Foro de Nerva / Foro Transitorio
Introducción
Fue comenzado bajo Domiciano e inaugurado por Nerva en el año 98 d.C.. Estaba atravesado por el Argiletum, una calle que unía el Foro romano con el distrito de Subura; por ese motivo se conoce como Foro Transitorio.
Domiciano decidió unificar el espacio situado entre el templo de la paz y los foros de César y Augusto. De este modo construyó un nuevo Foro monumental que conectaba todos los demás.
El exiguo espacio a su disposición determinó su forma estrecha y alargada (120 x 45 metros) y la falta de un pórtico interno, que fue resuelto con el recurso ilusionístico de levantar una hilera de columnas a poca distancia del muro perimetral, coronadas por un ático con bajorrelieves que representan a Minerva y un friso con escenas de trabajos femeninos.
En el lado sudeste queda aún en pie un fragmento del muro del fondo, construido con bloques de peperino (toba gris con pintas negras) y dos columnas corintias llamadas «colonnacce», que presentan en el friso el mito de Aracne y en el ático una figura de Minerva.
Ubicación
Fue construido en el estrecho espacio comprendido entre el Foro de César, el Foro de Augusto y el Templo de la Paz, en un tramo del Argiletum, el antiguo recorrido que pasaba por el barrio homónimo y unía el Foro republicano con el barrio de la Subura.
Concepto
La función original de paso queda reflejada en la denominación Forum Transitorium con la que fue conocido en edad tardoantigua y por la planimetría adoptada, orientada a sudoeste-nordeste y desarrollada en sentido longitudinal.
Espacios
El complejo estaba delimitado por elevados muros de bloques de tufo gris, forrados con lastras de mármol y provistos de accesos: en el lado que daba al Foro Romano se abrían tres aperturas, mientras que el opuesto actuaba como bisagra hacia la Subura una entrada monumental formada por una exedra porticada en forma de herradura, representada en la Forma Urbis y denominada Porticus Absidata en los Cataloghi Regionari de época constantiniana.
El Templo de Minerva
El Porticus estaba precedido por el Templo dedicado a Minerva, la diosa que protegía a Domiciano y que, a su muerte, tenía que asegurarle la apoteosis entre los dioses, como ya había hecho con Hércules. Sin embargo, en él aparece el nombre de Nerva y seguramente fue reescrito tras la muerte y la damnatio memoriae de Domiciano.
El templo tenía una pronaos hexástilo corintio con podio y cela con ábside dividida en tres naves; las columnas de mármol, con intercolumnas irregulares, sostenían capiteles corintios sobre los que se apoyaba el arquitrabe, ocupado por la dedicatoria en el frontal y decorado en los lados con motivos bucráneos e instrumentos de sacrificio.
Hasta el siglo XVI el templo aún existía, como nos demuestran las representaciones del mismo en dibujos de época, y en el arquitrabe se leía todavía la dedicatoria del emperador Nerva.
En 1606, el Papa Pablo V lo hizo demoler para utilizar sus materiales en la construcción de la fuente del Janículo. En la actualidad se conservan solamente los informes cimientos de la plataforma, bajo los cuales corría un trecho de la Cloaca Máxima.