Casa Cho en Dai
Introducción
El high-tech británico, que floreció principalmente en la década de 1980, fue un estilo honesto, más interesado en la flexibilidad que en las organizaciones espaciales fijas, rechazó el uso de materiales naturales, como la madera y el ladrillo, en beneficio de elementos atornillados de metal o de vidrio.
No es sorprendente que produjera pocas casas unifamiliares ya que su uso quedó casi reservado a proyectos de mayor envergadura como rascacielos, museos o edificios de oficinas.
Norman Foster era un importante exponente del estilo high-tech, pero cuando se le encargó el proyecto de una casa para un acaudalado hombre de negocios japonés, Foster volvió al estilo, más clásico, de Mies van der Rohe, tomando como inspiración una de las obras más conocidas del maestro alemán y probablemente también una de las construcciones más significativas dentro de la historia de la arquitectura moderna, la Casa Farnsworth.
La Casa Farnsworth fue el punto de partida, sin embargo Foster supo crear a partir de ella una interesante interpretación con menos carga teórica y más utilidad de cara a la vida que en ella debía desarrollarse.
Situación
La casa está situada en el lado oriental de la península de Izu, a unos 135 km de Tokio, en Kawana, Japón.
Concepto
El high-tech británico, que floreció principalmente en la década de 1980, fue un estilo honesto. Más interesado en la flexibilidad que en las organizaciones espaciales fijas, rechazó el uso de materiales naturales, como la madera y el ladrillo, en beneficio de elementos atornillados de metal o de vidrio. No es sorprendente que produjera pocas casas unifamiliares, aunque sí podemos destacar un par de ejemplos Interesantes, como la casa Hopkins. Norman Foster era un importante exponente del estilo high-tech, pero cuando se le encargó el proyecto de una casa para un acaudalado hombre de negocios japonés, Foster volvió al estilo, más clásico, de Mies van der Rohe. Y detrás de Mies, por supuesto, estaba la fuente de inspiración constante para los arquitectos modernos de todo tipo: la casa tradicional japonesa.
Espacios
El Terreno
La primera y, tal vez, más acertada decisión para el proyecto fue la elección del emplazamiento por parte del cliente en la parte alta de un acantilado, en el lado oriental de la península de Izu, a unos 135 km de Tokio, con espectaculares vistas del mar enmarcadas entre pinos. Pero no se trata de una casa colgada de un acantilado. Su relación con el terreno está mediatizada por un paisaje artificial proyectado por Shígemi Komatsu. Unos muros de contención de hormigón, rudos pero a la vez suaves, a la manera de Louis Kahn o Tadao Ando, dividen el terreno en grandes terrazas pavimentadas con hormigón con el árido visto o gravilla volcánica roja. Tres antiguas linternas de piedra y una exquisita casa de té de estilo de finales del período Edo convierten las terrazas en un austero jardín. Sin embargo, la geometría es inexorablemente rectilínea. Cuatro tramos de escaleras, rectos y alineados, bajan desde el aparcamiento exterior hasta la plataforma perfectamente rectangular donde se asienta la casa.
La Vivienda
Los rasgos menos miesianos son las cajas revestidas de aluminio que parecen haber sido aparcadas en la terraza y enchufadas al volumen principal, una muestra de que no se ha abandonado totalmente el high-tech. Estos módulos seudo prefabricados contienen los baños, la cocina, la maquinaria de aire acondicionado y espacio de almacén.
La estrategia de separar tan drásticamente los espacios «servidos y servidores» deja completamente libre el espacio interior. Unos tabiques correderos lo dividen en dos crujías dobles y dos sencillas, designadas, casi arbitrariamente, como sala de estar, vestíbulo de entrada, comedor y dormitorio.
Los invitados se alojan en una versión de casa principal de tres crujías, construida en un terreno adyacente.
Estructura y Materiales
Este es el aspecto en que encontramos claras reminiscencias de la Casa Farnsworth de Mies van der Rohe una sola planta, cubierta plana, estructura vista de acero pintada de blanco, suelo levantado aproximadamente un metro sobre el terreno, con una plataforma de entrada intermedia.
Aunque la influencia sea obvia, también hay diferencias importantes. Por ejemplo, los pilares de la estructura son redondos, en lugar de perfiles en H, y el voladizo de la cubierta se produce lateralmente, en lugar de en los extremos. Las vigas de la cubierta son ahusadas, lo que, además de ser estructuralmente expresivo, les confiere un vago aire japonés; sin embargo, la terraza de madera es delgadísima y su estructura de soporte no se ve.
Las fachadas son de vidrio en su mayor parte, como cabría esperar, pero todas las hojas son correderas, como paneles shoji, y una estrecha franja de ventanas altas recorre todo el edificio.