Biblioteca Estatal de Berlín
Introducción
La Biblioteca Nacional de Berlín o Staatsbibliothek, obra de los arquitectos Hans Scharoun y Edgar Wisniewski, es probablemente la biblioteca moderna más famosa, junto a la Biblioteca de la Phillips Exeter Academy, de Luis Kahn.
Forma parte de un complejo de edificios culturales de Berlín llamado Kulturforum. Presenta un lenguaje familiar al de la Filarmónica de Berlín, también obra de Schauroun, en contraposición al estilo internacional expuesto por la Neue Nationalgalerie de Mies van der Rohe. Los tres edificios integran el Kulturforum.
Es uno de los órganos de la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano. Fue creada en 1967 para albergar una parte de los libros de la Staatsbibliothek que se había trasladado de Berlín durante la guerra para evitar el bombardeo, y que por casualidad, terminó en una de las zonas occidentales de ocupación al final de la guerra. La otra parte, cerca de la mitad del total de los libros, acabó en la zona soviética y fue reubicada en el edificio original de la Avenida Unter den Linden, al este de la ciudad. Esto significa que la colección de la biblioteca está fragmentada en dos lugares físicos llamados Sede 1 (el edificio antiguo) y Sede 2 (la obra de Scharoun), a una milla de distancia en línea recta, pero que en su momento estuvo dividida por el Muro.
Desde la unificación de Alemania, las dos Sedes se unieron para formar de nuevo una Staatsbibliothek zu Berlin – Preussischer Kulturbesitz. Se la llama «una biblioteca en dos casas».
La Sede 2 de la Biblioteca se encuentra en el extremo oriental del Kulturforum, en la línea fronteriza que dividía Berlín. Antes de la caída del muro, el edificio formaba parte de este límite. La fachada oriental es cerrada ya que funcionaba como muro para la formación.
Junto con otros edificios del Kulturforum, simbolizó el compromiso alemán con la libertad de la parte occidental de la ciudad. Hoy la biblioteca está en el corazón de Berlín.
Situación
Las dos Sedes de la Biblioteca fueron construidas en el distrito Mitte, Berlín, Alemania.
La Sede 2 forma la frontera oriental del Kulturforum, en la línea donde se encontraba el muro de Berlín.
Se ubica al sur del Tiergarten y al oeste de Potsdamer Platz, en el centro de la ciudad.
Fue construida junto al canal Landwehr y es vecino del Instituto Ibero-Americano (IAI).
Concepto
La Biblioteca estatal debía funcionar como cerrojo para separar el Kulturforum ubicado en Berlín Occidental, de la franja de la muerte y del muro. Por este motivo, la envolvente exterior muestra un hermetismo total del interior.
Se trata de un edificio de enorme perímetro, de volumetría compleja de más de 300 metros de longitud. Solo desde lejos se puede ver la escala monumental de todo el conjunto.
La masa edificada envolvente se expande por el suelo sin cuidar sus límites, pareciendo obedecer exclusivamente a unas leyes internas que, antes de entrar no se conocen. Sólo destaca la coronación con un volumen cubierto de placas de cobre. Si se observa de cerca, el edificio desaparece y se convierte en topografía que se funde con el entorno circundante.
Espacios
El recorrido para ingresar al edificio se hace con toda naturalidad, de una forma instintiva. El acceso se produce bastante esquinado, desplazado hacia la izquierda del eje axial del frente. Este desplazamiento se realiza creando una concavidad en la planta que coincide con una de las aristas de la coronación. El eje de acceso se refuerza por dos conceptos: un vértice singular en la zona alta y un hueco en la parte que entrega con el suelo.
Los últimos metros del exterior se producen invadiendo la concavidad creada. Es un espacio a cielo abierto que sirve para que el edificio se vuelva amable y ayude a sentirse cómodo en él.
Bajo el dintel de la puerta, se puede percibir la dimensión de todo el edificio, como cuando se observa desde lejos. Una pequeña marquesina protege el acceso y, por unos instantes, toda la escala monumental desaparece, justo en el momento en que se cruza el umbral de la puerta.
Desde la entrada, una vez franqueada la puerta, un descomunal vestíbulo se abre de golpe a la vista y sugiere diferentes recorridos. Frontalmente, se ve una escalera amplia y cómoda, mientras que a uno y otro lado, aparecen dos espacios singulares.
Por el lado derecho, el espacio parece no tener final; está iluminado desde atrás ya que la luz proviene de las vidrieras de la fachada principal que sirvieron de guía para acceder desde el exterior. Esto hace que se tenga conciencia de la ubicación del espacio.
El vestíbulo de la izquierda es más pequeño y aprehensible, y está iluminado por una ventana en esquina con vidrios de colores que centra la primera atención. Allí se encuentran situados el guardarropa, las taquillas, una tienda mostrador, los aseos y demás servicios requeridos justo en el acceso.
Este espacio está girado noventa grados del sentido inicial del recorrido que apuntaba a la escalera. Desde allí se puede ver la impresionante dimensión de todo el vestíbulo que se extiende por el otro lado. La inicial anchura de este espacio se convierte, desde este punto, en fondo, y la perspectiva frontal tiene una extensa profundidad; sin embargo, el plano de cierre está lo suficientemente iluminado como para acortar la distancia que lo separa.
El total del vestíbulo tiene una superficie mayor a 5.000 metros cuadrados, aunque dos elementos se conjugan para mitigar la percepción del espacio. Uno de ellos es la altura útil del recinto, de seis metros; el otro es la adopción de una estructura de grandes luces, un pilar por cada 150 metros cuadrados de techo. Ambos elementos se amoldan a las impresionantes medidas del espacio que conforman, armonizando su efecto.
Iluminar un recinto de estas dimensiones no es una cuestión sencilla, sobre todo teniendo en cuenta que una de las dos largas paredes que delimitan el espacio es un paramento ciego. En el centro del vestíbulo de la derecha se dispone un recinto rectangular, anclado hasta el pavimento, que actúa como una linterna ya que reparte una suave luz en derredor que proviene de la planta superior, la cual, a su vez, cuenta con iluminación cenital. El rectángulo equivale a una lámpara o a un mueble hábilmente depositado sobre el vacío inicial; es hermético e inaccesible desde el vestíbulo de donde arranca, representa una porción de la planta noble que ha descendido transportando luz y permitiendo, desde abajo, ver una pequeña muestra de lo que será la esencia del edificio.
La disposición de esta pieza sobre el vestíbulo rompe la visual del eje transversal por otras oblicuas que se pierden en los escorzos, genera una circulación en su entorno y subdivide el espacio inicial.
Para pasar al otro extremo se debe ir por la zona más oscura, por la parte más alejada de la fachada; esa zona es más acotada, por tratarse de una zona de paso. Superado el obstáculo central se descubre de nuevo la amplitud inicial y la luz de la fachada acompaña el recorrido. Una nítida luz proviene de la pared del fondo. Una vez en el extremo opuesto, un patio interior de escasa altura devuelve las visuales hacia el exterior e indica al visitante, la existencia de un conjunto de dependencias del edificio que se prolongan longitudinalmente; se trata de la zona correspondiente al Centro de Estudios Iberoamericanos, área planteada a efectos funcionales como un anexo del edificio.
Antes de volver hacia atrás, una porción del vestíbulo se dilata y se separa levemente del resto. Es el foyer de la sala de actos.
El retorno al punto de partida se hace bordeando, por dentro, la fachada de acceso. La zona está orientada a levante y la cálida luz de la mañana se escampa libremente por todo su ámbito. El espacio está ocupado por los ficheros generales de la biblioteca y por grupos de sillones que forman varias zonas de reposo; su ubicación coincide con las partes más cálidamente iluminadas.
Volviendo al inicio, se encuentra la escalera que asume todo protagonismo. La ascensión es recta, amplia, sin cambios de trayectoria, abierta por los costados sin obstáculos en derredor. Antes de llegar al techo del vestíbulo, se detiene por la presencia de una entreplanta camuflada tras la ciega pared que delimitaba el vestíbulo inicial.
La plataforma de la entreplanta es bastante más reducida de tamaño que la anterior, pero su altura libre es considerablemente mayor, con alrededor de diez metros de altura. La sensación de altura es dominante sobre todo su ámbito, potenciada por tratarse de un recinto alargado. Dos galerías periféricas, una sobre la otra, marcan dos líneas de cornisa sobre las paredes perimetrales que invitan a mirar hacia arriba.
La luz, que proviene del largo paramento longitudinal y que se corresponde con la fachada posterior del edificio, es fuerte, proviene de poniente. Sin embargo los dobles balcones de la sección transversal actúan como brisoleil, evitando toda radiación directa del sol. La claridad del nuevo recinto supera ampliamente la del anterior vestíbulo. Son dos los efectos que cualifican este espacio para ponerse en relación al primero: volumen de aire, dispuesto en altura, y cantidad de luz por metro cuadrado; ambos son superiores.
La planta del recinto se ensancha ligeramente en el área de encuentro con la escalera, generándose en este punto una zona más amplia y, aunque esté parcialmente ocupado por el bar, la vidriera que los separa hace que su recinto se sume visualmente al anterior en un único espacio.
Se llega aquí girando a la derecha según el sentido de la escalera, para recorrer longitudinalmente el largo vestíbulo que lleva al otro extremo. El visitante puede distinguir que se encuentra bajo el volumen dorado que corona la obra. Sobre este plano de techo se ubica, el depósito general de libros.
Una vez alcanzado el final del vestíbulo, se descubre otra escalera, simétricamente dispuesta a la anterior que permite retomar el trayecto antes dejado para seguir subiendo.
La planta noble se encuentra elevada del suelo a más de 6 metros, con una superficie mayor a los 10.000 metros cuadrados. El recinto mide unos 165 metros de longitud y su anchura es variable, teniendo una amplitud media de 60 metros. Con la nueva escalera se llega a los 2/3 de la planta.
Se encuentra aquí la sala general de lectura, que ocupa la superficie del vestíbulo más la correspondiente a la zona de Estudios Iberoamericanos. El espacio es casi equivalente a la proyección de todo el edificio. El techo de la sala se encuentra a 9 metros de altura. La luz es uniforme y absoluta, y proviene del diedro formado por el techo y de la fachada este, la del acceso. Esta característica marca un orden inicial al recinto; la zona opuesta corresponde al paramento ciego, por donde atracan las escaleras, más o menos como ya ocurriera con el vestíbulo de la planta baja pero al revés; sin embargo ahora todo es mayor y más acusado. Sobre este paramento aparecen dos pasarelas superpuestas, como si fuesen palcos de un auditorio.
La vasta explanada se compone de tres ámbitos: el central, que es el mayor, y otros dos laterales que lo envuelven. En la parte central aparece el hueco rectangular que desciende a la planta de acceso, aquél que transportaba luz a la planta baja. El vacío está protegido del exceso de altura por una marquesina aislada de dos plantas. Estas plataformas, que equivalen a construcciones aisladas dentro del manto general de la cubierta, se prolongan por el ala lateral contigua generando otros espacios útiles que colaboran a zonificar la enorme sala de lectura.
En el ala opuesta, a la izquierda, justo en la zona de llegada de la segunda escalera, el otro espacio lateral se ocupa con una única entreplanta. Los tres espacios, aun siendo independientes, forman una unidad bajo la deslumbrante luz cenital.
Desde el altillo de una de las alas, se aprecia la visión del espacio en conjunto.
A cuatro metros por encima de la planta noble se descubre la pared lateral, ciega en la zona baja y a lo largo del vestíbulo de la entreplanta. Por el interior se disponen estrechas franjas que lo ocupan y ofrecen la posibilidad de nuevos recorridos periféricos.
Volviendo al extremo opuesto de la planta noble, bajo el palio que preside el gran espacio central se ubica una escalera auxiliar que lleva a las dos entreplantas; cada rellano intermedio es una baranda cuidadosamente dispuesta sobre el espacio en derredor. La segunda entreplanta es un nuevo punto de vista, más privilegiado que los anteriores. Desde allí una pasarela comunica con el paramento lateral que alberga los palcos. En el cruce arranca otra nueva escalera de servicio que conduce hasta el techo del edificio. Su paso está restringido al personal de la casa y es el acceso al depósito general de libros. Las salas de ponencias y de lectura ascienden en forma de terraza hacia los depósitos sin ventana, cubiertos con placas de aluminio oxidadas en dorado. Esta fachada ciega corresponde con la ubicación del edificio en relación al Muro.
En el punto de arranque, la escalera de servicio se conecta con las galerías laterales que se desarrollan longitudinalmente sobre la ciega pared lateral y dan grueso a este paramento que se haya contiguo al hall de la entreplanta.
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