Arquitecto
Arquitecto Técnico
Diego Corrales
Diseñado en
1990
Año de Construcción
1992
Área construida
90 m2
Coste
9.000.000 pesetas
Ubicación
Cádiz, España

Introducción

Situándose fuera del tumultuoso escenario de las tendencias y de los lenguajes más efímeros, el arquitecto madrileño Alberto Campo Baeza restituye en la Casa Gaspar, el sentido de la arquitectura como traducción material de ideas y de mensaje fuertemente expresivo.

Campo Baeza es autor de obras refinadísimas que juegan con una relación especial entre el aire y la luz, y ponen en el centro del proyecto la continuidad con los elementos naturales y con el paisaje.

A finales de los ochenta y durante la década de los noventa realizó una serie de viviendas experimentales, que en su conjunto formaban un manifiesto sobre el empleo de la luz en espacios prismáticos monocromos en tonalidades próximas al blanco.
Ejemplos de este período son la Casa Turégano en Madrid y la Casa Gaspar en Cádiz.

En la Casa Gaspar, Campo Baeza ha hecho explícita su idea de arquitectura que inevitablemente comprende elementos como el contexto, la función y la composición; pero exclusiva, es decir, esencial en el plano formal.

Esta obra obtuvo en 1993 una Mención en el Eric Lyons Award de Londres y, en 1994, un Premio Especial en la Trienal Mundial de Arquitectura de Sofía, Bulgaria.

Situación

Se ubica en una zona de baja densidad, de grandes espacios verdes, vecina al camping Pinar de San José en Zahora, Cádiz, España.

La vía principal de acceso a la vivienda es la autopista A-2233.

En la misma zona, muy cerca de la Casa Gaspar, se encuentra la Casa Guerrero, otra obra de Campo Baeza.

Concepto

Respondiendo a un requerimiento del comitente de independencia total, se creó un recinto cerrado, un “hortus conclusus”.
Con una planta cuadrada delimitada por cuatro tapias, se divide en tres partes iguales cubriendo solo la del centro, mientras que las otras dos forman patios. Esencialmente, se trata de una casa patio con espacio horizontal continuo.

Esta configuración geométrica se caracteriza por una fuerte esencialidad, evidente también en las superficies acristaladas y en el blanco del revestimiento.

El arquitecto ha imitado aquí la costumbre de los griegos, que solían crear un plano horizontal, una especie de podio sobre el cual poner los templos, cuyos pórticos se convertían en un filtro a través del cual observar el paisaje.

También en esta obra, como en la mayor parte de las construidas por Campo Baeza, el factor más característico es la fuerte presencia de la naturaleza, evidente en la colocación de los limoneros en el patio, en los espejos de agua en los que se refleja la vegetación, en la transparencia de las cristaleras y en los muros blancos.

Además, con el fin de crear continuidad entre la naturaleza y la construcción, entre el exterior y el interior, la pavimentación de piedra se extiende por toda la planta, prosiguiendo más allá de las cristaleras.

Son fuertes las conexiones entre el espacio cerrado y el abierto, entre el blanco y la luz, entre lo construido y el dato natural.
El color blanco de los muros aumenta la homogeneidad de la vivienda cuya doble simetría se ve acentuada por la colocación de cuatro limoneros situados especularmente en los cuatro ángulos del patio.

Espacios

En planta, la vivienda forma un cuadrado de 18 metros de lado, cerrada en su perímetro por cuatro tapias de 3.5 metros de altura, dividida en tres franjas iguales. Solo la franja central está cubierta.

El área cubierta se compone de tres espacios ubicados transversalmente en relación a los patios. El espacio central tiene dobles dimensiones respecto a los otros dos espacios. En los laterales se encuentran los servicios. La cubierta del espacio central se hace un metro más alta, con 4.5 metros. En los puntos de intersección entre los tabiques altos y los bajos, se abren cuatro huecos de 2×2 metros que se acristalan.
A través de esos cuatro huecos se expande el plano horizontal del suelo de piedra, consiguiendo así una eficaz continuidad interior-exterior.

El color blanco contribuye a la claridad y continuidad de esta arquitectura. La doble simetría de la composición queda patente por la colocación, también simétrica, de los cuatro limoneros, que producen efectos especulares.

La Luz en esta casa es horizontal y continua, reflejada en las tapias de los patios orientados a Este-Oeste.

En definitiva, se trata de un espacio horizontal, continuo, tensado por la luz horizontal.

Planos

Fotos