Iglesia San Francisco de Asís
Introducción
La Iglesia de San Francisco de Asís fue construida en 1943, dentro del proyecto del Conjunto arquitectónico de Pampulha, proyectado por Oscar Niemeyer por encargo del alcalde de Belo Horizonte, Juscelino Kubitschek.
El conjunto de la Pampulha es un hito de la arquitectura moderna en Brasil y en el mundo. Forman parte del mismo conjunto un casino, el Yate Club, un salón de baile popular y un hotel, que no se realizó. Finalmente también se construyó la casa del alcalde.
La iglesia es considerada la obra maestra del grupo. Sin embargo, recibió numerosas críticas dentro del más tradicional ambiente cultural de la ciudad, y sobre todo de las autoridades eclesiásticas, que no permitieron durante 14 años la consagración de la capilla, debido entre otras cosas a su forma poco ortodoxa. Un alcalde llegó incluso a proponer la demolición del edificio y su sustitución por una copia de la iglesia de San Francisco en Ouro Preto. Por último, la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico Artístico intervino y decidió tomar la iglesia bajo su jurisdicción.
Siendo el símbolo de Belo Horizonte, la forma de la iglesia es reflejada en las señales de tráfico que señalan el camino hacia la ciudad.
En 2005 fue restaurada con el apoyo de iniciativa privada, debido al precario estado de conservación que presentaba.
Para la ejecución de la obra, Niemeyer contó con la colaboración del ingeniero de estructuras, y también poeta, Joaquim Cardoso, el artista brasileño Cándido Portinari y el arquitecto paisajista Burle Marx, encargado del diseño de los jardines exteriores.
Esta fue una de las primeras obras del arquitecto, a partir de la cual obtuvo reconocimiento en todo el país. Niemeyer encontró aquí, la oportunidad de impugnar la monotonía que rodeaba la arquitectura contemporánea en contra de la libertad plástica que permite el hormigón, comenzando con su arquitectura de curvas que aún lo caracteriza.
La iglesia representó además, un uso totalmente revolucionario de hormigón para la eclesiástica.
Situación
Se ubica en Belo Horizonte, Brasil, a orillas de la laguna artificial de la Pampulha, cuyo perímetro es de unos 18 km. Cerca de la zona se encuentran la Universidad Federal de Minas Gerais y el estadio de fútbol Mineirão.
Concepto
La obra se caracteriza por su marcado carácter plástico que se pone de manifiesto en la utilización del hormigón, obteniendo volúmenes de una gran riqueza formal a la vez que incorpora los valores poéticos propios de la cultura de su país.
La utilización de las curvas y líneas oblicuas en toda la Iglesia, descartando deliberadamente el ángulo recto, confiere un carácter asimétrico y flexible que testifica la libertad creativa del arquitecto, comprometido con la exploración máxima de las posibilidades plásticas y con las potencialidades escultóricas del hormigón armado.
Las curvas de la iglesia mantienen una continuidad visual armónica entre los volúmenes habitables, relacionados entre sí para generar un solo lugar común con distintas formas de recorrerlo.
Espacios
La iglesia está compuesta por una serie de arcos que forman las distintas bóvedas. Las dos más grandes corresponden a la cubierta de la nave y el altar, mientras que otras más pequeñas en la parte trasera sirven de apoyo. El campanario y la marquesina en la entrada son elementos independientes que contrastan y completan el conjunto.
El uso de la bóveda parabólica permite que un único elemento forme la cubierta y las paredes.
Toda la pared del fondo está ocupada por un mural de San Francisco, pintado por Candido Portinari.
Para concentrar la atención en el mural, el arquitecto acorta la bóveda, estrechándola hacia el altar. Un juego de luz entre el coro iluminado y la madera oscura de la nave, destaca el mural.
La fachada trasera está cubierta por una composición blanca y azul de azulejos, realizada también por Portinari.
Materiales
Toda la envolvente es de hormigón armado.
Los paneles exteriores están realizados en azulejo.
Estructura
En esta obra, el arquitecto no utiliza estructura independiente, con pizarras de hormigón apoyadas en pilares, acorde con el lenguaje arquitectónico racionalista, sino que implementa una nueva solución constructiva: una bóveda parabólica de hormigón armado, estructura utilizada hasta entonces en obras de ingeniería como la construcción de hangares de aviones. Niemeyer se apropia de estas construcciones utilitarias, explorando sus rendimientos plásticos y estéticos.