, salió ganadora. Ambos crearon entonces la compañía Kallmann, McKinnell & Knowles junto a Edward Knowles. Su diseño difería mucho de la estética de acero y cristal de moda en aquella época. En vez de centrar la propuesta en la materialidad del edificio, los arquitectos optaron por enfocar sus esfuerzos en el papel de éste respecto a la población, manifestándolo en diversos aspectos del proyecto.
“Desconfiamos y hemos reaccionado en contra de una arquitectura que es absoluta, que no se implica y que es abstracta. Nos hemos ido hacia una arquitectura que es específica y concreta, que se involucra con el contexto social y geográfico, el programa y los métodos de construcción para producir un edificio que exista fuerte e irrevocablemente, en vez de ser una estructura abstracta y no comprometida que podría estar en cualquier lugar y que, por lo tanto, como el hombre moderno, no tendría ni identidad ni presencia”- Gerhard Kallman
La propuesta tomó en consideración el espacio de la plaza, convirtiéndolo en parte de la planta baja del edificio a través de la continuidad del pavimento. Esta relación de espacios se originó con la idea de crear un vínculo entre el gobierno y los ciudadanos, quienes atravesarían la plaza a diario de camino a sus puestos de trabajo.
Así mismo, el diseño del edificio propuso una gradación de espacios en directa relación con las funciones más públicas o privadas del ayuntamiento. La población podría hacerse con el espacio interior del edificio ya fuera físicamente, accediendo a las zonas de consulta ciudadana, o visualmente, pudiendo adentrarse en los quehaceres habituales del gobierno de la ciudad. A medida que los espacios tuvieran una función más burocrática se irían situando más arriba del edificio, manifestándose esta rigidez institucional en el aspecto exterior de éste.
En aquella época se consideraba que un edificio público debía ser monumental, por lo que los arquitectos quisieron hacer toda una declaración de intenciones en su primer gran proyecto. El diseño pretendió ser innovador pero atemporal a la vez, cogiendo como referente elementos de la arquitectura clásica así como una gran obra moderna, el convento de Sainte Marie de la Tourette de Le Corbusier, con sus grandes voladizos y su estructura de hormigón visto. Los arquitectos también volvieron su mirada a los antiguos ayuntamientos italianos del medievo y del renacimiento así como a la arquitectura de granito del Boston del siglo XIX, de la que tenían un ejemplo, Alexander Parris’ Quincy Market, justo al este del emplazamiento.
“Su importancia como icono público y la gran visibilidad de su emplazamiento dramáticamente contorneado pedían una composición intensamente compleja, como respuesta a las restricciones del lugar, el contexto y el programa, y un imaginario que expresara la sinceridad y dignidad del gobierno cívico… Los elementos públicos del gobierno, la sala del consejo, las oficinas de los concejales y el despacho del alcalde se sitúan en un nivel elevado. Se identifican como volúmenes expresivos de la organización espacial interior y como rasgos importantes del exterior. Hay un esquema tripartito subyacente, un orden clásico con una base de ladrillos, una columnata de pilares de hormigón con los elementos del gobierno en el nivel intermedio, y un ático en forma de grada para las oficinas de arriba… El uso de una tecnología inventiva y la alusión a precedentes históricos en el emplazamiento así como en el esquema compositivo del edificio resulta en la densidad de la imagen, que es a la vez moderna y atemporal en su naturaleza” – Kallmann, McKinnell & Knowles
La construcción del ayuntamiento comenzó con la ceremonia de inicio de obra el 18 de septiembre de 1963. Inaugurado el 10 de febrero de 1969, el edificio ha recibido desde su inicio críticas tanto positivas como negativas por parte tanto de ciudadanos como de arquitectos y los propios alcaldes de Boston.
En 2006 el alcalde de la ciudad pidió que el edificio fuera demolido para construir una nueva sede más moderna, eficiente y agradable a la vista. Sin embargo un grupo de activistas logró que se le concediera al complejo el estatus de lugar de especial interés, hecho que frenaría cualquier acción contra él hasta que se le concediera el título de edificio catalogado.
En 2015 se planteó la creación de un plan general, el “Rethink City Hall”, para la remodelación de la zona. La incitativa surgió del alcalde Walsh y del Departamento de Servicios Públicos de la ciudad de Boston. El plan se centró en la viabilidad económica y la mejora del funcionamiento del edificio antes de encaminarse a cualquier desarrollo formal del proyecto. Se plantearon las necesidades tecnológicas y de programa del ayuntamiento en 2017 y 2047. También se propuso la mejora del diseño de la plaza, para que ésta pudiera acoger eventos durante todo el año, y el aumento de la relación del edificio con el tejido urbano circundante.
Extraoficialmente existen otras propuestas de intervención en el edificio como la del profesor de la Universidad de Suffolk, Harry Bartnick, que propone cubrir el volumen con una estructura de acero y cristal tintado de manera que la antigua fachada sea visible pero que el aspecto exterior del edificio sea más amable. Esta solución también pretende mejorar el funcionamiento climático del edificio.
Espacio
Exterior
La plaza, obra de I.M. Pei en 1968, es incorporada por los arquitectos del ayuntamiento en su propuesta. Durante el proceso de creación de la nueva plaza se demolieron varios edificios y se eliminaron calles para crear este gran espacio y revitalizar el centro de la ciudad en un gran plan general desarrollado por el gobierno. Así, el proyecto del ayuntamiento nace de un nuevo emplazamiento de gran tamaño y libre de obstáculos, siendo el rasgo más determinante del lugar la diferencia de cota entre las calles adyacentes.
Desde la esquina suroeste de la plaza se puede acceder a la estación de metro subterránea. A lo largo de su historia la plaza ha sido el blanco de críticas tanto positivas como negativas. Para algunos es uno de los mejores ejemplos modernos de espacio público. Para otros, un desastre total que no funciona bien en ninguna época del año, desamparando a los viandantes en invierno cuando el clima es adverso y no aportando sombra en los meses calurosos de verano.
La plaza City Hall Square se extiende en la planta baja del ayuntamiento y sirve como espacio previo y de acceso al edificio. Tanto la plaza como la planta baja tienen el mismo pavimento cerámico, materialidad también utilizada en algunos volúmenes bajos del perímetro de éste. El espacio público se desarrolla en varias alturas adaptándose a los cambios de nivel del terreno y sirviendo de unión entre Congress Street y Cambridge Street.
La fachada del edificio es un reflejo de las estancias interiores. Los espacios de atención al público se colocan en las plantas inferiores, mientras que los despachos se sitúan en las superiores. Este cambio de funciones se refleja en la fachada y el exterior de la volumetría, donde la zona inferior es cambiante y abierta mientras que la superior sigue un ritmo y un orden que refleja la burocracia y los estándares del trabajo del centro gubernamental. La parte superior de la fachada tiene una imagen monolítica que recuerda a un antiguo friso, con sus triglifos y metopas.
Con el paso de los años la concepción abierta de las plantas inferiores se ha visto distorsionada por razones de seguridad. La mayoría de accesos han tenido que ser cerrados y solo se abren al público cuando se celebran determinados eventos. Tras los atentados del once de septiembre de 2001 las medidas de seguridad aumentaron y hoy en día es necesario pasar por un detector de metales para acceder al ayuntamiento.
Interior
El edificio, algo laberíntico, está horadado en diferentes puntos según las diferentes relaciones que éste establece con el entorno. Las entradas están marcadas por grandes soportales y volúmenes en voladizo sobre ellas. El despacho del alcalde se sitúa precisamente en el saliente que hay sobre la entrada principal de la plaza, enfatizando la idea simbólica de los arquitectos de relacionar el gobierno de la ciudad con la población desde de la arquitectura. Esta composición definida por grandes estructuras y volúmenes escultóricos es típica de la arquitectura brutalista de los años 60.
Las diferentes salas del ayuntamiento se distribuyen dentro del volumen en función de su papel más público o privado. Los espacios más concurridos se sitúan en el nivel inferior, las salas de juntas, la biblioteca y el despacho del alcalde a media altura y la zona administrativa en las plantas superiores. Esta distribución también se refleja en la morfología de cada espacio, teniendo las plantas inferiores de gran tránsito una configuración de espacio abierto, la planta intermedia de despachos siendo una sucesión de salas articuladas, y las plantas superiores tomando la forma de espacios diáfanos y flexibles. Así pues, el edificio se divide en tres partes tanto volumétrica como programáticamente.
Un gran patio central aúna y relaciona todas estas zonas, permitiendo a la vez la entrada de luz al corazón del edificio. Unas grandes escaleras con pavimento cerámico prolongan el espacio de la plaza dentro del patio. Además, encontramos aquí una escultórica escalera de hormigón que sube a las plantas superiores.
Estructura y materiales
Dos son los materiales principales que definen este edificio: la cerámica, utilizada como pavimento y revestimiento de la parte inferior; y el hormigón visto, material que hace de éste proyecto, además de otras características, un edificio brutalista.
La elección de la arcilla como material está relacionado con el terreno del emplazamiento así como con la arquitectura histórica de Boston. Dos edificios cercanos sirven como ejemplo de esta materialidad típica de la ciudad, el edificio Sears Crescent y el mercado Alexander Parris’ Quincy, ambos con fachadas de ladrillo.
La estructura del ayuntamiento de Boston es principalmente de hormigón armado, estando ésta apoyada sobre grandes vigas de acero que transmiten las cargas al subsuelo evitando el túnel del metro que discurre por debajo del edificio. La estructura se distribuye en base a una malla reticular ordenada. En el perímetro del edificio los pilares cuadrados crecen para convertirse en pantallas que soportan los grandes voladizos de la parte superior del volumen. La separación entre las pantallas es de 4.37 y 8.74 metros alternativamente.
Tanto piezas de hormigón prefabricadas como hormigón in situ configuran la estructura del edificio. Aproximadamente la mitad de ésta está hecha con un sistema y la otra mitad con el otro. Las diferentes puestas en obra se pueden apreciar en los acabados de los elementos. Las partes llevadas a cabo en obra tienen una superficie más rugosa y todavía tienen visibles las marcas dejadas por los encofrados de madera. Las partes prefabricadas tienen un acabado más depurado por haber sido creadas en moldes de acero. El color también va variando a lo largo del volumen, siendo más oscuro el hormigón de la base y aclarándose a medida que el edificio crece. Además, en algunas partes se usaron áridos ligeros para no sobrecargar la estructura. En los techos se puede apreciar la malla estructural de hormigón. Los espacios vacíos de ésta son aprovechados para albergar los sistemas mecánicos y eléctricos del edificio.
En el exterior, los volúmenes pétreos se proyectan hacia afuera dejando los cerramientos en un plano más retrasado, hecho que supone un mecanismo pasivo de control climático del edificio además de un recurso tectónico expresivo de la imagen de éste.
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