Instituto Saturnino Unzue
Introducción
Comenzado en 1910, por iniciativa de las hermanas Unzué, fue inaugurado el 5 de marzo de 1912. En años posteriores el Asilo Unzué fue donado a la Sociedad de Beneficiencia por las hermanas María Unzué de Alvear y Concepción Unzué de Anchorena.
Arquitectónicamente, es un edificio de pabellones, estilo ecléctico con influencia de las vanguardias modernas de principios del Siglo XX, en especial de la contemporánea Secesión Vienesa, movimiento artístico-arquitectónico dentro del academicismo.
En 1989 fue nombrado Monumento Histórico Nacional
Pasados casi 100 años desde el inicio de la construcción de este edificio, se hizo evidente el deterioro en mamposterías exteriores, rejas, ventanas y techos. Por estos motivos se comenzaron las obras de restauración con el objetivo de recuperar la función social y cultural de la institución.
Ubicación
El asilo, que puede distinguirse desde la costa por su arquitectura modernista, estilo Románico-Bizantino, ocupa 2 hectáreas limitadas por las calles Jujuy, XX de Septiembre, Santa Cruz y Río Negro, en la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina. El edificio fue construido en la mitad sudoeste, “chacra 328” del campo propiedad de las hermanas Unzué.
Concepto
Toda la planificación, desde la cúpula al basamento de las columnas está inspirado en la ciencia exacta y rigurosa de los números sagrados, en este caso el número 8, que se repite con frecuencia en el plano del templo y en los detalles de la decoración, en la que abundan pormenores de profundo sentido criptográfico.
El edificio fue concebido para brindar albergue a las niñas huérfanos de la provincia, ofreciéndoles instrucción escolar, conocimientos generales de economía doméstica, corte y confección u otros oficios encaminados, básicamente, a la orientación de la mujer hacia la vida familiar.
Planta
El cuerpo principal del edificio es simétrico, desarrollado en una planta con forma de H con la entrada a la capilla por la fachada que mira al mar, protegida y flanqueada por las dos patas de la H, este edificio aparece como un complemento de la estructura principal, encerrado entre los pabellones laterales distribuidos en dos plantas en las que se ubicaban los dormitorios, salones de trabajo, aulas, salón de actos, comedor, cocina y zona de clausura. Lo complementaban alas de servicio sobre las calles Santa Cruz y XX de Septiembre.
En 1990 comenzó un largo proceso de restauración.
Espacios
La sobriedad exterior del edificio contrasta con el lujo interior, en especial el de la capilla y oratorio, en los que abundan ornamentos italianos. El magnífico Pantocrátor es réplica del que enriquece Santa Sofía, en Estambul, Turquía.
La otra parte del conjunto, el edificio dedicado al asilo, es de un estilo más austero.
Capilla de la Inmaculada Concepción
La capilla de la Inmaculada Concepción, diseñada por el arquitecto francés Louis Feure-Dujarric, es de estilo neobizantino, destacando el altar, el púlpito, la estatua de la virgen, una imagen de un cristo bizantino y el comulgatorio.
En la puerta central, ricamente tallada, de entrada a la capilla destaca una gran Cruz Latina flanqueada por follaje de acanto estilizado y coronada por la Rosa Mística de ocho pétalos, sobre fondo de pequeños cuadrados dispuestos en cruz. Las dos hojas laterales fueron adornadas con dibujos geométricos.
Todo en su interior ha sido ordenado con intenciones místicas, para uso de las almas contemplativas, con delicados simbolismos expresados con figuras de follaje, animales e imágenes altamente espirituales, que facilitan las etapas de comunicación con Dios.
Ocho ángeles, con sus atributos, adosados al muro, nimbados, con las alas abiertas y los pies desnudos, sostienen las nervaduras apoyados en impostas colocadas sobre sus cabezas.
La cruz equilátera en círculo se repite en la planta de la nave, en singular correspondencia dada por el deambulatorio circular cubierto que la rodea exteriormente, en tanto en su piso se desarrolla una teoría de formas geométricas de profundo simbolismo.
Oratorio
El Oratorio del Instituto Unzué fue realizado por Curzio Capobnetti-Esegui en Roma y posteriormente trasladadas las piezas a la ciudad de Mar del Plata. Es un ejemplo de la arquitectura Neobizantina, con un notable simbolismo litúrgico. Construido con materiales nobles, guarda unas equilibradas proporciones y un alto simbolismo religioso desde la fachada exterior hasta el teorema de mármoles y mosaicos que propone el interior del templo, semejante a las antiguas catedrales.
Pantocrátor
El Ábside propiamente dicho, presenta 3 registros bellamente decorados con dibujos geométricos entrelazados y lacerías. El registro superior está presidido por el Pantocrátor Sedante, la imagen de dios como sacerdote eterno a la vez que hombre doloroso, imagen correspondiente al Cristo de los bizantinos.
Púlpito
De proyección cuadrangular, el púlpito se ubica bajo el ciborio, en el intercolumnio de 2 de las 4 columnas que lo sustentan. Estas pequeñas columnas de mármol polícromo rematadas con capiteles de mármol blanco con intricadas lacerías, ofrecen al igual que el ciborio, un bello orden simbólico.
El frente de mármol de Carrara calado, presenta, en 2 registros, 4 cruces equiláteras rodeadas de lacería. En el centro del registro superior, un águila de bronce alude al Verbo. Una escalera de mármol, en el lateral izquierdo, evidencia el alto conocimiento del arte bizantino que poseía Louis Faure Dujarric y la pericia de sus ejecutores.
Pilas para el agua bendita
Este oratorio carece de baptisterio, pero posee dos pilas para el agua bendita que presentan dos temas pocas veces utilizados en el arte cristiano: la tortuga, símbolo de la fuerza y del poder creador, de la fe y también de la duración de la Iglesia, por su larga longevidad y los colores simbólicos: rojo o encarnado, azul y blanco.
Parque
Detrás del edificio con planta en forma de H, entre las calles Santa Cruz y Río Negro en los laterales y XX de Septiembre cerrando la parcela, se diseñó un amplio jardín que contaba, en la época, con un pequeño tren que se movía sobre un trazado de vías, utilizado para recreación de las internas. En el centro del jardín se colocó una artística fuente y sobre la fachada posterior del edificio principal, mirando al jardín, un reloj, reproducción del de la Abadía de Westminster, Londres, Inglaterra.
Estructura
La bóveda de la capilla cuenta con cuatro nervios dobles que sólo cumplen una función decorativa, ya que está soportada por ocho columnas de fuste recio que además contribuyen al equilibrio visual del Oratorio. Entrelazados de hojas de acanto dibujan el número 8 coronado por una cruz equilátera dentro de un círculo en cada uno de los paineles de los capiteles.
El comienzo de las nervaduras y la bóveda está indicado por un friso ornamentado con dibujos geométricos y elementos vegetales que se ven rematados con rosetones representando la Rosa Mística sobre el intradós de la bóveda y los vanos de las nervaduras.
Su cúpula tiene unos diez metros de diámetro con forma piramidal de tres arcos, una pequeña bóveda de cañón y un campanario con chapitel o aguja
Materiales
Entre los requisitos que las hermanas Unzué solicitaron al arquitecto para la construcción del instituto estaba la utilización de materiales nobles.
Todos los trabajos en madera tallada y la decoración interior con policromías de mármoles fueron realizados en talleres de Francia e Italia. La puerta de entrada a la capilla es de roble de Eslovenia. Los confesionarios y los bancos de madera fueron especialmente realizados por ebanistas locales
En la construcción de la capilla se utilizaron 18 tipos diferentes de mármol de Abisinia, de Carrara y del Proconeso. El púlpito fue distinguido en el año 1910 con el Primer Premio Internacional de Arte Sacro, otorgado en Sevilla, España, con anterioridad a su traslado a Argentina.
La capilla fue dotada de un llamativo lampadario de bronce de ocho segmentos dispuestos en cuatro registros que pende del centro de la cúpula, además de numerosos ornamentos realizados especialmente por el arquitecto italiano Curzio Capponetti Esegui, en la ciudad de Roma, piezas únicas con características propias de las artes del ornato broncístico de inspiración bizantino-carolingia. Las paredes del Ábside están totalmente cubiertas de teselas con fondo de oro.
Los herrajes de bronce labrado y ornamentados con follaje y dibujos geométricos, son piezas únicas de fina orfebrería especialmente realizadas para el oratorio del Asilo que también cuenta con un órgano construido en 1905 por la firma Aristides Cavaillé-Coll y un harmonium de origen francés, que data del 1890-1900, construido por Alexandre et Fils, París.
Las catorce estaciones del Vía Crucis son de esmalte cloisonné.
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