Introducción
El complejo residencial Makuhari es obra del arquitecto Steven Holl. En esta intervención, Holl logra concretar de modo emblemático los principios que guían su arquitectura, notablemente caracterizada por una aproximación filosófica y conceptual al tema del proyecto.
El objetivo es la reorganización espacial de algunos solares, que han sido confiados a diversos arquitectos, para salvaguardar la variedad y la gracia de la experiencia espacial. La intervención de Holl, en particular, se concentró en un complejo de 6 edificios de carácter mixto residencial y comercial.
El complejo incluye 190 viviendas, locales comerciales y áreas de uso público. A pesar de los numerosos obstáculos encontrados, la idea del arquitecto holandés convenció a su cliente, Mitsui Fudosan Group, comenzando la construcción en 1994. La larga lucha condujo a la construcción de un espacio único. El resultado fue alcanzado gracias a los esfuerzos conjuntos de todas las personas implicadas, incluidos el cliente y las empresas constructoras.
El arquitecto recurre a las referencias figurativas y conceptuales sobre la cultura japonesa en su obra, comenzando por el nombre de cada uno de los edificios: Sunlight, Blue Shadow, Fallen Persimmon y House of Nothing. Estos nombres aluden a la sensación de quietud y elegancia de un mundo mitológico y lejano que el arquitecto persigue.
El Kajitsu es uno de los principios inspiradores de su arquitectura ya que el principio fundador de cada proyecto “reside en la expresión material y espacial de una intención espiritual», convirtiéndose en una «balanza en la que se unen la intensidad física e intelectual y el poder de tocar la mente, los ojos y el alma.»
Se evidencia también en el complejo, la voluntad de interacción entre culturas, fundiendo la tendencia contemporánea a la globalización y a la estandarización con la revaloración de los usos y de las tradiciones locales.
La obra fue acreedora de numerosos premios, entre los cuales cuentan el NYC AIA Architecture Project Award de 1993 en Estados Unidos y el Japanese Building Contractors Society Award de 1999 en Japón.
Ubicación
Se encuentra en Chiba, Japón, y surge sobre un relleno de dragado a orillas de la Bahía de Tokio.
Concepto
La intervención, a nivel planimétrico, consiste en la ruptura de la estructura originaria en correspondencia con los cuatro puntos cardinales, para crear «puertas»; y en la construcción de un nuevo edificio en el centro del patio para crear dos jardines más pequeños, denominados patios.
El conjunto residencial está formado por seis edificios, cuyo principio inspirador consiste en la contraposición entre: estructuras activas livianas y volúmenes pesados silenciosos. Es decir, los edificios son interpretados de dos modos diferentes.
El concepto general de edificio silencioso con estructuras activas es una forma diferente de obtener la variedad requerida por el plano regulador de la ciudad.
En este proyecto se ha atribuido especial importancia al espacio público. Normalmente en los proyectos residenciales promovidos por empresas inmobiliarias, el espacio común se reduce al mínimo, porque tiene poco valor comercial. En cambio, en este caso, el espacio abierto se concibe como integrador en la complejidad del lugar y de crucial importancia para los residentes de la nueva ciudad.
El lenguaje arquitectónico usado por Steven Holl siempre se ha basado en la adherencia del proyecto a un concepto preliminar. Este método, que se encuentra en todas sus obras, lo ha ayudado a concebir edificios en términos unitarios, evitando el peligro de una fragmentación. Además, le ha permitido indagar sobre la calidad de la luz y sobre la fluidez de las formas, permitiéndole realizar la obra como un «unicum» en una relación inconfundible con el lugar. Queda lejos, en su estética, cualquier forma de brutalismo o de referencia a la componente nocturna, «enferma» por la contemporaneidad: la búsqueda, aquí, por el contrario, está orientada a la creación de un espacio armonioso, habitable, sereno.
Espacios
El complejo contiene 190 unidades residenciales, con 93 tipologías diferentes.
Los edificios son interpretados de dos modos: por un lado, los que albergan las residencias privadas y, por otro los edificios destinados al uso comunitario.
Los edificios de viviendas se caracterizan por cortinas macizas y continuas de hormigón armado: con su «peso», cumplen la función de proteger de la calle y del contexto los espacios públicos del conjunto, constituidos por los jardines y por el amplio estanque de agua. El «silencio» nace de la dimensión metafísica, casi abstracta de estos volúmenes de seis niveles, que imponen al proyecto el orden y las coherencias formales mediante el ritmo de sus amplias aberturas cuadradas, protegiendo la calma y la quietud de la vida privada de sus habitantes.
Los edificios comunitarios se caracterizan, en cambio, por una dimensión formal libre y lúdica, que introduce una nota de sorpresa y de juego al conjunto. La «ligereza», conseguida mediante los materiales, los colores y la forma libre de la planta y de las aberturas, crean la componente emotiva y «musical» del proyecto que predisponen al usuario al descubrimiento espacial y a la interacción social.
Según las normas japonesas, los principales elementos estructurales no deber ser externos a los pasillos. La mayoría de las viviendas son construidas siguiendo esta regla, todas con las mismas galerías y pasillos en voladizo. Holl, sin embargo, se propuso mantener el proyecto original para las fachadas, por considerar que una homogeneidad externa de este tipo empobrecía el paisaje urbano.
El proyecto responde a los requisitos fundamentales de los sistemas de pasillo abierto. Todos los recorridos de acceso y las galerías se sitúan tras las paredes. Un sistema de pasillo abierto permite el empleo de instalaciones menos costosas.
Las partes estructurales y las fachadas también cumplen con los principios fijados en el reglamento urbanístico. La estructura portante de hormigón tiene fachadas macizas en las que las aberturas se repiten rítmicamente (con variaciones en ventanas y cubierta) interaccionando con las estructuras ligeras. El sistema estructural y las aberturas proporcionan una sensación única que puede realizarse solamente a escala de la ciudad. Así, con la economía de un gran edificio residencial ha sido posible obtener una gran individualidad.
Los espacios de uso común se integran en la obra. Los dos jardines públicos están abiertos a todos los miembros de la comunidad residente. El espacio se ha colocado en dos niveles diferentes por encima de la zona destinada a aparcamiento. Las habitaciones activas dialogan con el espacio comunitario. Se incluyeron ambientes con destinos funcionales tales como salas de reuniones, las cuales, colocadas en el jardín público, adquieren un carácter muy especial. El espacio creado por la interacción entre las estructuras activas livianas, los volúmenes pesados silenciosos y los jardines semi-privados se propone en las intenciones del proyectista, como un «viaje interior», en el que la variedad de las perspectivas y el radiante resplandecer de los colores, tienen el objetivo de crear, en el usuario, un continuo y cautivador descubrimiento. Patios y jardines internos tienen la particularidad de sus accesos por medio de puertas y aberturas, que desempeñan un papel simbólico.
Los edificios silenciosos dan forma al espacio urbano y permiten el acceso a los apartamentos a través de la zona verde interior.
Los verdaderos elementos «activos» del edificio sometido a examen son los reflejos de la luz y los colores; estos expresan, en el medio del hábitat cotidiano, la verdadera dimensión de la vida y el diálogo con el espacio circunstante. La esencia profunda de esta arquitectura puede ser recogida solamente si las formas son interpretadas como elemento dinámico de la construcción, capaz de ponerse en relación con los juegos de luz y de transmitir un sentido de ligereza a toda la estructura.
Estructura
La estructura portante de todos los edificios del conjunto se materializa a base de hormigón armado.
