Arquitecto
Año de Construcción
1935
Reformado en
1952
Ubicación
Charente-Maritime, La Palmyre-Les Mathes, Francia

Introducción

Esta tranquila obra constituye, junto con la Casa Errázuriz en Chile y en gran medida con las Casas Jaoul de París, uno de esos singulares momentos en que Le Corbusier se apartaba de los cinco puntos y de la estética cubista y lograba un producto más centrado en las texturas de los materiales tradicionales, lo tectónico y una relación menos antagónica con el mundo natural y el paisaje. Destaca por su claridad de concepción y por su lógica en el uso de los materiales.

Situación

La Palmyre-Les Mathes es una comuna francesa, situada en el departamento de Charente-Maritime en la región de Poitou-Charentes.
La casa de vacaciones Les Mathes, se encuentra en esta comuna, en la 17 Océan Avenue, distrito 17570, junto al estuario del río Garona, zona próxima a Burdeos, Francia.

Concepto

Casa pensada para pasar temporadas de vacaciones, en un lugar en la montaña cerca del mar. Esto le permite plantear una organización abierta con contacto directo con el territorio.

La distribución a través de las zonas comunes y de galerías abiertas superpuestas. La casa orienta las zonas comunes hacia el mar, al oeste, y las habitaciones privadas hacia el este. Se trata de un acercamiento, en un pensar, al problema de habitar conforme a unas condiciones determinadas sin recurrir en modo alguno a la repetición de modelos estereotipados ajenos.

Espacios

En la planta baja se sitúan el aparcamiento cubierto pero sin cerrar, dos habitaciones, un baño y la zona de cocina con una mesa para comidas rápidas o desayunos.

En la planta superior a la que se accede desde el aparcamiento se sitúan otras dos habitaciones, un baño y la zona de estar donde también se coloca una mesa que puede servir para comidas y cenas con invitados. En la sala de estar pueden dormir dos personas más.

En total la casa puede acoger cómodamente a 9 personas.

Todas las estancias, tanto en la planta baja como en la planta superior se comunican por una galería techada pero abierta a la intemperie. Esto no es un problema en el momento en el que pensamos que se trata de una casa de veraneo y sólo será habitada durante las estaciones más cálidas del año.

Estructura

La racionalidad corbusiana emerge de modo inequívoco en la simplicidad y rotundez de la idea generatriz: una «S» de mampostería de piedra rústica como gesto zonificador, enmarcando en sus dos concavidades las zonas de estar y de servicio.

El resto de los cierres de la casa están resueltos con elementos livianos, de construcción en seco: techos de estructura de tirantes de madera y frentes de carpintería y panelería seca. La fuerza y la síntesis expresiva de la obra radican en ese solo tema: el contraste entre la «S» ciclópea y los cerramientos livianos del resto.

La casa se construye a través de muros de piedra que se rigidizan entre sí, una vez levantados se coloca la estructura y los forjados de madera. Todas las habitaciones disponen de ventilación cruzada y muros, voladizos y terrazas protegen las estancias del sol. Los grupos de agua están centralizados sobre un pozo que los sirve.
Los muros de 45 cm de espesor, se sitúan longitudinalmente a distancias de 12,5 metros y transversalmente a 5,1.

La altura entre el suelo de la planta baja y el de la planta primera es de 242 cm y la máxima de los muros es de 575 cm en la fachada oeste y de 555 cm en la fachada este.
Los pilares de madera se colocan cada 250 cm, excepto en los extremos, donde aparecen ligeras variaciones de ajuste.

Materiales

La rusticidad de los materiales no es en modo alguno un obstáculo para la manifestación de un plan claro y una estética moderna. ( Le Corbusier, 1930 )

El tema central que es la utilización de piedras rústicas, es acompañado por un subtema a nivel de texturas y calidades visuales, como es el contrapunto entre la rusticidad de la piedra y el diseño purista, con resonancias neoplásticas, de la carpintería.

Está proyectada para ser construida con componentes y mano de obra del lugar, mostrando que la modernidad no está reñida con los materiales tradicionales ni precisa de grandes medios técnicos, sólo claridad y sensibilidad en su razonamiento.

La misma greca que construye los muros genera los rasgos expresivos y plásticos de la casa. Todo surge de un mismo gesto en la unidad de los materiales y su situación, lo que no impide la tranquila libertad para la ejecución de los detalles dentro del sistema, como sucede en la ventana a poniente de la cocina o en los colores de los paneles de madera de los cerramientos, pintados alternativamente de marrón, azul y blanco.

Planos

Fotos