Aquarium de Nueva York
Introducción
El estudio barcelonés de arquitectura Cloud 9 -que dirige Enric Ruiz-Geli-, en asociación con el norteamericano WRT- que encabeza la paisajista Margie Ruddick-, ha sido elegido para llevar a cabo la reforma del Aquarium de Nueva York, situado en Coney Island.
Este equipamiento, dependiente de la Wildlife Conservation Society, es el más antiguo de Estados Unidos en activo.
La intervención propuesta consiste en una gran piel, dispuesta sobre una estructura tensada, que envuelve las viejas y las nuevas instalaciones del acuario. Dicha estructura alcanza los 50 metros de altura. La intervención se desarrolla sobre una superficie de cinco hectáreas, y está presupuestada en 200 millones de dólares.
Concepto
«Lo más relevante de nuestra actuación -dice Ruiz-Geli- es la integración entre continente y contenido.
El equipamiento alberga vida animal, y la piel que nosotros proponemos tendrá también vida; como los seres vivos, responderá a la luz, se camuflará o se comunicará».
El Aquarium de Nueva York alberga delfines, medusas, tiburones o morsas, y tiene tres grandes ramas de actividad: la conservación del medio ambiente, la investigación genética y la educación.
Piel Viva
Los creadores de este apasionado proyecto han querido reflejar en su obra la vida que se desarrolla en el interior del complejo donde habitan cientos de animales vivos de un gran número de especies. Todas ellas conviven en armonía gracias a los cuidados de sus cuidadores y entrenadores. En él los animales crecen, aprenden, juegan, se divierten, duermen, comen… todo un ecosistema en miniatura.
Para reflejar estas características y dotar a las instalaciones de vida propia como si de un animal más se tratara han ideado una piel que recubrirá las instalaciones.
Esta piel lejos de ser fría y estática será dinámica y cambiante según el clima, la luz natural, la humedad y otros factores que afectan de igual manera a las especies que residen en su interior.
Estructura
La remodelación del aquario de Nueva York consistira en una piel «viva» como la denominan sus creadores que recubrirá las actuales instalaciones.
Dicha piel será soportada por una estructura ligera de acero que se elevará hasta lo 50 metros de altura en sus puntos más altos.