Hospital de Nuestra Señora de los Dolores
Introducción
El Hospital de Dolores es un edificio del equipo GBGV Arquitectos, compuesto por Federico García Barba y Cristina González Vázquez, realizado entre 1999 y 2005 que pretende resolver una necesidad colectiva con una adaptación plena al lugar en que se inserta.
Para ello se ha empleado una estrategia organicista en la concepción y organización de los espacios lo que genera una arquitectura de gran plasticidad y atractivo formal.
Ubicación
El edificio se sitúa en una situación excéntrica dentro del área metropolitana principal de la isla de Tenerife, justo en la frontera entre los municipios de Santa Cruz y La Laguna, bordeando la autovía TF-2 entre Santa María del Mar y Las Chumberas.
Junto al edificio se encuentra la famosa obra del Jiri Georg Dokoupil conocida como el Muñeco de Nieve.
Concepto
El Hospital de Nuestra Señora de Los Dolores es un equipamiento sanitario destinado a la atención de personas de edad avanzada. Tiene una superficie construida total de 7.500m2, una capacidad para 99 residentes y 20 usuarios externos.
Sus servicios incluyen habitaciones individuales y dobles, espacio para consultas, área de rehabilitación con hidroterapia, áreas comunes de estancia, terrazas y jardines en todos los niveles, aparcamientos y tanatorio con acceso independiente.
El edificio se ha proyectado atendiendo a dos condicionantes principales: por un lado las particularidades del usuario y por otro la naturaleza de la parcela y la climatología.
El usuario habitual es una persona que, aparte de requerir atención sanitaria, necesita ayuda, en mayor o menor grado, para realizar las actividades cotidianas más fundamentales. El edificio intenta responder a este requisito, que sea lo suficientemente flexible y disponga de las suficientes ayudas físicas para ofrecer un entorno que facilite la autonomía, pues se estima que favorece la autoestima y retrasa el proceso de deterioro.
La parcela tenía una forma irregular, con una fuerte pendiente hacia la autovía colindante. Su posición hace que sea azotada por los vientos del norte y noroeste; sin embargo, dispone también de una buena orientación al sur con magníficas vistas.
El edificio proyectado trata de adaptarse a la parcela, situándose en el triángulo donde existe un menor desnivel y que resulta más protegido del viento. Dada la gran dimensión de la parcela se propuso que toda la superficie libre restante recibiera un tratamiento como parque y que el edificio se entienda insertado en su interior, generando así una mayor calidad de vida a los pacientes.
Se ha huido de una geometría ortogonal y se ha optado por una solución más orgánica, de manera que el espacio no se imponga sobre el usuario sino que ofrezca una escala más amable, que se integre bien con la vegetación del parque.
Por tanto, la organización formal del edificio viene condicionada por el viento: los bloques se colocan todos paralelos a la dirección dominante, para evitar corrientes de aire y ruidos.
En planta baja, donde se prevé un intenso uso de los espacios exteriores, los espacios se organizan entre patios, unos cerrados y con vegetación exuberante y otros abiertos en U al sur y a las vistas, de modo que se ofrecen recintos protegidos del viento y con distinta luz y temperatura.
Se prevén largas estancias de las personas que van a usar este servicio, y dada la reducida movilidad general de esos usuarios, se concibe el edificio no solo como una especie de hogar alternativo sino también casi como su barrio.
El edificio se define como una suma de bloques de habitaciones, interconectados entre sí por calles acristaladas que dan acceso a espacios exteriores.
En los bloques se sitúan las habitaciones de los residentes, respondiendo al programa de 2 unidades de bajo requerimiento, situadas en los extremos y una tercera unidad de alto requerimiento en una posición central y que se desarrolla en su mayor parte en planta alta para permitir un mayor control y mayor comodidad a los pacientes con mayores problemas de autonomía. En planta baja y en posición central se sitúan todos los servicios comunes, comedor, rehabilitación, consultas, terapia ocupacional, sala de TV y otras actividades cotidianas. Todos los recintos comunes interiores llevan asociados espacios ajardinados y terrazas. Desde las zonas comunes de planta baja se accede a los patios y al parque, mientras que desde las zonas de estar de planta alta se conecta con las terrazas orientadas al sur y protegidas mediante una marquesina curva que actúa como deflector del viento y que proporciona sombra.
El edificio se desarrolla en dos plantas en todos los bloques excepto en aquellos más próximos a la autovía, donde se añade una tercera planta en semisótano, en la que se ubican los servicios, para adaptar mejor el edificio a la topografía. Los espacios comunes de conexión entre bloques disponen de una única planta, de manera que su cubierta se aprovecha como terraza y como superficie de evacuación en caso de emergencia.
Las zonas de estancia se organizan en una banda con pasillos de comunicación con vistas a los jardines. Las habitaciones son dobles convertibles todas en individuales mediante tabiques móviles. Cada dos usuarios comparten un baño completo, amplio y totalmente adaptado a minusvalías junto a un vestíbulo previo. Para el dimensionamiento del centro se han utilizado los estándares espaciales y funcionales más avanzados. Tanto las habitaciones como los pasillos disponen en la fachada de lamas de protección solar, que a su vez ofrecen desde la autovía una imagen dinámica del edificio.
Se ha cuidado mucho la disposición de las ayudas necesarias para los pacientes: elementos tales como barandillas, códigos de color, referencias visuales de orientación, calidez de superficies, pavimentos antideslizantes tanto interiores como exteriores, etc. en un intento por facilitar la máxima autonomía de los usuarios y residentes.