Año de Construcción
2003-2006
Ubicación
Stuttgart, Alemania

Introducción

UnStudio, el equipo holandés de arquitectura liderado por Ben van Berkel, Carolina Bos y Tobias Walliser, se encargó del diseño del nuevo museo del automóvil en Stuttgart. El edificio se construyó en un tiempo record, dos años y medio, ya que Mercedes-Benz no ha querido dejar escapar la ocasión de tener listo el edificio antes que comenzara el Mundial de Fútbol en Alemania.

El edificio estuvo entre los siete finalistas del Premio Mies van der Rohe de 2006 y rápidamente se transformó en un icono de la ciudad.

Se reproduce aquí los 120 años de historia del automóvil y la marca Mercedes-Benz, y se completa con interesantes perspectivas para el futuro. Este principio se refleja en la concepción del edificio. La impresionante modernidad de la construcción parece venida del futuro, y conserva al mismo tiempo su enlace con la tradición. La arquitectura encarna el legado de la marca. La exposición obedece igualmente a un concepto singular e innovador: nueve planos con una superficie total de 16.500 metros cuadrados dan cobijo a 160 vehículos y a más de 1.500 objetos, distribuidos a lo largo de dos recorridos. La cercanía de la planta principal de Mercedes-Benz en Stuttgart-Untertürkheim establece la unión entre la tradición y la actualidad.

Situación

El edificio marca la entrada de Stuttgart, desde la autopista B14 por sobre la que se eleva. Está ubicado junto a la fábrica del consorcio en la ciudad y al estadio deportivo Gottlieb Daimler, donde se celebraron varios partidos del Mundial de fútbol en 2006.

Concepto

La geometría del edificio se desarrolla a partir de una planta simétrica de tres hojas, evocando el espiral del ADN que guarda el código genético del ser humano. La metáfora alude a la información que conserva dentro de sí: por un lado, la herencia de la marca Mercedes-Benz y, por el otro, en el aspecto constructivo, esa forma de trébol es el espiral que se forma con dos rampas entrelazadas de 80 metros de longitud, sin escalones, y que sirven como caminos principales para que los visitantes se desplacen, haciendo referencia al Guggenheim de Wright y al Pompidou de Piano.

El interior es el reino de la curva y el doblez: el concreto se pliega, y suavemente las líneas que dividen techos, paredes y suelos se diluyen creando la sensación de un espacio único y fluido. Las vías de desplazamiento imitan el cruce de las carreteras B14 y B10 que llevan a los visitantes hasta el museo.

Las dos trayectorias se cruzan continuamente imitando las bandas interconectadas de la hélice del ADN, permitiendo que el visitante se mueva entre ambas.

El edificio entabla un diálogo nítido con el paisaje urbano que lo rodea (el estadio de fútbol, la pista de pruebas y el propio Centro, los tanques de gas y petróleo cerca del río, y las verdes colinas de viñedos). Desde el exterior, parece una curva más de la autopista, además de funcionar claramente como una nueva puerta de entrada a la ciudad.

Espacios

El museo Mercedes-Benz tiene una superficie básica de 4.800 metros cuadrados, una altura de 47,5 metros y un volumen interior edificado de 210.000 metros cúbicos.

Tan original como el edificio es la concepción pedagógica de la exposición, esbozada, desarrollada y realizada por el estudio HG Merz. Durante las dos horas mínimas que dura la visita al museo, los visitantes emprenden un viaje en el tiempo, que les permite rememorar los 120 años de la historia del automóvil. Hay dos recorridos, llamados “Mitos” y “Colecciones. Estos son independientes, pero permiten al visitante pasar en cualquier momento de uno al otro.

Al llegar, se accede a una amplia explanada con escalones y una plaza al aire libre de granito, en donde ya prima la idea de circulación.

Antes incluso de que los visitantes accedan al nuevo museo les da la bienvenida una selección de turismos Mercedes-Benz de anteriores generaciones con un alumbrado espectacular adornando el aparcamiento subterráneo. Se trata de una exposición independiente llamada “Fascinación Técnica” que es accesible desde el exterior. En varias escenas, compuestas con gran profusión de detalles, los visitantes pueden echar una ojeada al trabajo diario de los ingenieros de los departamentos de desarrollo de Mercedes-Benz, incluyendo perspectivas sobre el futuro del automóvil. Los coches clásicos son el comité de recepción del museo, distribuidos entre los vehículos de los clientes. El enlace directo con el local de exposición del Mercedes-Benz Center Stuttgart garantiza la prosecución del mito Mercedes: desde los modelos históricos y de época hasta los productos actuales. Por medio de una escalera mecánica desde el parking se accede a la recepción.

Ya en la recepción del museo, los visitantes pasan junto a un mostrador de información, sobre el que se encuentra un anillo con 16 pantallas de plasma suspendidas y llegan al atrio, en donde por primera vez se puede apreciar el museo. Para llegar al plano superior hay tres ascensores con los que se llega hasta una altura de 42 metros.

“Mitos” es un recorrido cronológico a lo largo de la historia del automóvil, desde su invención hasta la actualidad. Las siete salas en las que se desarrolla están unidas por medio de una rampa de 80 metros de longitud. La rampa, alternada con secciones planas, permite la accesibilidad para todas las personas.

Con excepción de la primera y la última sala de este recorrido, que recogen respectivamente la invención del automóvil y la historia de la competición deportiva, la composición de las salas obedece a un esquema uniforme: la rampa recorre en un amplio arco la pared exterior de una de las hojas del trébol de la sección básica y conduce a los visitantes hacia los vehículos, que constituyen el centro de cada escena.

El segundo recorrido por el museo obedece a una concepción diferente. A diferencia del primero, ordenado cronológicamente, las “Colecciones” están clasificadas por el tipo de utilización de los vehículos.

Cada colección ocupa una sala propia, con suficiente amplitud para la exposición de un gran número de objetos relacionados con el tema concreto a lo largo de la historia del automóvil.

En las rampas que enlazan el recorrido de los «mitos» con cada una de las colecciones se han emplazado vitrinas con cristales hacia ambos lados. Un «microcine» muestra de forma continua películas relacionadas con el tema de la colección.

Los dos recorridos desembocan en la sección «Carreras y récords»: una amplia curva peraltada que ocupa prácticamente la totalidad de la sala termina en una pared vertical de planta cilíndrica, en la que están suspendidos vehículos legendarios que ostentaron récord de velocidad.

En el centro del espacio cilíndrico con los legendarios vehículos se encuentran cinco tarimas, que sobresalen del plano inferior del piso intermedio y recuerdan a la válvula de un motor. Sobre estas tarimas se presentan vehículos históricos y prototipos actuales. Estos objetos establecen una conexión lógica entre el museo y la zona de exposición «Fascinación técnica».

El uso del color y la iluminación se destacan en el interior del museo. Los colores saturados se circunscriben a los centros de los ascensores, a los baños y a las salidas. Las salas principales del museo son neutras asegurando que el foco esté en los objetos. El empapelado de las paredes y superficies de los suelos se apoyan en los puntos como única trama de diseño. Esto contribuye a unificar y a dar coherencia a todo el edificio: el punto evoca el círculo, que es el paradigma geométrico del edificio como un todo.

En cuanto a la iluminación, es distintiva en las salas de Colección y de Leyendas. La luz natural actúa de manera dramática y omnipresente en la primera. Aquí se necesita apenas la luz artificial que se usa sólo para acentuar detalles y para dirigir las luminarias en las superficies reflejantes de los coches. Para este propósito Un Studio desarrolló un techo especial con ondulaciones que incorporan luces empotradas, con forma de burbuja que pueden rotar para cambiar sus focos.
El tratamiento de la luz en las salas es teatral y sutil, diseñado por Ulrike Brandi, de HG Merz para cada espacio del edificio. Destacan especialmente, la Starry Sky, realizada con 76 cristales de Swarovski que penden del techo, y las lámparas del tercer piso, estilo art déco.

Por la noche el museo está iluminado desde dentro hacia fuera por lo que no hacen falta proyectores exteriores. A lo lejos, parece una única y gran ventana que tiene la peculiaridad de mirar a la gente y ser mirado en forma inevitable y constante.

Materiales

En la construcción del complejo se han empleado más de 110.000 toneladas de hormigón. En el exterior se utilizó chapas de aluminio y cristal. Las rampas están revestidas de parquet de madera cortada de tope de color oscuro.

Cristal y aluminio están envueltos alrededor de la subestructura de concreto en líneas horizontales inclinadas. El cristal de la fachada es tratado como ventana y sigue el soporte del perímetro a lo largo de la exposición.

Los ventanales están hechos de paneles trapezoidales, cuyos límites verticales y diagonales se amoldan a los perfiles de acero. El cristal es transparente, incoloro y aislante. Sobre éste se realizó un estampado de puntos esmerilados que reduce el impacto de la luz del sol y se aplica en todos los paneles dando la impresión de doble dimensionalidad de fachada. El innovador cristal reforzado con fibra de carbono ayuda a maximizar la prestación del material. El aprovechamiento de la luz solar permite, en los ambientes demasiado grandes, un notable ahorro energético.

Estructura

Para poder realizar las complejas formas geométricas del museo ha sido necesario recurrir a tecnología ultramoderna. La base de la planificación del edificio en su totalidad es un modelo de datos tridimensional, actualizado 50 veces durante la fase de construcción. Además se realizaron 35.000 planos de obra.

Para Un Studio, la demanda geométrica solo podía ser satisfecha con las propiedades del hormigón armado, constituyendo además un telón de fondo ideal para las exposiciones. La serpenteante continuidad que caracteriza la circulación interior también forma el principio estructural de la fachada. La construcción de la estructura en forma de hoja de trébol lleva a puntos donde el techo se torna muro y simultáneamente cierra una esquina, conectando directamente con el siguiente espacio expositivo.

Entre las particularidades del museo cabe destacar los techos sin pilares que cubren las salas de 33 metros de ancho y pueden soportar el peso de diez camiones, al igual que los elementos portantes de curvatura doble: los llamados «twists», que recuerdan a una hélice de enormes dimensiones.

Instalaciones

La ventilación estuvo a cargo del ingeniero climático Matthias Schuler, en conjunto con Transsolar Energietechnik. El sistema se basa en un principio de deslocalización. Todos los conductos están integrados en estructuras curvas tridimensionales; las unidades climáticas abarcan dos niveles y están insertadas en conductos que se alojan en las rampas.

Dentro de los paneles del suelo se ubican las instalaciones eléctricas, extractor de salida de incendio y salida de humo que corren paralelos a los tirantes de acero, minimizando los puntos de interferencia y de intrusión espacial en las áreas expositivas.

En caso de siniestro, el humo se mantiene fuera de las zonas de exhibición mediante presión positiva. El humo se canaliza fuera del edificio mediante un ventilador a través del techo. El atrio central funciona como una chimenea al tiempo que provee luz profunda al interior del edificio.

Planos

Fotos