Biblioteca nacional de Francia
Introducción
El 14 julio del 1988 el Presidente de la República Francesa Mitterand anunció su propósito de construir en París la biblioteca más moderna del mundo, con la denominación de «grand projet de l’Etat.»
De este modo, a comienzos de 1989 fue convocado un concurso por invitación, en el que participaron 244 arquitectos de fama internacional: el comité de la «Association pour la Bibliothèque de France» seleccionó veinte proyectos, de los cuales sólo cuatro fueron sometidos a la atención del Presidente Mitterand.
Se trataba de los trabajos de Dominique Perrault, Jan Kaplicky, James Stirling y Philippe Chaix.
Finalmente, los miembros del jurado eligieron por unanimidad el proyecto del francés Perrault, que entonces tenía tan solo 36 años: gracias al encargo conseguido para el nuevo edificio de la biblioteca, el joven arquitecto alcanzó bien pronto la notoriedad
Situación
El complejo arquitectónico surge en la zona oriental de la capital francesa, en las orillas del Sena: su aspecto austero e imponente se conjuga perfectamente con el contexto urbano en el que se encuentra ubicado.
Concepto
La fuerza de esta obra consiste en el carácter radical de su propuesta. Perrault crea una gran plaza central delimitada en sus esquinas por cuatro altas torres en forma de diedros. En dichas torres ubica los distintos depósitos de libros, mientras que los espacios destinados al público, salas de lectura, auditorios, etc. se ubican por debajo y a los costados de la gran plaza central. La propuesta significa una inversión literal del criterio de enterrar los libros y sobreelevar las salas de lectura, presente entre otros casos en la Biblioteca Nacional de Clorindo Testa.
Perrault logra a su vez con su propuesta una serie de objetivos simbólicos y urbanos. Las cuatro torres que contienen los libros tienen a su vez la forma de cuatro grandes libros abiertos que contienen el espacio central, con lo cual se produce una identificación analógica entre forma y contenido que transforma el edificio en un enorme alegoría legible a nivel urbano.
A su vez el espacio que dichas torres y el basamento encierran configura un remanso en medio de la agitación urbana, lo cual lo torna especialmente propicio para invitar a la lectura. Incluso la creación en dicho espacio de una plaza verde contribuye a crear la sensación de claustro que comúnmente se asocia con la meditación y la lectura.
Espacios
La obra de Dominique Perrault es caracterizada por cuatro grandes torres angulares de 79 m cada una que corresponden simbólicamente a cuatro libros abiertos. Cada torre lleva un nombre:
- Torre de los tiempos
- Torre de las leyes
- Torre de los números
- Torre de las cartas
El espacio central, delimitado por los cuatro cuerpos, está ocupado por una enorme plaza.
En el interior de la construcción los ambientes se suceden como escenografías, con una identidad bien definida, hasta el punto de quedar bien impresos en la mente del visitante.
Encontramos una sala de lectura abierta al público, que contiene 1.600 puestos de lectura y otra reservada a científicos e investigadores, dotada con más de 2.000 puestos de lectura.
El observador experimenta una primera separación del resto de la ciudad, subiendo una larga escalera de madera que parte del basamento de la biblioteca.
A lo largo de los lados más cortos del solar, el tramo está flanqueado por espalderas no muy altas, formadas por cajas de metal cerradas y por bastidores de aluminio cubiertos de enredaderas. Son precisamente estas estructuras las que marcan el paso de la ciudad llena de vida al vacío del basamento, ofreciendo al mismo tiempo refugio del viento. En cambio, en correspondencia con los lados más largos, la vista queda recalcada solamente por las vigas del puente de la Rue Jardin: la explanada se convierte en un espacio escénico amplio y profundo, cuyos límites están señalados por los imponentes y sobrios volúmenes de las torres.
Las torres se introducen en la cavidad de la Rue Jardin como cortinas sobre sus guías, como si el enfoque pudiera ser variado continuamente con un simple avance hacia adelante o hacia atrás.
Un muro inclinado y revestido de losas de acero, que se eleva sobre el plano de la plataforma con un perfil triangular, indica el recorrido que baja desde la parte superior hasta el corazón de la biblioteca.
Materiales
Sus proyectos se caracterizan por la ausencia de decoración, la importancia otorgada al entorno urbano y una inclinación por la utilización de superficies metálicas, muros de concreto y de cristal. Este último lo emplea mucho porque le permite hacer traslúcidos y ligeros a los edificios de gran volumen logrando plasmar su concepción de la antiarquitectura.
Las envolturas de cristal de las torres están provistas de filtros para los rayos solares, que producen un efecto de refracción de la luz mediante prismas cristalinos.