Casa Escudero
Introducción
«Solo la manifestación pura de los elementos en una relación armoniosa puede mitigar el elemento trágico en la vida y en el arte.
El artista moderno siente conscientemente la abstracción como una emoción estética cósmica y universal.»
– Piet Mondrian 1917. De Stijl nº 1
Situación
Las condiciones naturales y el privilegiado clima de Benidorm, España, favorecieron su desarrollo turístico en la década de los años 70.
Situado en la comarca de la Marina Baixa, donde todavía existe una población rural dedicada a la agricultura, este lugar es un espacio de contrastes.
En sus tierras crecen algarrobos y almendros con la misma naturalidad que rascacielos ordenados en paratas. Cerca de éstos últimos, en las laderas que avanzan hacia la costa, se encuentran los antiguos terrenos de cultivo de la partida de Marchazo. Es ahí donde se construyó esta casa.
Concepto
Desde el exterior no se ve. La casa abstracta está perdida en el lugar. Al acercarse a ella las cosas van cambiando, el asfalto de la calle se convierte en un pavimento de escamas de granito entre las que crece la hierba. Escondido detrás de un árbol se descubre un hueco en el muro blanco que da a un patio en el que hay una puerta. Una vez atravesado ese dintel nos damos cuenta de que aunque estamos a cubierto hemos entrado en un jardín secreto y cerrado. El anfitrión me recibe mientras que a nuestra derecha un perro nos mira, detrás de la línea donde se acaba el mármol blanco macael de enormes dimensiones y empieza el césped. Nos separa un cristal.
Espacios
La familia Escudero Reche siempre disfrutó de su dimensión tradicional: el matrimonio, dos hijas, los amigos… Así que la casa que deseaban tenía que potenciar la vida en común sin olvidarse del carácter independiente de cada uno de ellos.
Sus aficiones y modos de vida fueron modelando un esquema más emocional que funcional, un proyecto que sugería perfiles tan fértiles como la contemplación o la lectura, la reflexión o el diálogo, aspectos todos ellos más fáciles de encontrar en la intimidad de los territorios montañosos que en el bullicio de los playeros.
Un proyecto como éste invitaba a revisar el pasado inmediato del lugar y de sus gentes: tan sólo treinta años, y muy cerca todavía de unos orígenes que otorgan una importancia especial a los actos más cotidianos y los cargan de un agradable simbolismo, siempre apoyado aquí con las bondades de una naturaleza tranquila.
La vegetación configuró el mapa de partida sobre el cual disponer lo construido.
El algarrobo centenario, un olivo, los pinos que crecieron silvestres.
Si hubiera sido por el arquitecto ni uno solo de los arbustos hubiera desaparecido. Y es que cada estancia ha sido vinculada a su exterior más inmediato, o mejor dicho, cada exterior ha sido dotado de un interior sereno y confortable. No se pretendía mucho más.
El lugar se reconoce a sí mismo a través de sus masas vegetales. Ellas dan sentido a lo construido: un jardín habitado.
En esta casa el interior se convierte en prolongación cubierta del espacio exterior. Está regida por la armonía, la simplicidad, una funcionalidad natural y lógica, la relación con la naturaleza y la libertad espacial que se traduce en una supresión de barreras entre fuera y dentro. La casa no pretende dominar el jardín, sino integrarse armónicamente en el, dejándose abrazar en algún caso como ocurre con el algarrobo centenario sobre la sala de estar.
Materiales
La abstracción en esta obra es la materialización de la forma como razón de ser, una energía que tiene capacidad de configurar el espacio y disponer las partes de manera que no son independientes del todo ni de su yuxtaposición. En suma, la forma es algo emergente de la racionalidad que se materializa liberada conscientemente de todo lo accidental.
Cuando se llega a ese grado de la esencia ocurre que aquello que parece contingente se constituye en fundamental, como es el caso del color blanco.
A la vez esta cualidad abstracta implica atemporalidad y universalidad, por eso en la simplicidad de eliminar todo elemento innecesario encontramos en ella algo en común con la arquitectura tradicional mediterránea, japonesa o egipcia, con la obra de Mies o Barragán, y es que nos conmueven por su belleza.
Los instrumentos arquitectónicos para llevar a cabo esta abstracción son los siguientes:
La orientación
Desde el principio de los tiempos la arquitectura se ordena con referencia al sol y así ocurre en este caso. Los dormitorios están orientados a naciente. Los lugares destinados a las actividades comunes a poniente. El espacio para la reflexión se dispone en el centro de gravedad, cerrado al resto de las dependencias, ensimismado y visualmente abierto al sur. La casa es un reloj de sol.
La geometría
En esta casa la presencia de la simetría en la fachada sur, que se redobla con el reflejo sobre la lámina de agua de la piscina, es de una rotundidad que muestra con frescura inusual la arquitectura.
En la cara oeste predomina una relación de mayor complejidad, donde se puede hablar de armonía como la justa desproporción entre las partes que por una concordancia interna constituyen la belleza tensa de esta arquitectura.
La desmaterialización
…de los elementos arquitectónicos que parecen liberarse de los condicionantes intrínsecos de la propia arquitectura, como ocurre cuando un cerramiento se sustituye por un cristal sin ningún tipo de carpintería o cuando la escalera elegantemente no llega a tocar los paramentos verticales que debería sujetarla y aparece ingrávida ante nuestros ojos.