Hotel Nacional
Introducción
Inaugurado en 1972, con el nombre de Hotel Internacional, este elegante edificio modernista diseñado por el arquitecto brasilero Oscar Niemeyer fue considerado en ese momento el hotel más moderno de América Latina y un icono de la arquitectura brasilera. Pese a toda su fama y moderna arquitectura el hotel cerró sus puertas en 1995, debido a dificultades financieras, no sin antes haber cambiado su nombre por Hotel Horsa Nacional Río. Recibió sus últimos huéspedes a finales de 1995.
Restauración
Durante su período de abandono, el edificio fue despojado de sus instalaciones y accesorios, y fue objeto de actos de vandalismo. En 2009, un grupo liderado por el empresario Marcelo Limirio Gonçalves, con sede en Goiás, compró la torre abandonada.
En 2015 se llamó a concurso para su restauración, siendo ganador el estudio de arquitectura VOA Brasil. El desafío consistió en convertir el edificio en un hotel moderno con todos los requisitos exigidos para su funcionamiento, pero respetando el diseño original, tanto en el exterior como en el interior. Para ello se consultó con el ingeniero Bruno Contarini quien participó en la construcción original.
Dentro del trabajo de modernización el estudio VOA debió restaurar las obras de arte existentes, entre ellas la escultura Sirena de Alfredo Ceschiatti que se ubicó en la zona de piscina, la escultura suspendida de Pedro Corrêa de Araújo expuesta en el vestíbulo y el panel Carybé.
Ubicación
El Hotel Nacional fue construido frente a la playa del barrio de São Conrado, avenida Niemeyer 769, Río de Janeiro, Brasil. Algunas de sus habitaciones tienen vistas al mar, otras al bosque o a la Rocinha, una de las mayores favelas de América del Sur.
Concepto
Se dice que Oscar Niemeyer se inspiró para diseñar el edificio en las curvas que se encuentran caminando por las playas de Río de Janeiro. Este efecto proyectado por el arquitecto se percibe fácilmente al observarlo, un edificio absorbido por las curvas y el magnífico paisaje, en absoluta armonía.
Espacios
Originalmente se planeó construir un edificio de 55 pisos, pero el propietario de la red Horsa Hotels, el empresario José Tjurs, prefirió construir sólo 34.
Con un vestíbulo de 3.000 metros cuadrados sin pilares, y con solo líneas curvas, en el momento de su inauguración albergó 500 habitaciones, un centro de convenciones para 2.800 personas, un teatro con capacidad para 1.400 espectadores, cinco restaurantes y servicio de taxi aéreo desde su helipuerto. Además, en la terraza también cuenta con un jardín de 2000m2 diseñado por el arquitecto paisajista Roberto Burle Marx, conocido por diseñar el pavimento del famoso paseo marítimo Copacabana de Río de Janeiro.
Restauración
El proyecto original de restauración presentaba 476 habitaciones en el hotel y un anexo de más de 240 apartamentos, espacio para exposiciones, un spa y un bar que se llamaría Niemeyer en el último piso. Los últimos apartamentos, el espacio para convenciones y el bar de la azotea no llegaron a construirse y el hotel dispuso de 413 habitaciones, incluidas dos suites presidenciales y 10 ejecutivas.
En 2017 el hotel reabrió sus puertas con el nombre de Gran Meliá Nacional de Río de Janeiro, formando parte de la cadena española de hoteles Meliá. En marzo de 2018 Melía Hoteles se retiró pues el hotel carecía de instalaciones para convenciones y sus instalaciones no generaban suficientes beneficios. Esta situación sumada a la crisis económica brasilera y al alto índice de delitos violentos motivaron que el hotel cerrara nuevamente.
Estructura
El edificio fue construido a partir de un gran cilindro de hormigón donde las losas «colgaban» radialmente. El hormigonado se realiza con encofrados de acero deslizantes, en un proceso muy rápido y las losas son bandejas apoyadas solo en el centro, sin columnas en los extremos.
Materiales
En su construcción el arquitecto utilizó principalmente vidrio, aluminio, hormigón y acero. En el momento de su inauguración albergaba numerosas obras de arte, algunas de las cuales fueron sustraídas o deterioradas durante los años de abandono.
Su jardín, originalmente diseñado por el famoso arquitecto paisajista Roberto Burle Marx, contiene 46 especies de plantas nativas de Brasil.
Después de la reforma y en el momento de la decoración del vestíbulo se rindió homenaje a la estética de Niemeyer colocando sillones y sofás curvos en paleta de colores neutrales, mientras que las habitaciones en los mismos tonos tienen ventanales de suelo a techo.