La Farinera Teixidor
Introducción
La Farinera Teixidor es un edificio de estilo modernista diseñado por el arquitecto Rafael Masó entre 1910 y 1912; posteriormente se realizaron algunas reformas en los años 1915-16 y 1923-24. Es un complejo industrial formado por la vivienda de los propietarios, las oficinas, las naves industriales y los almacenes. Es uno de los edificios de nueva planta más ambiciosos y complejos del arquitecto y actualmente es una de las edificaciones más emblemáticas que se han proyectado en la ciudad de Girona.
El proyecto fue encargado por Alfons Teixidor i Saguer, hijo de un molinero de Sarrià de Ter (Girona) con la voluntad de modernizar la industria de la harina. Se realizaron diferentes proyectos para el diseño y edificación de la fábrica. Alfons Teixidor quiso escoger entre más de una propuesta y encargó a Josep Maria Jujol que hiciera un diseño para la fábrica. Masó y Jujol fueron compañeros de promoción durante los estudios de arquitectura en Barcelona, y a la vez compartían una gran admiración por Antoni Gaudí. Aunque compartían gustos e ideales, los proyectos que presentaron a Teixidor fueron muy diferentes entre sí, mostrando las influencias y referencias que habían adquirido a lo largo de su carrera profesional. Finalmente el proyecto de Masó fue el elegido, permitiéndole una gran libertad a la hora de diseñar y edificar ya que compartían la misma voluntad para realizar un edificio nuevo y de gusto, respondiendo a los valores propios del trabajo y del compromiso cívico.
Situación
La Farinera Teixidor es un edificio de nueva planta de estilo modernista formada por diversas secciones distribuidas en una parcela entre la Carretera de Santa Eugènia número 42 y la acequia Monar. Anteriormente la fábrica no estaba integrada en la ciudad ni había edificios a su alrededor, tal y como se encuentra actualmente; la zona pertenecía a la pequeña localidad de Santa Eugènia de Ter situada en los alrededores de Girona, que pasó a formar parte de la ciudad en 1963.
Se considera un edificio de transición hacia una ciudad moderna industrial. En él se puede observar la tensión entre la tradición y la modernidad, inaugurando un nuevo lenguaje en la arquitectura catalana tradicional de principios del siglo XX que acabó marcando el urbanismo de la ciudad de Girona.
Aunque parte de la estructura principal del edificio se ha conservado, algunos espacios se han perdido. De la estructura original se conserva la Farinera formada por la vivienda de los Teixidor y por el edificio destinado a las oficinas y almacenes, que ocupan la mitad de la parcela original (5.500 m²). La otra mitad es ocupada por pisos de nueva edificación situados donde anteriormente se encontraban las maquinarias y la mayoría de los almacenes de la fábrica.
La recuperación y la rehabilitación de La Farinera ha sido la mejor opción de conservación de la pieza única del patrimonio cultural, dando un uso adecuado para la sociedad del momento. En el año 2000 pasó a ser la sede del Grup El Punt, editor del Avui, El Punt, El 9, Sortim y Presència, hasta el 6 de junio del 2015.
Concepto
La propuesta del arquitecto Masó tiene referencias de Antoni Gaudí, de Charles Rennie Mackintosh y de la Secesión Vienesa, creando una fusión del movimiento modernista, novecentista y de la Secesión de Viena. Utilizó también formas y colores de la naturaleza como la espiga o la harina, referentes imprescindibles para la actividad que se realizaba en el edificio. Había una intencionalidad de mejorar la silueta de la fábrica, considerada revolucionaria y moderna para la ciudad de principios del siglo XX, pero sin ser extravagante, cumpliendo con los valores y los requisitos que el propietario deseaba. Alfons Teixidor buscaba un impacto positivo para rearfirmar la imagen de ascenso social.
La ubicación de la fábrica se eligió a partir de la localización de la acequia Monar, para utilizar la fuerza del agua para generar energía para la maquinaria de la fábrica. También ayudó el haber dos estaciones de ferrocarril cerca, una al lado de la fábrica y la otra un poco más alejada. En aquel entonces la harina se importaba a través del puerto de Barcelona, y de allí llegaban a Girona vía ferrocarril, facilitando de esta manera su transporte. En resumen, podemos decir que la Farinera Teixidor está situada en un punto ventajoso de la ciudad, gracias a los nuevos proyectos ferroviarios y a la carretera que comunicaba Girona con Manresa, haciendo de eje transversal de comunicación con las localidades de la periferia, como Salt, Santa Eugènia de Ter y Anglès.
Rafael Masó obtuvo la licencia de obras a finales del 1910, y se construyó el edificio en tres fases. La primera fase realizada en 1911 consistió en edificar la zona destinada a las oficinas y la zona de la vivienda del propietario, estando unidos por una pasarela, unificando. La fábrica comenzó su producción un año después. La segunda fase se realizó entre 1915 y 1916 que consistió en la construcción de un almacén externo que facilitaba la carga y descarga de las mercancías. En la tercera fase del 1923 y 1924 se construyeron nuevos almacenes y se añadió un piso más al edificio.
Cuando estalló la Guerra Civil Española la fábrica tuvo que cerrar sus puertas hasta el final de la guerra, cuando se volvería a regularizar su producción acompañado de las dificultades del periodo de postguerra. Años después, entre el 1944 y 1950 se realizaron algunas ampliaciones de las instalaciones dirigidas por Josep Esteve Corredor, gran seguidor de Masó, abarcando aún más a la acequia Monar para tener un mayor control y uso sobre esta. Al cabo de los años la ciudad de Girona fue creciendo, dificultando la gestión diaria de la fábrica que finalmente cerró sus puertas en 1988.
En 1990 el edificio fue adquirido por el empresario Joan Bosch Roura, uno de los accionistas mayoritarios del periódico de El Punt. Los trabajos de rehabilitación y restauración realizados entre 1995 y 2000, fueron dirigidos por el arquitecto Arcadi Pla Masmiquel, potenciando las virtudes estéticas del edificio y adaptándolo a las nuevas exigencias, pero respetando la estructura original de la fábrica.
Descripción y materiales
La Farinera Teixidor es un conjunto industrial que lo podemos dividir en tres partes. El edificio del ala oeste fue la vivienda de la familia Teixidor y conectado al edificio de la zona este destinada a las oficinas de la fábrica a través de un puente que al mismo tiempo hace de soporte y portal de la fábrica. Posteriormente se construyeron almacenes laterales donde podemos observar elementos propios del movimiento novecentista.
Las fachadas presentan un basamento de almohadillados de piedra y se combinan con elementos de cerámica vidriada de color blanco en el revestimiento superior y en las aberturas. La cubierta parabólica de la fachada principal está recubierta por escamas de cerámica verde, un elemento típico de la arquitectura novecentista y modernista.
Para el cromatismo del exterior de la fábrica, el color de referencia era el blanco (clara referencia a la harina) para resaltar las aberturas y cubrir las superficies y los volúmenes de las fachadas. Parece ser que Masó quería asemejar el edificio con la morfología de una montaña de harina; en su correspondencia con su prometida Esperança Bru podemos ver la voluntad del arquitecto de realizar toda la cubierta del edificio de color blanco. Masó diseñó más de cuarenta piezas de cerámica blanca producidas por la fábrica de La Gabarra de los hermanos Coromina en La Bisbal d’Empordà y en La Carmelitana de Antoni Serra en Olot.
Con el estucado blanco de las paredes y la cerámica blanca de las aberturas y el tejado, Masó deja claro cual es la funcionalidad del edificio a partir de su exterior. Las verjas que rodean el perímetro de la fábrica están decoradas por espigas de trigo, hechas de hierro acentuando aún más su función. Estas piezas de forja son obra del artesano gerundense Nonici Cadenas. Masó optó por pináculos asimétricos, dando forma y ritmo a toda la estructura del edificio y que gracias a su verticalidad podemos diferenciar donde se encuentra la vivienda de los Teixidor. Los vitrales que decoran las ventanas y las farolas fueron elaborados por el artesano Lluís Rigalt.
Para el diseño de los interiores, en especial para la parte residencial, Masó apostaba por la unión de la decoración y la funcionalidad, creando una agradable y cálida atmósfera en todas las zonas siguiendo los modelos de de Arts & Crafts ingleses.
Estructura y espacios
Antes de la rehabilitación y restauración, el conjunto residencial se podía dividir en tres partes.
- Un primer cuerpo estaba destinado a vivienda de los propietarios y estaba distribuida en: planta baja, donde encontraríamos las salas comunes como el baño, el comedor y la cocina; el primer piso, destinado a las habitaciones y salas de uso privado; y la buhardilla en el piso superior.
- El segundo cuerpo estaba destinado a las oficinas y almacenes de la fábrica. Estos dos cuerpos, conservados actualmente, están conectados por un puente que está situado a nivel del primer piso, unificando de esta manera el exterior de la fachada.
- Detrás de estos dos cuerpos, encontrábamos la zona destinada a la producción de harina, que alojaba la maquinaria y el resto de almacenes.
La fábrica rechazó el modelo tradicional de muelas para la realización de la harina y optó por el nuevo modelo austro-húngaro que consiste en la molturación por cilindros. Este sistema permitía una molienda más rápida y fina produciendo harinas de mejor calidad, que a la vez beneficiaban a las industrias de galletas y de pastas de sopa que empezaban a surgir por aquel entonces. Este sistema requería menos espacio en comparación al sistema de muelas tradicionales, pero dependía de grandes producciones para hacer posible su rentabilidad.