Maison La Roche – Jeanneret
Introducción
Pertenece a la serie de casas que el autor hizo en París en la década del ´20, culminando en 1930 con la célebre Ville Savoie.
En ellas Le Corbusier experimenta en casas concebidas por encargo de clientes individuales los principios instrumentales y conceptuales que paralelamente desarrollará a lo largo de los sucesivos prototipos como en la Maison Citröhan.
Esta obra, no obstante, constituye en cierto modo una variante heterodoxa en relación con aquellos principios.
Este proyecto marca el comienzo del interés de Le Corbusier por las investigaciones de sus contemporáneos europeos. A pesar de que a partir de este momento será hostil a numerosas investigaciones alemanas, defiende la Bauhaus de Weimar en el momento en que es cerrada. Sin embargo, todavía es poco sensible a los matices dentro de los movimientos de la vanguardia rusa, a pesar de su correspondencia con Ilia Ehrenburg y El Lissitzky.
Concepto
Esta doble vivienda diseñada en 1923 para Raoul La Roche y Albert Jeanneret, marca un hito en la reflexión arquitectónica de Le Corbusier, muy atento a los enfoques de los vanguardistas europeos.
Los trazados reguladores componiendo la fachada y las ´fenêtres en longueur´ están por supuesto presentes, así como las dobles alturas y los balconeos característicos de los espacios interiores del autor. Pero a diferencia de las otras viviendas de la época, el conjunto no es legible como generado a partir de un volumen regular básico. Por el contrario, se trata de una composición articulada que surge a partir de adicionar a un volumen rectangular alargado otro volumen ubicado a 90° con respecto al anterior y caracterizado por un amplio frente curvo.
Descripción
Con las nuevas modalidades del trabajo formal exploradas en esta casa, Le Corbusier abandona el racionalismo constructivo de Auguste Perret, todavía presente en la casa «Dom-ino» y aborda sin prejuicios el despliegue de superficies desprovistas de funciones estructurales.
La aparente irregularidad de la casa se justifica por el hecho de que «al surgir cada órgano al lado de su vecino, siguiendo una razón orgánica, el interior campa a sus anchas y define el exterior, que adopta todo tipo de salientes». Este modo de composición deductiva, donde el plano es un «generador» que define todos los volúmenes de la casa, reproduce en enfoque de los racionalistas franceses de finales del siglo XIX. Sin embargo, la presencia de un principio formal que crea realaciones entre los distintos elementos del edificio modera esta irregularidad.
Mientras que se diseñan y se unen nuevos espacios en el interior, las proporciones de los volúmenes y las aperturas externas se definen por un «trazo regulador» sobre la base del número áureo y prescribe las medidas y el emplazamiento de cada elemento.
Situación
Construida en el 8-10 de Square du Docteur-Blanche en Auteuil, un barrio burgués en las afueras de Paris, que entonces aún poseía un ambiente de pueblo y que hacía que al igual que muchos otros proyectos menores en los que trabajaba Le Corbusier en esa ciudad por aquel entonces, no pasaran de ser una mera especulación inmobiliaria.
Espacios
Proyecto
A consecuencia del entusiasmo que demostró al ver las maquetas de Theo van Doesburg y Cornelis van Eesteren, arquitectos del «grupo De Stijl», Le Corbusier revisa los principios en que se había basado hasta entonces para diseñar las habitaciones de Maison La Roche-Jeanneret. En vista de sus contra composiciones, sustituye las pequeñas ventanas abiertas en las paredes por grandes superficies acristaladas, que constituyen uno de los puntos característicos de dicha construcción.
Frente
Posteriormente a la modificación del proyecto, la casa se convierte en un ensamble de grandes placas planas, de mampostería o acristaladas, donde las aperturas convencionales coinciden ahora con las aristas. Su arquitectura sugiere una ruptura con todos los lenguajes anteriores que fijan el estereotipo de una casa.
Interior
La serie de espacios interiores de la casa, que culmina con la rampa de la galería de pinturas, se ordena como un «paseo arquitectónico». Le Corbusier lleva a cabo aquí por primera vez un concepto inspirado en el estudio de la Acrópolis de Atenas: un teatro para procesiones, como lo había propuesto Auguste Choisy en «Histoire de lárchitecture» a finales del siglo XIX.
Un recorrido encadena las vistas que se ofrecen de forma alternativa en tres niveles: hacia arriba, horizontalmente y hacia abajo.
Cuando se sube la escalera desde la entrada, se descubre la amplitud del vestíbulo y aparece su ralación con el comedor. A la altura de la copa de los árboles, la casa se ubicó respetando los árboles allí existentes, el paseo conduce a la galería de pintura, cuya pared curva soporta una rampa que lleva a la «terraza jardín». La galería ofrece un marco luminoso a los cuadros cubistas y puristas adquiridos por Le Corbusier y Ozenfant por encargo de Raoul La Roche.
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