Casa Giovannitti
Introducción
La Casa Giovannitti, obra importante entre las realizaciones de los años setenta, inicia un nuevo enfoque proyectual que caracterizará muchas de las obras sucesivas y que recoge todo aquello que Meier ha ido experimentando en sus edificios.
“…Cuando el cliente para una casa me visita, generalmente lo primero que trato de hacer es disuadirlo de que la construya. Si el cliente insiste en seguir adelante con el esfuerzo y la angustia, iniciamos el proceso de diseño. Intenté especialmente disuadir a Frank Giovannitti de que construyera esta pequeña casa en Pittsburg. Sin embargo, tenía la intención de tener una nueva casa y yo respeté su voluntad. Además de vender la mitad de su propiedad para financiar la construcción, se levantó una casa de Robert Venturi en el patio trasero, también actuó como contratista general, con todos los peligros que conlleva ese rol. A pesar de los desafíos que implica su realización, la Casa Giovannitti sigue siendo una joya en la que la luz, como la de las pinturas de JMW Turner o Winslow Homer, rebota para darle esa calidad destilada pero brillante…” (Richard Meier)
En 1985 la casa recibió un premio al mérito en el capítulo de NYC AIA.
Situación
La vivienda se encuentra en un terreno en pendiente a pocos kilómetros hacia el este del centro de Pittsburg, Estados Unidos, en un área verde pero rodeado de otras viviendas en el vecindario de Squirrel Hill.
Aunque la casa se encuentra en un camino privado, su proximidad a la calle la hace muy visible, convirtiéndola, probablemente, en uno de los proyectos más visitados del arquitecto. Esta misma calle, ubicada en la parte superior del terreno, es utilizada por Meier como punto de referencia para la ubicación de la misma.
Concepto
El diseño de esta casa se desarrolló en respuesta directa a su pequeña e inclinada situación suburbana. Debido a que está rodeada por otras residencias, el diseño fue impulsado por el deseo de maximizar la privacidad y al mismo tiempo crear vistas estratégicamente enmarcadas que ofrecerían una amplia sensación de espacio.
El sentido del volumen y el sentido de la masa se combinan con los dobles volúmenes y los vacíos interiores, verificando el sentido y la potencialidad de sistemas autocéntricos, abandonando aquella bidimensionalidad, por lo menos aparente, que había caracterizado tantos de los proyectos precedentes.
Se trata de una pequeña vivienda para dos personas, inmersa en un área verde, donde la búsqueda de privacidad se volvió una necesidad funcional.
Así es que se recurrió a los llenos en el volumen y a la orientación alejada de la calle de la mayoría de las funciones.
Espacios
Como resultado de la ubicación de la casa, con casi todas las ventanas de espaldas a la calle, el acceso se realiza a través de una fachada simple, con pocas aberturas, que ofrece privacidad a sus ocupantes.
La matriz del proyecto es la intersección de dos cubos. Uno de los cubos se desarrolla en tres niveles y es donde se encuentra la mayor cantidad del programa. En el otro cubo se encuentran los servicios: cocina y garaje, funcionando como terraza del segundo nivel del primer cubo. Este también cuenta con terraza accesible en la cubierta. Como resultado de la venta por parte de Frank Giovannitti de la parte trasera del terreno para poder financiar su nueva casa, las terrazas de esta no tienen grandes vistas, miran hacia una pequeña porción de césped, algunos árboles y otras casas de los alrededores. En la parte del terreno vendida se construyó la Casa Abrams de Robert Venturi y Denise Scott.
Interior
En el interior, el programa se desarrolla verticalmente, dándole a tan pequeña vivienda, espacios interiores de una amplitud inesperada resaltada por la entrada de luz natural a través de los ventanales de doble altura, los muros blancos y las paredes de ladrillos de vidrio tan utilizados por Meier en sus proyectos. Cuando se le preguntó a Giovannitti cómo describiría vivir en una casa de Richard Meier su respuesta fue: “… es luz, luz, luz, luz…».
Un baño en el frente de la casa cuenta con una pared entera hecha de bloques de vidrio. Toda la puerta del garaje también es de vidrio, y un techo presenta partes de bloques de vidrio que permiten que entre aún más luz.
El comedor y el cuarto de huéspedes, a los que se accede desde la cocina y el garaje, se encuentran en el primer nivel.
Al estar construida sobre un nivel con pendiente la sala de estar y la entrada principal de la casa se están en el segundo nivel, junto a la terraza sobre el garaje.
La biblioteca y el dormitorio se ubican en el tercer nivel. Una escalera de madera junto al acceso comunica los tres niveles.
Pese a su tamaño relativamente pequeño Meier desarrolla su capacidad para crear pequeños espacios muy personales con detalles característicos de sus obras como las barandillas blancas, los grandes azulejos y la característica “curva de piano”
Estructura y materiales
La estructura fue realizada con hormigón armado. Este material se repite en los muros de las cuatro fachadas, columnas, vigas, cubiertas y voladizos. En su construcción también se utilizó vidrio, ladrillos de vidrio, madera y acero.
En las áreas públicas se utilizaron grandes superficies vidriadas, mientras las zonas más privadas se protegieron con ladrillos de vidrio semi transparentes.
En las fachadas, paneles de acero esmaltado en porcelana y estuco protegen los espacios privados, mientras que una delicada piel de vidrio con marco de acero permite que la luz penetre en los espacios públicos.
Los suelos interiores fueron cubiertos con madera. Gran parte del mobiliario fue diseñado por el arquitecto.