Casa Sert en Cambridge
Introducción
La vivienda exclusiva de Josep Lluís Sert en Cambridge es uno de los diseños únicos en su trayectoria. La excelente distribución de espacios mediante la interacción de patios como eje es una de las principales características de la casa. Conjuga luces y sombras. Utiliza una fuerte relación interior-exterior con grandes ventanales y expansiones.
A través de la utilización de las medidas ideales del Modulor de Le Corbusier obtiene habitaciones confortables para una vida más armoniosa.
Situación
La casa se encuentra dentro de un solar propiedad de la Universidad de Harvard, en el extremo noreste del municipio de Cambridge, Boston, Estados Unidos.
La parcela, trapezoidal, cuenta con una superficie de 925,5 m2. La total superficie construida de la casa, sin los patios, es de 202,35 m2, según la ocupación del suelo que figura en el plano de replanteamiento. A esto hay que añadirle un sótano de unos 72 m2 bajo el rectángulo de los dormitorios. La superficie ocupada es, pues, del 21,8%, y la casa mantiene las normas de separación a 20 pies de las calles y a 10 de la parcela vecina por el lado del garaje.
El rectángulo básico definido por muros de ladrillos y la valla de madera es en los lados cortos de 12,83 x 31,22 m, con una “protuberancia” de 2,03 m de ancho en el lado noreste que completaría las dimensiones de 14,86 m, es decir los cincuenta pies de ancho que Sert menciona cuando asegura que “la casa puede encajar en una parcela típica de 50 x 100 pies”. El patio central es cuadrado y tienen 7,32 m de lado, el doble de 3,66 m, equivalente a 12 pies; como el resto de las medidas de la casa, deriva del Modulor de Le Corbusier.
La topografía del plano de situación indica un desnivel de 22 cm entre los extremos de los patios noroeste y suroeste, pero se da una vez nivelada la casa: el terreno natural presentaba un leve declive hacia el sureste, siguiendo la pendiente de Irving Street.
Concepto
“Como un puente entre los ríos Tigris y Charles, he aquí las vistas de mi casa de Cambridge, en el área de Harvard. Tiene dos lados, como una gabardina reversible. El exterior es de ladrillos rojos e incorpora unas vallas de madera; son los materiales más comunes en la ciudad. En el interior, en cambio, es completamente blanco. Antes de decidirme por una casa con patio de una sola planta estudié varios tipos. Gracias a los muros que los protegen, los patios se pueden utilizar perfectamente en días fríos y ventosos pero soleados. (…) Es una casa que debía entenderla como un queso gruyer –con mas agujeros que queso, mas patios que casa.” (…) “Un periodista quiso saber a qué estilo de casa creía que pertenecía la mía, y le contesté: ‘¡Escriba casa-rancho pompeyana!’.
Es bien sabido que todos los arquitectos tienen dificultades a la hora de diseñar su propia casa; por eso no nos debe sorprender que Sert presente quince variantes, como mínimo, de la solución en planta que se pueden observar en los croquis conservados.
Los bocetos presentan diferentes soluciones y dudas sobre los accesos. Ocurre lo mismo con la configuración de las cubiertas: a dos vertientes, a una vertiente, pendientes que se encuentran en la parte más baja, etc. Siempre manteniendo una claraboya central y fachadas texturadas con un revestimiento de madera.
Sert desde un principio trabajó con la idea de recinto acotado por muros. La geometría cuadrada del patio sugiere una forma estática y con gran indiferencia topológica. También es el único que se pavimenta, y en él encontramos un árbol muy especial de hoja caduca (caracterizado por troncos y hojas de rojos muy visibles en invierno). Se trata de un patio-objeto que, más que unir, separa.
La casa Sert también se pone enseguida a disposición de una construcción seriada y formadora potencial de frente de calle.
De hecho, el descubrimiento del patio como recurso que permite intimidad y densidad a la vez lleva a Sert a proponer una nueva morfología urbana aplicable a diversos casos. La continuidad del tejido de baja altura le permitió un diseño substractivo, vació la “alfombra urbana” con plazoletas como patios compartidos que otorgaran identidad a las unidades.
En qué se inspiró el arquitecto a la hora de diseñar su proyecto, a qué formas remite la construcción, qué emociones o situaciones intenta evocar, todo forma parte de una idea principal de tres patios consecutivos que respetan así un tejido urbano y un estilo dedicado al entorno más directo de un vecindario.
Espacios
“Cuanto más escasos y más caros van siendo los terrenos en las zonas urbanas, más atención deberíamos prestar a los tipos de casa mediterránea con patio (…). Las razones son bien sencillas: colocando unas vallas prácticamente encima de los límites de la parcela se aprovecha mejor un terreno que ha pasado a ser muy valioso. Además, tanto los espacios interiores como los exteriores son más privados y tranquilos. Y por último, todas las habitaciones pueden tener vistas agradables, independientemente de lo que haya más allá de los muros.” (J. L. Sert, 1958).
En cuanto a la distribución de la casa, el acceso está comprendido en un pasillo el cual guía directamente hacia la parte pública o hacia la privada. También posee visuales e iluminación del patio interno. El living y el comedor, ubicados sobre el lado derecho de la planta, poseen una amplitud que corresponde al espacio utilizado para los dormitorios, es decir, tanto el área de estar como la parte habitacional contienen la misma superficie continuando el eje del patio divisorio generando así una armonía y una simetría clásica. En cuanto al área húmeda de la cocina, se encuentra conectada directamente con el comedor y el acceso de servicio por el garaje.
Iluminada, así mismo como todos los demás ambientes de la casa, por este jardín interno conecta en forma más privada ambas extremidades de la vivienda. Las visuales mejoran aún más en cada espacio con sus expansiones hacia los jardines-patios del resto del terreno.
El patio central de la casa es el centro visual principal de la vivienda e interactúa con todas las estancias. Está pavimentado con bloques de hormigón de 20,5 cm2 y una superficie de guijarros. Como los demás patios, tiene poco ajardinamiento. Sin embargo, toma prestada la vista de las copas de algunos árboles que se asoman por encima del tejado.
Todas las imágenes ilustran el flujo visual de un espacio a otro y del interior al exterior que era el principal objetivo del arquitecto. Dicho patio, inaccesible en invierno, se encuentra un nivel menor con un escalón de 25 cm que prevé la posible acumulación de nieve. Con sus 50 m2, posee las dimensiones ideales siendo estas de 5 m o mayor de lado. En cuanto al uso, su papel original es de “sala sin techo”.
La amplitud, la luminosidad, la calidad del arte presente en todos los rincones, los objetos expuestos, las alfombras y los muebles y, por último, las dimensiones ligeramente reducidas de mesas, puertas, repisas y demás elementos, conjugan el ambiente ideal para el bienestar.
Las mejores vistas transversales son las que pasan a través del patio interior, particularmente la que atraviesa el dormitorio principal y permite, volviendo la mirada, contemplar el patio noroeste, la sala de estar, el patio interior, el dormitorio y el patio sureste, con la valla decorada por un mural de Constantino Nivola. Esta secuencia, con los contrastes de luz entre interiores y exteriores, inversos entre el día y la noche, multiplica la dimensión real y crea una ilusión óptica de gran espaciosidad. Son las ventajas de haber proyectado los tres patios alineados, siguiendo un eje longitudinal.
Estructura
La casa se construyó en muy poco tiempo, a juzgar por la fecha de los planos de licencia de la obra, 1 de julio de 1957, y la aseveración de Sert, según la cual empezó a vivir en ella a principios de 1958. Esta rapidez podría ser mérito del conocido sistema americano de construcción balloon frame, utilizado en esta casa con algunas ventajas de simplificación.
Los muros laterales de ladrillos que limitan los jardines penetran hasta las dos paredes cortas de la sala de estar.
La baja altura de los techos, 2,26 m, no resulta escasa. En el estar-comedor, los techos suben con una pendiente de unos veinte grados hacia los extremos cortos de la sala y generan unas ventanas altas, como una especie de claristorio de capilla.
La baja altura también queda compensada por la generosidad de las aberturas que dan a los patios. La estrategia de crear una cierta compresión vertical para aligerarla a continuación con una gran expansión horizontal no es nueva, pero sí eficaz.
Es una casa introvertida, una especie de sistema de interiores, con y sin techo, realizada según las dimensiones humanas. Así, Sert materializa el ideal albertiano, según el cual “toda casa debe ser como una ciudad pequeña y toda ciudad, como una casa grande”.