Casa Marshall
Introducción
La Casa Marshall, construida por Barrie Marshall del Estudio Denton Corker Marshall como casa de playa para su familia, es larga, oscura y austera, ostentando un refinado y cuidado diseño.
Terminada en 1992, la Casa de Philip Island, como también se la conoce, es una dentro de una serie de experimentos formales para crear espacios simples, carentes de connotaciones domésticas convencionales y se ha convertido en un excepcional ejemplo de arquitectura residencial en Australia.
Situación
Esta casa de vacaciones se encuentra en Philip Island, con vistas a la pequeña bahía de Kitty Miller, Victoria, Australia, a dos horas de coche hacia el este de Melbourne.
Enterrada en las dunas, desde la playa se puede apreciar una línea baja y negra, del mismo color que las rocas, con mechones desiguales de la hierba que crece en las dunas, por encima de la casa. Por el lado de tierra está totalmente oculta. El objetivo era mantener un perfil bajo y tener un enfoque interno de la casa, evitando el compromiso con el contexto circundante.
Concepto
El arquitecto pensó primero construir una casa de madera que cumpliera la misión de casa de playa, pero al recapacitar sobre el entorno comprendió que lo peor que se podría hacer con el paisaje de la Bahía de Kitty Miller sería colocar un objeto en medio. Con este concepto en mente resolvió que la casa tenía que formar parte del paisaje, ser algo parecido a un refugio o búnker bajo tierra. Y esta es la impresión que da la vivienda a primera vista, pues parece enterrada en las dunas, aunque sólo es una ilusión. Barrie Marshal la compara con un bombardero o un avión espía, por su aspecto reservado y más bien intimidatorio.
La privacidad era lo más importante para el arquitecto y su familia, y ello se refleja en la elección de un estilo que es a la vez severo y elegante, sin piedad. Se trata de un ejercicio personal de monumentalidad y contención concebido por Marshall para su familia y amigos, a la vez que un ejercicio magistral en los descubrimientos, que demuestran que la gravedad del estilo no tiene por qué descartar la riqueza de la experiencia arquitectónica.
Descripción
El edificio de ninguna manera connota residencia o domesticidad. En su contexto, se esconde como un bombardero Stealth, oculto y subversivo.
Patio
A su llegada, los visitantes son conducidos a través de una estrecha ranura en la parte oriental del muro perimetral de hormigón, oculto exteriormente por lo que parece ser un aumento natural del terreno, pero que en realidad es un montículo artificial, arribando a un patio de césped rectangular que también sirve como parking. Abierto al cielo, pero efectivamente protegido del viento y el deslumbramiento, no hay ninguna pretensión en el espacio, sólo adornado por los paneles de hormigón en tres lados con matorrales naturales en la parte superior. La casa, que constituye el cuarto lado de la plaza, presenta una superficie similar de hormigón, roto por las aberturas de ventanas aparentemente carentes de marcos. La mampostería aquí está marcada por profundas hendiduras en forma de disco, del encontrado en los bloques de hormigón, estilo Kahn o Ando. Estos crean un patrón cuadriculado que sólo de vez en cuando se coordina con los huecos de las ventanas. La idea que Marshall tiene de la geometría es estética y fluida, en lugar de insistente, ya que no predetermina la posición de todos los elementos de superficie.
Las rampas formadas por las dunas llegan a la altura del techo por tres de sus lados, el paisaje se extiende y continúa sobre el techo de la casa, la cubre y desciende hasta alcanzar el suelo.
Casa
La casa es una larga y fina caja de hormigón, negra por dentro y por fuera, atrapada entre dos largas paredes, del mismo alto que los muros perimetrales, 3 metros, que forman el borde de un patio cuadrado, hundido en la duna, la casa es un simple rectángulo largo. Barrie Marshall, describe esta casa de una sola planta como un “edificio bajo tranquilo y elemental”.
La cocina – comedor está desprovista de accesorios que no sean un par de bancos de acero inoxidable. Pero no por ello el ambiente es áspero o cuasi-industrial, las superficies y los cajones están meticulosamente detallados, especialmente por las delicadas formas de las delgadas asas. Un gabinete también de acero y con ruedas contiene la nevera.
Ventanas
En la elevación que se abre al océano, las ventanas están dimensionadas y posicionadas dentro de cada habitación para enmarcar el paisaje que se abre al mar, como si de un cuadro se tratase, determinando las proporciones y ubicaciones de las mismas según estas consideraciones internas.
Las que miran al patio, en la fachada norte, son poco numerosas y pequeñas, para proteger del sol y el viento. Las pequeñas “ventanas pingüino”, así bautizadas por el socio de Marshall, John Denton, recorren a lo largo la fachada noroeste de la casa, permitiendo la entrada de luz desde el patio, pero sin una vista directa sobre el mismo. El patio ofrece protección contra los vientos y concentra el sol durante el invierno.
Desagües y salida de humos
Las salidas de desagüe de la cubierta están insertadas en pequeños recortes triangulares calados en el hormigón y el único detalle un poco desenfadado de la construcción lo constituye la salida de humos del hogar ubicado en la sala de estar, que sobresale inclinada sobre un lateral de la cubierta.
Espacios
La casa responde increíblemente bien al movimiento del sol a lo largo del día y las habitaciones se iluminan por los fragmentos afilados de luz, mientras que otras zonas permanecen en la sombra.
Patio
Una vez atravesada la entrada entre dos muros cubiertos por dunas y hierba se accede a un espacio rectangular, entre tres muros de contención y un cuarto lado creado por la casa, es uno de los espacios más emblemáticos de la casa, el patio cubierto de césped, aunque no es fácil determinar cual es su función. En ocasiones sirve de aparcamiento, aunque su misión parece más ceremonial que funcional, como en los antiguos recintos sagrados.
Justo frente a la brecha de entrada tres aberturas indican la existencia de un gran garaje y un almacén. Sobre el muro sur, al lado izquierdo, sobresale una pantalla vertical de acero galvanizado que indica la entrada principal a la casa.
Casa
La casa propiamente dicha está contenida entre el muro sur del patio y otro muro paralelo que mira al mar, en una sola planta. Uno de los extremos de este muro está enterrado en la arena, mientras que el otro forma un muro de contención ahusado. La hierba que crece encima de la casa refuerza la ilusión de muro de contención.
En el patio, una mampara de acero galvanizado que se adentra en la esplanada dirige al visitante a la puerta principal. A la izquierda una gran ventana sugiere el paisaje del cercano océano. En un extremo de la larga caja de hormigón se ubica la sala de estar, en el otro el dormitorio principal en suite y a lo largo de la franja de circulación, por el lado del patio, se ubican otros dos dormitorios y dos baños.
Entre el comienzo de este pasillo de circulación y la sala de estar una estancia más amplia acoge la cocina-comedor y la entrada principal. Una vez en el interior de la sala comedor, en un ángulo, una chimenea con forma de embudo orienta la salida de humos hacia la parte superior del techo, entre los matorrales de la cubierta. Esta parte de la casa presenta una especie de tribuna hacia el jardín que da amplitud a la estancia, a la vez que se retrae con respecto a la línea de fachada que mira al mar, para dar lugar a un porche. Desde la cocina, una puerta giratoria da acceso a la sala de estar, que ocupa el extremo oeste de la casa.
Materiales
Esta zona de la costa australiana está salpicada de casas de fibra, muchas elevadas sobre delgados pilotes para poder ver el mar por encima de las dunas. La Casa Marshal rechaza esta tradición de construcción ligera y presenta un enfoque alternativo a la casa de playa.
Construida totalmente en acero galvanizado y hormigón negro armado in situ, la casa no tiene nada de la temporal e improvisada naturaleza de la típica casa de veraneo. Marshall ha concebido la casa para su familia como una construcción sólida que no sólo abraza la tierra, sino que en realidad está oculta dentro, como si fuera a buscar refugio contra los elementos, consiguiendo con este dispositivo que la casa esté, efectivamente, oculta a la vista.
Los suelos son de terrazo negro pulido y los tabiques y puertas de acero sin pintar, elementos todos que no hacen más que acentuar el carácter austero y grave de la vivienda pero que logran un efecto de ligereza inesperada con la captura y filtrado de la luz externa.
Al igual que en los trabajos de Kahn o Ando, las juntas de trabajo verticales han sido cuidadosamente trabajadas y en su colocación destacan las marcas redondas en el encuentro de los bloques de hormigón.
Al entrar en la cocina – comedor, el visitante es inmediatamente impactado por la naturaleza, de repente hay un panorama deslumbrante de rocas, arena y mar. A diferencia de los paneles de hormigón frente a la plaza cubierta de hierba, la parte más alejada de la casa se abre en una serie de paneles de vidrio, fijos, correderos o de lamas, algunos retroceden tras una columnata como protección.
Dunas
Las dunas que protegen la casa, en realidad son taludes artificiales dispuestos contra los muros de hormigón que forman el patio cuadrado.