Club Rusakov
Introducción
El Club Rusakov constituye el más célebre centro para trabajadores realizado por el arquitecto ruso Konstantin Melnikov. Este tipo de edificios fueron creados en la URSS en los años 20 y 30 como lugares de reunión para la nueva clase obrera surgida de la revolución rusa de 1917. El escaso uso que de ellos hizo la población fue criticado en 1924 por León Trotski en su escrito en el periódico Pravda, por lo que el programa de estos clubes fue ampliado a actividades educativas, deportivas y culturales. Con el tiempo, algunos de estos clubes llegaron a convertirse en centros sindicales.
El club Rusakov fue bautizado con este nombre en honor a Iván Vailievich Rusakov (1877-1921), pediatra que llegó a ser una figura prominente en el Partido Bolchevique y responsable médico y político del distrito Sokolniki, donde se sitúa el edificio. Además del Club Rusakov, Melnikov construyó otros cinco centros más de este tipo en Moscú y sus inmediaciones: los clubes Frunze, Burevestnik, Svodboda, Kauchuk y Pravda. En todos estos proyectos el arquitecto experimentó con el constructivismo y sus diferentes posibilidades formales, alcanzando en el Club Rusakov el resultado más expresivo.
Esta arquitectura de vanguardia también sirvió para promover los valores de la nueva Unión Soviética y mostrar el papel protagonista del obrero en la vida social y política del nuevo estado. En fotografías antiguas del Club Rusakov se pueden ver escritas en la fachada frases como “Club Rusakov – Unión comunal” y “Escuela de comunismo”. Además, la materialización de estos edificios quiso mostrar la nueva era industrial soviética, en la que el centro de la vida sería la comunidad de trabajadores que disfrutarían de nuevas y modernas instalaciones. La nueva y poderosa Rusia podría proveer para su gente y competir con el modo de vida occidental.
Con el tiempo estos centros cayeron en desuso y fueron deteriorándose, pasando a formar parte de la arquitectura utópica de la Rusia de los años 20.
Situación
El club Rusakov se sitúa en el número 6 de la calle Ulitsa Stromynka, en el barrio Sokolniki de Moscú, Rusia. El edificio se encuentra junto a la intersección de esta calle principal con la pequeña vía Babayevskaya Ulitsa.
Concepto
El Club Rusakov es ante todo un lugar social, pero para entender bien este proyecto y su función no hay que olvidar el contexto en el que se desarrolló. El Lissitzky, artista ruso contemporáneo a Melnikov, opinaba que los centros para trabajadores eran el taller de transformación de los hombres. En el caso del Club Rusakov, esta idea se plasmó literalmente en la fachada del edificio, donde un gran letrero decía “Escuela de comunismo”. Así pues, éste club, así como el resto de clubes creados en aquella época en la URSS, fueron lugares de reunión en los que debía surgir y desarrollarse la nueva sociedad comunista. El arte pasó a ser considerado en aquel momento como uno de los medios de transformación de la sociedad por lo que estos centros albergaron grandes auditorios como en el caso del Club Rusakov.
Para Melnikov los clubes obreros debían diferenciarse volumétricamente del resto de edificios para significar su función, por lo que experimentó con diversas formas expresivas tanto en el exterior como en el interior. La relación del arquitecto con el círculo artístico en el que también se encontraba El Lissitzky, puede apreciarse en la forma en cuña de la planta del Club Rusakov, también presente en obras de este artista.
La variedad en el programa del club hizo al arquitecto plantearse la versatilidad en la relación de los espacios. En estos clubs se llevaban a cabo diversas actividades como teatro, cine, conferencias, reuniones, discursos, etc. por lo que la posibilidad de independizar los espacios en unas ocasiones y unirlos en otras significaba una mayor posibilidad de uso de las instalaciones. Así, decidió organizar el edificio en base a tres zonas que podían trabajar conjuntamente o por separado y que convergirían en el centro del edificio, el escenario. Esta disposición tan singular de las zonas de espectadores fue usada además por Melnikov para dar expresividad en el exterior de todo el conjunto.
Historia
El Club Rusakov fue concebido como un espacio social de reunión para los trabajadores del taller de reparación de coches y tranvías del barrio de Sokolniki, inaugurado en 1905. El arquitecto moscovita Konstantin Melnikov (1890-1974) recibió el encargo de esta obra de manos de la Union Kommunalnik en 1927 y lo desarrolló en el estilo constructivista en alza en la URSS en aquella época. Tanto su estilo como su composición e innovación en cuanto a los aspectos técnicos de esta tipología hicieron en seguida del Club Rusakov un ejemplo de la arquitectura de vanguardia de los años 20. Además, el aspecto casi fabril de toda la obra, definida por el hormigón, el ladrillo y el cristal, supuso un reflejo de la nueva era industrial en la que la URSS quería embarcarse.
La realización del club no estuvo exenta de polémica. El proyecto del arquitecto gustó en seguida al sindicato de trabajadores por su originalidad, sin embargo, los constructores vieron en la novedosa imagen del edificio dificultades de realización. Finalmente se impuso la voluntad del cliente, la Union Kommunalnik, y la obra siguió adelante.
El diseño del Club Rusakov fue también criticado en la época por los sectores más funcionalistas de la profesión. Éstos argumentaron que la funcionalidad de los espacios había quedado en el proyecto supeditada a la expresividad formal del conjunto. Fuera de la URSS, Karel Teige opinó en 1936 que los clubes de trabajadores de la Unión Soviética eran meros objetos juguetones, despreciando el valor social que había en el origen de la concepción de estos espacios.
En cuanto al rol social de estos centros, la fachada del Club Rusakov mostró desde su inicio la ideología detrás de la obra, contando con letreros que rezaban “Club Rusakov – Unión comunal” y “Escuela de comunismo”. Además, en el 40 aniversario de la Revolución de Octubre, una gran imagen de Lenin fue colgada de la fachada para conmemorar el evento. Más tarde, hacia los años 70, el club obrero pasó a convertirse en la Casa de la Cultura Rusakov, cambiándose los rótulos de la fachada.
A finales de los años 30 el edificio sufrió una renovación poco respetuosa con el diseño original, y a lo largo de todo el siglo XX no se mantuvo el edificio por lo que fue deteriorándose. Las únicas remodelaciones que se llevaron a cabo fueron la reposición de los acabados exteriores y la retirada de los carteles de estuco con el nombre del club. En 1996 el teatro fue alquilado a un director de teatro de vanguardia ruso, Roman Viktyuk, para ser usado como escenario y club nocturno pero no llegó a utilizarse por el mal estado en que se encontraba y la necesidad de llevar a cabo una restauración exhaustiva del conjunto. Tanto la estructura del techo como los cimientos necesitaban una inspección por su mala condición de conservación.
En 1998 y en el año 2000 este icono de la arquitectura constructivista rusa fue incluido en la lista de World Monuments Watch, organización que promueve la conservación de los monumentos, obras y lugares más emblemáticos de la tierra. Con la ayuda de una donación de American Express, la fundación sustituyó la cubierta del teatro en 1999. Durante este proceso, la Comisión para la protección de monumentos de Moscú, supervisó las obras y aportó más capital que fue destinado a la reparación y reemplazo de las ventanas.
El renovado interés en la obra de Melnikov llevó al Banco de Rusia a acuñar una moneda de 3 rublos con la imagen del club en el año 2005. En 2012, la ciudad de Moscú, propietaria del Club Rusakov, emprendió las obras de restauración general del edificio para darle una vez más su uso como teatro y centro comunitario. Tras las obras, la compañía de Roman Viktyuk, que había estado haciendo sus representaciones en otras localizaciones durante estos trabajos, hizo su debut en el teatro en otoño de 2015. El proyecto de restauración se hizo en base a los planos originales de Melnikov e incluyó la restauración de elementos históricos como los letreros de estuco del exterior. También se aprovecharon las obras para incluir elementos y tecnología moderna. Un informe de DOCOMOMO Rusia hecho en 2016 detalla los cambios llevados a cabo durante el proyecto de restauración integral.
Espacio
Planta y sección
La planta en abanico del club se desarrolla alrededor del espacio central en el que se unen la zona del escenario y las tres áreas que albergan las galerías de espectadores. La disposición de todos los elementos se hace siguiendo una rigurosa axialidad y simetría. El acceso se realiza directamente por la planta baja en su punto central o a partir de dos escaleras exteriores situadas en los extremos de la fachada principal y que conducen directamente a la segunda planta. En la planta baja y la primera encontramos espacios secundarios como zonas de servicios y almacenes. El auditorio en sí se encuentra a partir de la segunda planta. En la tercera empiezan a desarrollarse los tres volúmenes en voladizo que marcan la imagen exterior del conjunto. Melnikov sitúa hábilmente las escaleras de evacuación de estos volúmenes en los espacios intersticiales que quedan entre ellos, consiguiendo evacuar a los espectadores de la manera más rápida hasta el exterior del edificio. Cada uno de estos espacios de espectadores puede utilizarse individualmente separándose de la zona central del auditorio mediante unas puertas abatibles. Unidas tienen una capacidad de aproximadamente 1400 personas. Debajo del volumen central encontramos un espacio que hace la función de zona de descanso de los teatros clásicos. La forma irregular del escenario puede ser delimitada con paredes móviles para crear las diferentes escenografías o adaptar el espacio a diferentes actividades.
La iluminación natural de la sala se realiza de manera tangencial a través de grandes ventanales situados a los lados del edificio. La zona del escenario, sin embargo, es prácticamente ciega para poder controlar la iluminación de la escena de manera artificial.
Fachada
La novedosa fachada que ingenia Melnikov no deja de tener rasgos compositivos clásicos. La fachada principal se forma a partir de un zócalo, que se adelanta respecto la alineación del resto del perímetro y en el que encontramos dos escaleras exentas simétricas que conducen a una terraza; un cuerpo principal y un remate realizado aquí mediante los tres volúmenes en voladizo. Todo ello viene reforzado por la total simetría del conjunto, en la que se alternan partes ciegas, las zonas de espectadores, con partes acristaladas, donde se sitúan las escaleras de evacuación. El color también juega un papel en la composición de la imagen del club. Todo el edificio es de color blanco excepto el cuerpo posterior, donde se sitúa la zona del escenario. Esta diferencia de uso queda marcada por el color rojo de los ladrillos vistos en fachada.
Estructura y materiales
La estructura general del club es de hormigón armado. Una serie de cerchas cubren el espacio libre sobre la platea. Los principales materiales utilizados en el proyecto son hormigón, ladrillo y cristal. El acabado de fachada es estuco.
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