Casa en Petrópolis
Introducción
El proyecto «Casa em Petrópolis» ganó, en 2004, el Prêmio Anual do Instituto de Arquitetos do Brasil / RJ, en la categoría Obras Construídas.
Petrópolis, en el estado de Rio de Janeiro, era el lugar de veraneo de la familia imperial. A sólo 60 kilómetros al norte de la segunda capital de Brasil, Petrópolis se eleva 830 metros sobre la Bahía de Guanabara, a la vera del camino que en 1720 se convirtió en la nueva ruta entre Río y Minas Gerais.
La fuerte impronta histórica, que otorga a Petrópolis el mote de Ciudad Imperial, contrasta con un terreno agreste, virgen en su mayor parte, que admite desde la típica casa colorida y rústica hasta las más nítidas expresiones del racionalismo, un legado de Le Corbusier que Brasil manifiesta en sus monumentos y en su arquitectura doméstica constantemente. La fuerte influencia de Le Corbusier (y su discípulo Oscar Niemeyer) es más evidente y relevante en la ladera de un morro, en el claro de un bosque, que en la gran ciudad. Brasil es una tierra de contrastes y eso al racionalismo le va muy bien. En Brasil, el racionalismo no sólo sobrevive, es un signo de identidad.
Situación
Ubicada en la región serrana del Municipio de Petrópolis, estado de Río de Janeiro, Brasil
Concepto
Algunos de los requisitos iniciales de esta casa de veraneo implantada en un terreno en declive y con pocos árboles en comparación con el entorno:
- seguridad de la casa, principalmente cuando está desocupada
- mucha ventilación y asoleamiento
- protección contra la humedad del terreno
- privacidad en relación a los vecinos
- contigüidad con las áreas llanas externas
Un volumen cúbico blanco de 10 metros de lado, alineado al límite superior del lote, fue la respuesta.
Cuando los moradores no están en la casa, la solidez del cubo es reestablecida con el cierre de las cortinas metálicas que garantizan la seguridad de la casa. Cuando la cortinas se abren, grandes vanos vidriados posibilitan abundante claridad y vistas panorámicas.
Espacios
A la precisión y solidez del cubo blanco se contrapone una gran flexibilidad de los ambientes de la vivienda que posibilita constantes interacciones entre ellos y de éstos con el exterior.
Los espacios internos están orientados hacia la mejor vista, al este. Aunque el volumen del cubo delimita con claridad el espacio de la vivienda, existe una fuerte relación interior/exterior.
Los espacios “semiexternos”, cubiertos con pérgolas de hormigón, son esenciales para estas interacciones. Las ventanas de la casa se abren hacia estos espacios, orientados al este, que funcionan como galerías que pueden cerrarse con tres grandes cortinas metálicas de enrollar.
Los dos niveles de la casa se corresponden en dos frentes opuestos con dos escalones que alteran la pendiente natural: un área plana para el estacionamiento y acceso a la casa; dos metros más abajo, en otra platea, la base, el volumen cúbico de la vivienda. Abrazando al cubo en dos de sus frentes, un muro en forma de L a modo de segunda piel.
El muro, pintado de verde claro, determina el límite del corte del terreno y conecta la casa con el sitio. Este muro orienta el acceso a la casa, protege al cubo de la humedad del terreno excavado, de las lluvias del sureste y de de la vista de los vecinos. El muro también define, con la piscina, un cuadrado en cuyo centro, algo girado, se asienta el cubo blanco.
Materiales
Hormigón, cortinas metálicas, grandes cristaleras.
Planos




Fotos













