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Año de Construcción
1964 - 1966
Pisos
2
Ubicación
Banlay, Nevers, Francia

Introducción

La colaboración entre Claude Parent y el arquitecto urbanista Paul Virilio llega a su fin en 1968, como consecuencia de la intención de este último de reclamar la paternidad de la “teoría de lo oblicuo”, dos años después de finalizar uno de sus últimos proyectos juntos, la Iglesia de Santa Bernardita de Banlay, el más destacado e inconveniente de ellos y al cual Parent considera su obra maestra. Los trabajos comenzaron en abril de 1965, en marzo de 1966, el trabajo estructural se había completado.

La iglesia se caracteriza por un exterior dramático, rodeada por alguna vivienda y edificios que sobrevivieron a la guerra. Hasta el último momento se temió no alcanzar el éxito, tanto en la parte técnica como de presupuesto, y si llegó a terminarse tuvo mucho que ver con el apoyo incondicional de un párroco, el padre Bourgoin, quien se mantuvo firme hasta el momento de su consagración, pese al escándalo que supuso su construcción entre los ciudadanos, quienes la asociaban más con un búnker que con una iglesia.

Con el paso de los años el singular edificio levantado por los grandes discípulos de Le Corbusier, Claude Parent y Paul Virilio no pasa desapercibido, se ha convertido en un proyecto de culto que el 25 de Febrero de 2005 fue etiquetado como “Patrimonio del Siglo XX” por la prefectura de Dijon

Situación

La iglesia fue levantada en el barrio Banlay, aún en construcción en 1966, en la ciudad de Nevers, Francia. Nevers está situada en la ladera de una colina en la orilla derecha del río Loire.

Concepto

Construida entre 1963 y 1966, la Iglesia de Santa Bernadette en Nevers materializa la coincidencia de dos corrientes de investigación, la de los «bunkers arqueológicos» de Paul Virilio sobre la base de su libro Bunker Archaeology (1958-1975) y la investigación de Claude Parent «Función Oblicua» (Arquitectura Oblicua), una exploración moderna de la ruptura y la pendiente.

La iglesia se hace eco del vocabulario formal del bunker, muros pesados, masivos y ciegos de hormigón en bruto, con espacio para muy pocas aberturas, con gran espesor, ángulos redondeados y voladizos.

Boceto

Esta iglesia trae a la mente un tiempo marcado por la Segunda Guerra Mundial, el miedo a la Guerra Fría y la amenaza nuclear. En Bunker Archeology, Virilio habla de estos «altares de hormigón construidos frente al vacío oceánico», también se ven en la arquitectura funeraria de tumbas etruscas y mastabas. Santa Bernadette es un espacio sagrado en el que el lenguaje militar se establece como una paradoja: el búnker es una figura de opresión y protección, la cueva es entendida como una encarnación del origen de la humanidad, pero también la tumba, la Iglesia como un símbolo de la introspección y la ascensión hacia la luz.

Ideas detrás del proyecto

Este edificio refleja la función oblicua, con la que Claude Parent y Paul Virilio fundaron las bases para una nueva arquitectura.
Paul Virilio ha impreso su sello en el aspecto de fortín de esta construcción, «…la Iglesia de Santa Bernadette de Nevers es un edificio testigo. Testigo de un siglo despiadado que acumula dramas, las más trágicas guerras de la historia… La Iglesia de Nevers es, por tanto, similar a lo que se denomina una iglesia románica fortificada, un lugar sagrado que simboliza, en su simplicidad, la protección de la vida. Erigido tras el trauma de la Segunda Guerra Mundial y en el corazón de la Guerra Fría, la iglesia de Banlay representa un bunker y sobre todo una “arquitectura repulsiva…». Virilio habla asi de este espacio.

 

La forma general del edificio se basa en ideas originales muy fuertes:

– Vocabulario de los bunkers del muro en el Atlántico Norte, ampliamente estudiado por Paul Virilio: masividad de la construcción, hormigón visto, aspecto monolítico y el uso de arcos rebajados.

– Los dos planos inclinados de la nave como la aplicación directa de las teorías Claude Parent acerca de la función oblicua.

– La metáfora de la cueva, y su vocabulario críptico de la arquitectura, en referencia a la gruta de Lourdes.

Claude Parent y Paul Virilio quisieron que la iglesia ofreciera protección, refugio, independientemente de la futura urbanización de la zona, porque sabían, que pronto estaría rodeada por diversos y múltiples edificios. La sección longitudinal del edificio representa una forma de corazón.

Estructura y espacios

La planta y alzado del santuario no tienen precedentes en la historia de la arquitectura religiosa en el siglo XX.

La iglesia se fractura en dos masas pesadas que sobresalen desde un pilar central, se desplazan y se vuelven a unir. Este es el punto de giro, que Parent expresa como un “loophole”, un bucle perfecto. Este bucle es un factor determinante en el desarrollo del proyecto, la fractura puede replantearse en el mismo voltaje, el de la discontinuidad del espacio.

 

Sección

Las dos bóvedas de hormigón armado en que se divide la cáscara monolítica y que evocan la gruta de Lourdes, son dos armazones superpuestos, decalados lateralmente y en sentido vertical y en cuya unión, una fractura deja pasar la luz. Estas cáscaras están construidas como una estructura unitaria consistente en vigas longitudinales que descansan en el centro de la linterna transversal de gran tamaño y en los muros perimetrales, sobresaliendo de la nave para formar un voladizo.
La expresión del voladizo es evidente en la parte delantera y la trasera, donde su presencia crea una impresión de desequilibrio. Esta inestabilidad, unida a la utilización de hormigón visto, crea un exterior inhóspito que contrasta con las curvas suaves y la luz de la nave cóncava. La resolución técnica de la estructura de soporte que surgió es la consecuencia de una forma deseada y predeterminada.

Tanto las rampas del techo de la nave y los confesionarios convergen hacia el centro, hacia la linterna, dirigidos por un patrón de diseño de las articulaciones de los elementos estructurales.
El acceso desde el exterior no es sencillo, no invita a cruzarlo, es descripto por Claude Parente como “una cripta que se asoma por encima del suelo”.

«…Se trata de una iglesia muy intencional en la que nada se deja al azar. […]. Esta armadura, este lugar terrible, cuyo umbral es difícil de cruzar, se abre a un interior de protección… «. (Claude Parent)

Interior

A diferencia del exterior, el interior tiene un aspecto acogedor, denso y protector. Claude Parent y Paul Virilio rompen con la tradición de la planta de cruz, dibujando una planta de hexágono irregular.

La planta baja del edificio sigue la pendiente natural. Se divide en dos partes cuyo desplazamiento crea un nivel medio. La planta baja alberga la sala de reuniones y la escuela dominical, mientras que el nivel superior consta de la capilla, la pila bautismal, la sacristía, el vestíbulo y las escaleras laterales.

Planta

 

El gran vestíbulo está delimitado por láminas de hormigón continuo. La capilla, a la izquierda de la entrada, es de tamaño pequeño y está separada del vestíbulo por una doble pared de hormigón. Por último, el baptisterio, a la derecha, se abre hacia el vestíbulo, refugiándose en una de sus cavidades.

Una escalera central conduce a la nave que está compuesta por dos planos inclinados e invertidos, en forma de V, que se encuentran en el umbral de la elevación, punto que corresponde a la fractura de la forma exterior. Estos planos están protegidos por dos láminas de hormigón que se superponen entre sí por desplazamiento con respecto al eje longitudinal. Estos planos inclinados adoptan el perfil de arcos rebajados característicos de la arquitectura búnkeres militares.

Modificaciones

Por razones económicas, fue necesario realizan un cambio significativo en los planes iniciales. La capacidad de la iglesia se redujo de ochocientos a seiscientos asientos. Esta reducción de la superficie se hizo para poder mantener la altura original en el proyecto de la iglesia.
Los arquitectos habían planeado la construcción de otro edificio de dos plantas en la misma parcela, una especie de campanario separado de la iglesia que habría cumplido la función de presbiterio.

Por otra parte, el proyecto, que desde el principio cuenta con la colaboración de artistas para crear piezas de mobiliario, también se reduce, amputando la realización del gran tapiz de Michel Carrade que iba a ser de 4 x 2,50m. También fue abandonado el proyecto que se iba a realizar en la escalera central.

Materiales

La elección de hormigón armado como principal material para su construcción y la iluminación desde arriba, otorgan al conjunto un ambiente cálido, pese a sus formas de bunker. Todo el edificio, tanto en el exterior como en el interior, está cubierto de hormigón en bruto por lo que se tuvo especial cuidado con los encofrados realizados utilizando tablas ásperas.

 

Originalmente se había pensado en un aislamiento para el interior del edificio, pero este no se llevó a cabo para gran satisfacción de Claude Parent, quien prefería que la iglesia siguiera siendo de hormigón expuesto también en su interior.

Los vitrales de Odette Ducarre se ejecutaron en vidrio antiguo, con la tradicional técnica del vidrio de color.

Los suelos son generalmente tratados de manera bastante rústica, grava con hormigón lavado para la nave, hormigón en bruto para las zonas de la planta baja y las escaleras laterales. Sólo la escalera principal es de piedra.

El entorno cercano al edificio fue tratado con piedras de lastre para otorgar a la construcción el aspecto de elevarse sobre una base mineral.

Iluminación

 

El edificio recibe la luz natural a través de una gran claraboya transversal cerrada con cristales y ubicada en la unión de las dos cáscaras. Esta iluminación se ve reforzada por algunas ventanas. Con el transcurso de los años algunos de los cristales fueron reemplazados con piezas de plexiglás.

Las pequeñas aberturas, cerradas con vidrios o plexiglás, practicadas en el suelo, en la base de los muros de la nave y el presbiterio, arrojan luz sobre estos espacios por el reflejo de la luz sobre el suelo exterior, otra de las razones por las cuales este suelo cercano a los muros fue de origen mineral.

En ambos lados de la nave, dos grandes fallas verticales permiten iluminar de forma natural las escaleras laterales.

La sala de catecismo está iluminada por una pared de cristal grande, sostenida por montantes de aluminio

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Planos

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