Año de Construcción
1995-1998
Área construida
4.100 m2
Ubicación
Napa, Califoria, USA

Introducción

La bodega se confunde con su entorno, gracias a los materiales elegidos para su construcción. Dominus, en el valle de Napa en California, es sin duda la bodega moderna por antonomasia.

Fue pensada y concebida por 3 “genios”, el director de la bodegas francesas Château Petrus y los ganadores del premio Pritzker, los suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron. El proyecto se basó desde el principio en una idea, que la construcción tuviese el mínimo impacto ambiental en el área circundante. Por ello se escogieron los materiales presentes en la zona, basalto verde oscuro y negro, además del hierro y el cristal, que iban a formar la estructura. Y lo consiguieron.
A lo lejos, el edificio, formado por una única pastilla, parece emerger de la tierra, como un muro detrás de los viñedos.

Situación

La Viña Dominus está ubicada en Napa, un valle al norte de San Francisco y Oakland, Estados Unidos, donde se concentran la mayor cantidad de viñas de toda California. Un paisaje en el cual predominan los viñedos, los cuales penetran todo el valle y los faldeos de la cordillera de la costa.

Tras la vegetación propia del lugar, se esconde, procurando no interrumpir con la vista de la cordillera costera.
La obra pertenece al lugar.

Concepto

Desde el punto de vista tipológico se trata de una bodega para la conservación de toneles y barricas, con, además, una sección dedicada a oficinas.
La intención del proyecto es doble.

Por una parte, en lugar de reducir el impacto visual provocado por las dimensiones del edificio (100 m de largo por 25 de profundidad y 9 de altura), los arquitectos suizos han elegido acentuar la desproporción y confiar el exterior a la estereometría de un volumen único y compacto.

Por otra, inventan una solución estéticamente nueva pero funcionalmente correcta en el uso de los materiales

Descripción

Al exterior el corte tornasolado del basalto, que difumina del negro al verde, atenúa sensiblemente el impacto ambiental que un objeto arquitectónico de este tipo corría el riesgo de causar. El edificio se confunde de este modo con el paisaje, del que se convierte, simplemente, en una línea horizontal más, apenas un poco más definida y precisa que las formadas por las hileras de viñedos. En el interior, la posibilidad de variar la cantidad de piedras dentro de cada una de las cajas permite hacer diferencias en el espesor de las paredes. Esto añade a la característica moderación de temperaturas, propia de los edificios antiguos, la de la ventilación y la iluminación natural, aunque, al contrario que se hace con los sillares antiguos, las piedras más grandes están encima, y las más pequeñas debajo.

En efecto: la elección lingüística de un exterior como envoltorio o «piel informativa», aunque no demasiado propio de la arquitectura contemporánea, resulta bastante frecuente en la obra de estos dos arquitectos suizos, que se sirven de ello para crear una especie de «efectos especiales» de gran originalidad y notable economía.

Este efecto, en la Dominus Winery, se obtiene en el interior del edificio.
La luz flota a través de los bloques, crea texturas impredecibles, que cambian según las diferentes condiciones externas y las formas de la piedra. El efecto, absolutamente inaudito, es el de un encantador parasol, duplicado por el cristal en la zona de oficinas. En contraste, los «cortes» operados en la mole compacta de la construcción, correspondientes a los accesos para automóviles, permiten conectarse de nuevo con el sereno paisaje de colinas que se encuentra a sus espaldas.

Materiales

La «piel» del edificio está constituida por cajas modulares de red metálica que «contienen» bloques de piedra local de formas y tamaños diferentes -una técnica usada habitualmente en ingeniería fluvial- contenidas y fijadas en el interior de una estructura metálica también modular. Esta solución provoca un efecto inaudito y sorprendente.

Planos

Fotos