Catedral de Notre Dame
Introducción
La Catedral Notre Dame de París es, sin ninguna duda, uno de los símbolos de la ciudad. Si bien no es la catedral más grande de Francia, es una de sus obras de arte gótico más remarcables.
El obispo Maurice de Sully emprende la construcción de la nueva catedral a partir de 1163 sobre el solar que ocupaba una antigua basílica dedicada a San Etienne.
La edificación coincidió con un período de prosperidad y de creciente dominio de la ciudad, por lo cual la obra debía reflejar este poderío. Así, la edificación se realizó sin interrupciones por problemas económicos, aunque sólo se dio por concluida a mediados del siglo XIV, después de muchas modificaciones e intervenciones de diferentes arquitectos y artesanos.
La Catedral sufrió numerosas modificaciones y restauraciones, la más notable emprendida en 1844 por Viollet-le-Duc y Baptiste Lassus, que se prolongó por 23 años. Más recientemente, en 1965, excavaciones bajo la catedral revelaron la existencia de catacumbas de la época romana y habitaciones medievales.
Víctor Hugo escribió en 1831 su novela «Notre Dame de París». Su ilustración poética de la arquitectura de la catedral permitió a muchos descubrirla de una forma diferente.
En 1804 fue coronado en la catedral Napoleón Bonaparte y en 1909 fue beatificada Juana de Arco.
Destaca particularmente su magnífico órgano Cavaille-Coll,
Como la mayoría de catedrales góticas, está dedicada a la Virgen María.
Es notable por su gran tamaño, por la elegante regularidad de su diseño y por la introducción de un nuevo elemento técnico, el arbotante.
Situación
Está ubicada en la parte este de la isla de la Cité que, por su situación defensiva es la que da origen a la ciudad de París, Francia.
Se encuentra rodeada por el río Sena, con jardines por delante y por detrás. Su fachada mira hacia el oeste y da sobre la plaza Notre-Dame, donde está el punto cero desde el que se cuentan todas las distancias de Francia.
Concepto
Existe aún en esta catedral una dualidad de influencias estilísticas: por un lado, reminiscencias del románico normando, con su fuerte y compacta unidad, por otro lado, el ya innovador aprovechamiento de las evoluciones arquitectónicas del gótico, que confieren al edificio una ligereza y aparente facilidad en la construcción vertical y en el soporte del peso de su estructura (siendo el esqueleto de soporte estructural visible sólo desde el exterior).
La planta está demarcada por la formación en cruz romana orientada a Occidente, de eje longitudinal acentuado, y no es perceptible desde el exterior. La cruz está “incrustada” en el edificio, envuelta por un doble deambulatorio, que circula por el coro en la cabecera (al este) y se prolonga paralelamente a la nave.
Además de la planta en forma de cruz, la catedral tiene una fachada de 40 metros de ancha, una longitud de 130 metros, y una altura máxima de 69 metros. Contiene 5 naves, 37 capillas, 3 rosetones con 13,5 metros de diámetro cada uno y un total de 113 vidrieras.
Fachada
La fachada presenta tres grandes portales. El Portal del Juicio Final, el más importante al centro, muestra esculturas representando la resurrección de los muertos, un ángel con una balanza pesando virtudes y pecados y demonios que se llevan las almas pecadoras, imágenes que sin duda habrán tenido gran peso en el inconsciente popular en la Edad Media. Los dos portales laterales fueron consagrados a la Virgen María y a Santa Ana, su madre.
En la fachada se intenta equilibrar la verticalidad de las dos torres, que se corresponden con las dobles naves laterales del templo, con la horizontalidad de las bandas y galerías decoradas. Presenta, por tanto, un alzado tripartito, cuando en el interior son cinco las naves de la iglesia. Su proporción responde a dos cuadrados que se interponen en la mitad de su altura. El eje de simetría vertical la divide en seis cuadrados y la proporción entre altura y anchura es de 3:2.
A unos 20 metros del suelo, una galería con 28 estatuas se levanta por encima de los portales. Cada estatua, de 3.5 metros de altura, representa los 28 reyes de Judea que precedieron la llegada de Cristo. De las estatuas originales medievales sólo quedan fragmentos, ya que durante la Revolución fueron destruidas creyendo que representaban reyes franceses.
Sobre el portal central se destaca el gran vitral circular de la roseta, de casi 10 metros de diámetro, uno de los elementos más destacados de la fachada. Sin embargo, este vitral no es el más grande de la catedral, ya que las fachadas norte y sur presentan vitrales de 13 metros de diámetro.
Por encima de la roseta, una hilera de columnas y luego las dos torres con campanario completan la cara oeste.
Destacan también en esta catedral, las gárgolas de las fachadas.
Estructura
Se incorporó aquí el novedoso sistema gótico de arbotantes y contrafuertes, el único capaz de descargar los empujes de la elevada nave central.
Los arbotantes se introdujeron hacia 1175, cuando se llevaban a cabo los preparativos para sostener las bóvedas de la nave.
Al comenzarse los trabajos en la nave principal, se decidió aumentar su altura 2 metros más.
Esto hizo que el sistema de contrarresto de la bóveda principal, por medio de las cubiertas de las naves laterales, resultase insuficiente. Se solucionó mediante arbotantes exteriores, ya utilizados a principios del siglo XII.
Los arbotantes de la girola sujetan el muro en dos niveles: el brazo superior estabiliza el muro interior de la girola, contrarrestando el empuje de las bóvedas. El brazo inferior sujeta los muros exteriores.
La altura de la nave y la relativa delgadez de sus muros (1 metro de media) exigieron la colocación de contrafuertes exteriores para contrarresta el empuje lateral de la bóveda. Gracias a la bóveda de crucería, las cargas se concentran en puntos concretos, los pilares, lo cual permite que el muro se desmaterialice y se llene de grandes superficies vidriadas.
En el siglo XIII se ampliaron las ventanas del cuerpo alto (claristorio) para conseguir mayor luz natural en el interior. Esto fue posible por el perfeccionamiento de la estructura gótica.
Alzado
El alzado comparte las características de otros templos góticos tempranos, con sus tres pisos característicos:
- Nivel primero – Arcos formero apuntados sobre grande columnas
- Nivel segundo – Tribuna comunicada con la nave central mediante tres vanos apuntados envueltos en cada tramo por otro mayor.
- Nivel tercero – Claristorio con ventanales constituidos por doble vano apuntado y otro superior circular.
Las tribunas de la Catedral de Notre Dame, pese a sus esbeltos arcos y finas columnas no cumple las funciones de sustentación, son reemplazadas por los arbotantes exteriores que apuntalan los empujes laterales de las bóvedas de la nave central.