Edificio de oficinas Nestle en Vevey
Introducción
En el año 2000, casi cuatro décadas después de su inauguración, concluyó la remodelación del edificio de oficinas de Nestle, la empresa más grande de Suiza.
El edificio fue diseñado por el arquitecto de Lausana, Jean Tschumi en 1960. Durante muchos años se hizo popular la silueta vidriada de su edificio de 6 plantas con forma de “Y” que evoca, inevitablemente, la sede de la Unesco en París.
El edificio fue implantado en el espacio que quedó de la demolición del Gran-Hötel, un palacio de fines del siglo XIX que fue destruido sin tener en cuenta sus valores patrimoniales. Este hecho causó gran conmoción por entonces. Sin embargo, eran valores poco considerados en medio de la euforia de aquella década exultante, y así fue como la emblemática firma multinacional, construyó un volumen apaisado y curvilíneo de cristal.
El edificio se convirtió en Suiza en un icono de la arquitectura de su tiempo. Ahora, paradójicamente, la historia es más respetuosa del diseño de Tschumi, porque prevalecen hoy pautas de evaluación que no había en los años sesenta.
Por eso, ante las señales de obsolescencia técnica del edificio y la necesidad de ajustes y ampliaciones, Nestlé acudió al estudio de los arquitectos Ignacio Dahl Rocha y Jacques Richter.
Este es el tercer proyecto para las oficinas, ya que el edificio original de Tschumi tuvo una intervención en 1975, que amplió su superficie al doble, a cargo del arquitecto Burkhardt. Por lo tanto, el de Richter & Dahl Rocha, veinticinco años después, tiene características muy distintas.
En efecto, no se trata de un nuevo edificio ni de una ampliación; es, según la propia expresión de sus autores, «una renovación acompañada por una reflexión crítica acerca del conjunto formado por el complejo a partir de la incorporación de la segunda etapa».
Participaron de los trabajos 240 empresas grandes y pequeñas. Durante 36 meses hubo en obra un promedio de 165 operarios y capataces en acción. Eso representa más de un millón de horas de trabajo en el lugar.
El edificio fue declarado Monumento Nacional a comienzos de los años 80.
Situación
Se ubica en la pequeña ciudad de Vevey, Suiza, rodeado por un lado por el lago Leman y los montes que se elevan por el otro lado.
Concepto
Esta tercera intervención abarca desde la creación de elementos nuevos hasta la restauración y transformación o la restitución de la identidad. Según los arquitectos debió responder a los interrogantes básicos que plantea el debate actual en torno de la preservación de los monumentos históricos modernos, un tema todavía poco explorado y experimentado en este tiempo.
El edificio fue intervenido tomando como base el master plan de la obra y mejorando la circulación sin modificar el diseño original.
El objetivo fue alcanzar una atmósfera de calma y armonía, de belleza espacial en equilibrio con la impactante belleza natural del contorno. Esto se pone de manifiesto a partir del monumental hall de entrada -que exhibe rasgos de fino minimalismo- y alcanza hasta el elegante y lujoso mobiliario modular de las oficinas.
Espacios
Como primer paso, se removió los materiales de las fachadas originales de los cinco pisos de trabajo, dejando la estructura a la vista. Esto se realizó porque se utilizaron nuevas tecnologías aplicadas al aluminio y al vidrio en los muros cortina. Fue desarrollado un sistema de paneles móviles que cierran cada uno de los espacios de oficinas. También se realizaron intervenciones en la cubierta de la terraza y la doble escalera helicoidal.
Otra decisión importante fue conectar el viejo edificio con el nuevo a través de rampas. Del esqueleto original, se mantuvo el corredor, que fue flexibilizado a través de corredores paralelos separados por un doble vidriado. También se transformaron los laboratorios, se restauraron las conexiones con las galerías e incluyeron un nuevo restaurante para 500 personas.
La imagen del nuevo anexo es una gran visera perimetral que se ensancha a medida que el volumen va dando de cara al lago. Para esa zona, los proyectistas idearon una fachada en forma semicircular como respuesta al problema del encandilamiento por el reflejo del sol en el agua.
En el acceso, un voladizo de aluminio de 11 metros recibe al visitante y deja ver en su fachada los paneles de metal y vidrio que se integran al parque. Las pérgolas del exterior del edificio completan el volumen actual de las ampliaciones.
Ahorro energético
El proyecto aportó una serie de importantes mejoras economías. La nueva instalación de iluminación de las oficinas consume entre un 60 y 70 por ciento menos de electricidad que la instalación antigua. Se trata de una economía de más de 300.000 kilovatios hora por año, lo que es el equivalente del consumo anual de un centenar de departamentos. Las instalaciones de calefacción, refrigeración y ventilación, con la ayuda de los nuevos cristales, redujeron en un 4 por ciento el consumo de energía térmica.