Aeropuerto de Dar-Es-Salaam
Introducción
El Gobierno colonial alemán construyó el primer aeropuerto de Tanganica en Kurasini en el Distrito de Temeke en 1918. Se llamó Aeropuerto Mkeja.
Posteriormente, debido a que el primero no podía satisfacer las demandas, se construyó otro, en la zona de Ukonga, conocido como Terminal I del Aeropuerto de Dar es-Salaam.
En 1979 el Gobierno de Tanzania amplió dicho aeropuerto mandando a construir la Terminal II que fue inaugurada por Julios Nyerere en octubre de 1984.
En octubre de 2005, el Aeropuerto Internacional Dar es-Salaam (DIA) fue rebautizado como Aeropuerto Internacional Kambarage Mwalimu Julios Nyerere. El 1 de noviembre de 2006 el Gobierno de Tanzania decidió volver a cambiar el nombre del aeropuerto, que ahora se llama Aeropuerto Internacional Julios Nyerere (JNIA).
Situación
El aeropuerto está situado y atiende las necesidades de la ciudad de Dar es Salaam, la mayor ciudad de Tanzania.
Concepto
Los edificios públicos suelen usar sus fachadas para interactuar con los usuarios y el entorno donde se encuentran, esa es la forma más inmediata de comunicarse con el mundo «exterior» y ofrecer la imagen que de ese proyecto se tiene en mente cuando se diseña. Este no es el caso de este edificio cuyas estructuras de «árboles» y sus correspondientes cubiertas de concreto, se alzan más allá de las fachadas que permanecen anónimas dentro de su revestimiento de cristal.
Una metáfora del bosque aparece inevitablemente en las columnas y techos de chapas acanaladas, a pesar de sus rígidos fundamentos geométricos.
La mayor parte de las paredes de vidrio que separan el interior del aeropuerto, en contraste con la opacidad del techo, hacen que el flujo de la visión sea horizontal, al igual que ocurriría en un bosque, y al igual que en éstos, pequeños espacios de separación en el techo, permiten que penetren algunos rayos de luz natural, al igual que sucede en un bosque donde algunos resquicios en lo frondoso de las copas de los árboles, permiten el paso de la luz del sol.
Espacios, Estructuras y Materiales
Hay siete puertas para los aviones, en contacto directo con el terminal de 15.000 metros cuadrados, más 15 puntos de acoplamiento situados a cierta distancia de la estructura.
Dos monumentales escaleras en forma de cascada llenan oblicuamente el espacio del vestíbulo.
Al igual que un árbol, una cubierta de hormigón cubre el vestíbulo y la sala de espera, ubicada en el entresuelo. Esto permite tener el lobby de doble altura, detalle en el cual el arquitecto ha hecho especial énfasis pues permite mayor espacio y diseño para las compañías aéreas del lugar.
Las columnas están situadas en una cuadrícula de 13×13 metros con forma de diamante con su escotado hacia el aparcamiento (500 plazas de aparcamiento disponibles), con acceso para coches y autobuses y con la plaza que se abre hacia el exterior, cerca de los pasillos de las aeronaves.
En otras palabras, a pesar de partir con la estática de un cuadrado, Andreau articula el plano de manera que una progresión natural hacia los puntos de salida está implícita en la propia arquitectura, además de dar una sensación de comodidad y espacio abierto para los viajeros.
Uno de los puntos fuertes en el diseño de Andreau para este aeropuerto es precisamente el repetido énfasis en la orientación y el movimiento a través de los espacios, pese a las reducidas dimensiones de las instalaciones, lo que permite considerar que se ha hecho un buen trabajo. .