Arquitecto
Año de Construcción
2002
Ubicación
Los Angeles, Estados Unidos

Introducción

La ciudad de Los Ángeles comenzó su historia con una gran diversidad de pueblos, culturas y lenguas, con grupos étnicos dominantes, poblada por chinos, japoneses, coreanos, mexicanos, armenios, afro-americanos, filipinos y polacos, entre otros. La iglesia optó por mantener todas las comunidades. El desafío en el diseño y la construcción de la nueva Catedral fue reflejar la diversidad de todas las personas.

Tras convocarse un concurso internacional, el arquitecto español Rafael Moneo fue responsable del proyecto para la nueva Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles. En el concurso participaron renombrados arquitectos como Robert Venturi, Tom Mayne, Frank Gehry y Santiago Calatrava.

Esta Catedral reemplaza a la originaria, Santa Viviana, que fue cerrada tras sufrir fuertes daños en el terremoto de Northridge en 1994. Por esto, uno de los requerimientos de diseño fue la resistencia al paso del tiempo y a los sismos característicos de la zona.

Nuestra Señora de Los Ángeles es la tercer catedral más grande del mundo y la primera que se construyó en los Estados Unidos en el último cuarto de siglo.

Para la construcción se utilizaron 190 millones de dólares.

Situación

La nueva catedral está ubicada lejos de la catedral originaria, en un terreno de 39 mil metros cuadrados, en pleno centro de la metrópolis californiana. Se encuentra en la esquina de Temple y Grand Avenue, tangente a la Autopista 101, a pocos metros del Museo de Arte Contemporáneo de Arata Isozaki y del Walt Disney Concert Hall de Frank Gehry. Es esta la zona del corredor cultural que se consolidará una vez reformado el corazón de Los Angeles.

Concepto

La idea del arquitecto se fundó en una catedral que dé testimonio de la solidaridad y de la compasión de toda la comunidad católica, abriendo sus puertas a todo el mundo. Está pensada como un espacio público.

La obra tiene la fuerza de un símbolo y el carácter innegable de un monumento. Se trata de un edificio compacto que en nada se parece por fuera a las típicas imágenes de las construcciones religiosas. Sin embargo, en el interior la catedral está llena de componentes tradicionales de la arquitectura eclesiástica como su planta cruciforme y el sensible manejo de la luz. El edificio responde a fuertes referencias históricas. El ábside está orientado hacia Roma según la tradición de las iglesias occidentales. Su planta está enriquecida con innovaciones tipológicas como la posición de las capillas laterales, que no se vuelcan hacia la nave central, sino que se abren al exterior.

La volumetría de la iglesia aumenta el sentido del misterio y lo sagrado, envolviendo el edificio en un aura de majestuosidad. Hay dos verdades teológicas subyacentes esenciales para la comprensión del diseño. La primera es la luz de Dios revelado en la historia de la salvación, sobre todo en y a través de Jesucristo. El segundo es el sentido de Viaje del hombre hacia la salvación eterna, que se describe en la evolución de la relación con Dios.

Inspirado en estos dos temas, el arquitecto eligió la luz natural para reflejarlos en la Catedral. El interior evoca muchas respuestas emocionales y espirituales.

Espacios

La iglesia tiene 4.000 metros cuadrados y capacidad para 3.000 feligreses. Además de la catedral en sí misma, la obra incluye el edificio de Rectoría para el Arzobispo, clérigos residentes y visitantes; un centro de conferencias y oficinas; áreas anexas como una gran plaza, un Claustro y una torre para el campanario de 45 metros de altura, y estacionamiento subterráneo con capacidad para 600 vehículos.

La obra se conforma por una gran plaza destinada a congregaciones multitudinarias que ocupa el centro del recinto, y los cuerpos edificados se sitúan en los dos extremos, unidos por pérgolas cerrando la explanada.

El campanario se sitúa en la esquina nordeste del complejo. Originalmente, el campanario sirve a varios propósitos: campanario de la catedral, reloj de la torre de guardia contra los invasores, y monumento civil de la ciudad. Este respeta la tradición de la Edad Media, separándose de la catedral. Está construido con el mismo hormigón de la iglesia, complementándola con similar estilo. Cuenta con 18 campanas computarizadas, se eleva 156 metros y está coronado por una cruz. Con pocas aberturas, el campanario emana gran solidez. Sin embargo, se posiciona como la pieza central del tranquilo espacio de la plaza, en contra de las prisas de la autopista. El remate está diseñado de modo que el repique de las campanas se extienda en las cuatro direcciones. La torre en sí cambia de forma en base a sutiles transformaciones. Los ligeros cambios en los planos reflejan diferentes luces en cada superficie.

Entre el campanario exento y la catedral se crea un claustro trapezoidal que se prolonga hasta la explanada con un estanque triangular protegido por palmeras. En el otro extremo se disponen la residencia y las oficinas del obispado en dos volúmenes discretos que no compiten con la masa escultórica del templo.

El foco visual del espacio exterior lo constituye una gran cruz franciscana que recorta el lucernario de alabastro de la fachada principal. Es el telón de fondo para el altar de ceremonias al aire libre, de manera que la cruz preside tanto el altar interior como el exterior. En el interior, la cruz se encuentra a la izquierda del altar, vertiendo luz a la iglesia.

El diseño interior refleja el principio de un camino espiritual. A diferencia de la mayoría de las catedrales, en esta no se ingresa por atrás de los últimos bancos, sino por el deambulatorio. A su vez, no permite un acceso directo desde la calle a los feligreses, sino que establece un recorrido que representa la transición de lo secular a lo sagrado. Un “muro carrillón” con campanas de iglesias de las Misiones da hacia la calle. El acceso peatonal desde la calle está dado a través de una plaza baja. Desde allí se llega a una plaza superior por medio de una gran escalinata y luego se circula hacia unas enormes puertas de bronce de 5 toneladas diseñadas por el artista Robert Graham, que dan acceso al extremo sur del ambulatorio de la Catedral. Opcionalmente se puede acceder desde la plaza superior al deambulatorio norte a través de unas puertas más pequeñas. A lo largo de los deambulatorios norte y sur se disponen diez capillas mirando hacia el extremo opuesto del centro de la catedral.

El espacio alienta a la participación plena y activa de toda la comunidad. No hay pilares que bloqueen la visión gracias al empleo de nueve travesaños de acero. El efecto dinámico se debe a que el diseño evita los ángulos rectos y la simetría.

Por la mañana el sol entra en la Catedral a través de los grandes ventanales de alabastro y continúa a través del día, produciendo un constante cambio de texturas. En algunos sectores, esta piedra translúcida reemplaza a los muros de hormigón y forma unas paredes de las que parece emanar luz, como si la luminosidad naciera de la propia catedral.

Detrás y a la izquierda del altar se encuentra el Presbyterium, con capacidad para 400 sacerdotes. Este espacio da cabida a muchas bandas y grupos corales. A la derecha del altar se ubica el gran órgano. El coro es el espacio que hace de marco del órgano.

Materiales

En el exterior se utilizó concreto y pavimentos pétreos. La cubierta es de cobre y los cielorrasos de madera.
En los ventanales se utilizó alabastro importado de España. Este material no es un producto hecho por el hombre sino una piedra en su forma natural. El color de las nervaduras varía dependiendo de que otro material se mezcla en los distintos grupos de piedra. El alabastro seleccionado para la Catedral es de tonos rojo, gris, amarillo y verde. Cuando el alabastro alcanza cierta temperatura, se vuelve opaco; por esto se cubrió con una película protectora exterior que hace de escudo protegiendo el material de los rayos ultravioletas y el calor.

Los bancos de la iglesia son de madera de cerezo. El órgano está revestido en la misma madera.

Estructura

Para cumplir con los requerimientos de diseño, el edificio fue proyectado para resistir temblores de hasta 8.4 grados en la escala de Richter. Por esto, la obra se implanta en el sitio aislado del suelo sobre bases flotantes de modo que pueda desplazarse hasta 61 centímetros de su posición original en caso de temblor. Se utilizó además en el hormigón una mezcla especial capaz de evitar grietas.

Planos

Fotos