Estudio García Márquez
Introducción
El arquitecto mexicano Felipe Leal diseñó el estudio de García Márquez en Ciudad de México.
Leal retoma la tradición inaugurada por Luis Barragán, uno de los arquitectos más influyentes de la modernidad mexicana, con propuestas de altísima calidad, postulados y estrategias del Movimiento Moderno, con premisas y referencias de carácter autóctono.
Sus obras plantean la búsqueda local y universal, términos que aseguran la pertenencia a un tiempo histórico preciso y a un lugar particular. A su vez, se reconoce en su producción un fuerte compromiso ambiental y una búsqueda del máximo potencial del entorno, sea este natural o urbano, que incide tanto en la estructura de sus obras como en el fortalecimiento de la identidad cultural.
Dentro de este marco, su amigo, el escritor colombiano Gabriel García Márquez, encargó al arquitecto la ampliación de su estudio.
Concepto
La obra constituye un experimento de cómo aprovechar las azoteas en la Ciudad de México. La propuesta explora las posibilidades de transformar estas áreas en espacios verdes que brinden mejor calidad a las viviendas en su relación con el exterior, permitan transformar el paisaje urbano y mejoren la calidad ambiental.
En esta obra, el arquitecto recupera el principio de terrazas-jardín propuesto por Le Corbusier, a la vez que aprovecha el entorno urbano. La propuesta otorga un valor agregado, convirtiendo el postergado perfil superior de la ciudad en un nuevo entorno natural.
Por último, materia, textura y luz destacan como elementos en la obra.
Espacios
La ampliación abarca 135 m2 cubiertos de terraza. La obra toma forma de L, con el acceso vidriado desde la terraza por la intersección, uniendo la zona existente con el sector ampliado.
La entrada se encuentra enmarcada por un voladizo semicubierto y un camino en el pavimento que continúa en el interior.
Las vistas se enmarcan en una raja que se extiende en el muro más largo hacia la terraza, rematando en una pared vidriada en el extremo de la L.
El muro medianero de la nueva pata de la L, forma una biblioteca que otorga continuidad entre la ampliación y el área existente.
En el exterior, tanto la medianera como el ladrillo visto de la obra, están pintados de blanco. El color existente lo aporta la vegetación y los canteros de piedras, así como una gran roca depositada como remate de la L, junto a la pared vidriada.