Museo Bonnefanten
Introducción
Para el Museo Bonnefante, el arquitecto Aldo Rossi diseñó un edificio con una simétrica forma de E y una torre de 28m que se eleva sobre el río Maas en la extensión del ala central. El diseño deja mucho a la imaginación del espectador, pero la noción de museo como símbolo cultural, con fuertes conexiones entre el pasado y el presente, está incorporada en el edificio, con sus familiares referencias y extraños elementos que son a la vez tranquilizadores y desconcertantes. El trabajo de Rossi es sobrio y caprichoso, clásico y moderno.
El proyecto está construido, como es habitual en sus trabajos, con materiales tradicionales, pero el factor más natural del edificio es la luz del día que penetra a través de la cubierta de la escalera, la gente se siente casi como si estuvieran al aire libre. En el segundo piso, la luz del día interactúa con las obras de arte.
El nuevo edificio fue encargado por el gobierno de la Provincia de Limburgo, que había reservado € 40 millones para el proyecto. El museo fue abierto al público en marzo de 1995.
Situación
El Museo Bonnefanten se contruyó en la Avenue Ceramique 250, sobre un terreno perteneciente a un antiguo polígono industrial a orillas del Mosa (Maas en holandés), frente al antiguo centro de Maastricht, Holanda. Con esta excepcional ubicación el museo y su cúpula se han convertido en un hito de la ciudad.
El edificio ocupa el sitio donde antes se levantaba la fábrica de cerámica Sphinx / Societe Ceramique. En 1990 se demolieron varias naves industriales para dar paso a un nuevo desarrollo residencial llamado el «Proyecto Cerámica» (Ceramique Projet), diseñado por el arquitecto holandés Jo Coenen, que incluye una biblioteca, un teatro, una escuela, oficinas, tiendas, restaurantes y varios complejos de apartamentos. El Museo Bonnefanten se suma a la remodelación del barrio, mientras se desempeñaba como custodio del rico pasado de la región.
Wiebengahal
Un antiguo cobertizo industrial, el ‘Wiebengahal’ se encuentra paralelo al transepto del Museo Bonnefanten. Esta sala de 56 x 15 metros y 4 pisos de altura fue la primera construcción de hormigón armado en los Países Bajos. Este edificio, construido en 1910-1911, ha recibido el estatus de ‘monumento’. El Municipio de Maastricht y de la Provincia de Limburgo están examinando actualmente la posibilidad de volver a designar el Wiebengahal como un museo arqueológico, que sería administrado y operado por el Municipio de Maastricht.
Concepto
Alrededor de 1990 se presentó la oportunidad de construir un nuevo edificio para el Bonnefantenmuseum (Museo de los Niños Buenos). Para la realización de una construcción singular la institución se puso en contacto con el arquitecto italiano Aldo Rossi, quien, en palabras de Van Grevenstein, director del museo, “ acopla una gran inventiva expresiva con un lenguaje visual reservado «. El nuevo museo sería un edificio distintivo que haría justicia a las obras de arte. La mejor solución para ello era una original variación de los edificios clásicos diseñados con tal fin, una sucesión de galerías, iluminadas desde la parte superior y los laterales, en una clara estructura de alas dispuestas alrededor de una escalera central. Para Rossi, el museo ha demostrado la importancia de los edificios públicos para la identidad de la ciudad. “…En el edificio hay una larga escalera cubierta con madera; esto y otras características son la esencia misma de esta arquitectura que nos recuerda la tradición marinera de las ciudades holandesas, al igual que el gran río que atraviesa Europa y fluye a través de Maastricht…”(Aldo Rossi). Conjuntamente con su investigación sobre la base tipológica de este edificio, el arquitecto dio forma a la idea de algunos grabados y al texto Verlust der Mitte. El filósofo cultural Guido Goossens escribió sobre el significado filosófico y simbólico del edificio en su libro ‘Bonnefantenmuseum Het gebouw’ (2007).
La arquitectura museística esta de moda, tal vez hasta el punto de restarle los requisitos funcionales necesarios para que el edificio desempeñe su cometido. En este caso el museo es ante todo un medio para exhibir colecciones y exposiciones. En lugar de redefinir el concepto fundamental de lo que es un museo, el Bonnefantenmuseum se ha realineado con la museología clásica centrando la atención en la aplicación innovadora de existir, pero con elementos arquitectónicos efectivos como la incidencia de la luz natural y el uso de una escalera monumental que forma el eje de la trayectoria que los visitantes siguen, con una clara articulación de los espacios.
Aldo Rossi fue invitado a diseñar un marco de gran alcance, pero tenue, dentro del cual las obras de arte pueden ser juzgadas por sus propios méritos. Al parecer, él también fue capaz de crear un poético valor añadido. Transformó enfoques arquitectónicos clásicos de los museos en una composición que es familiar y sin embargo completamente nueva.
Planimetría
La planimetría utilizada por Rossi es simple, tres cuerpos longitudinales unidos por otro transversal,(E), en el centro del cual está la entrada principal. Los tres cuerpos del edificio pueden definirse como tres líneas verticales cuya estructura da como resultado un edificio simétrico y de líneas suaves que confirman la predilección de Aldo Rossi por la simplicidad de las formas derivadas de la ingeniería y de las leyes estáticas.
Espacios
Su estructura ofrece detalles muy característicos, como las monumentales escaleras, Treppenstraße, que conducen a las salas de exposición, pero sin lugar a dudas su rasgo más característico es la cúpula, la distintiva torre cilíndrica a orillas del río. Rossi considera el museo como una «fábrica de visualización “.
El museo se compone de tres edificios, el central está flanqueado por un cuerpo cilíndrico cubierto por una cúpula coronada con un mirador desde el que se puede observar el río y la ciudad en la orilla opuesta. El Bonnefanten está construido en forma de E, con cuatro plantas.
La entrada principal está en la Avenue Ceramique y hay una segunda entrada por el Café Ipanema. La mayor parte de las zonas comunes están situadas en la planta baja: el hall de entrada es la primera habitación que se encuentra el visitante, tiene la forma distintiva de un telescopio adelgazando a medida que se eleva, la tienda del museo, el auditorio, la cafetería con dos terrazas y la sala de la torre. Las salas expositivas, con más de 4.000 m², están en las plantas supriores, las colecciones en el primer piso y las exposiciones temporales en el segundo y tercero. En la parte superior del ala central hay una ‘sala de impresiones’
Escalera central
La escalera central que conduce a las salas de exposición es realmente una calle cubierta con cristal que la convierte en el sector más iluminado naturalmente del edificio haciendo sentir a los visitantes que están al aire libre.
Desde el comienzo de la escalera los visitantes tienen acceso a la torre de la “Cúpula” y subiendo unas escaleras más pequeñas de hierro pueden llegar a las galerías de impresión en el piso superior del ala central.
Ala central
El ala central de cuatro pisos, que incluye un nivel subterráneo, se eleva por encima del resto del edificio.
A ambos lados de la escalera se extienden los pasillos laterales desde los que se pueden ver los jardines interiores, ubicados entre los tres cuerpos del edificio. Cada pasillo conduce a los visitantes al espacio ubicado por encima del vestíbulo, reconocible por la torre en forma de telescopio. Al pasar por los pasillos intermedios, los visitantes llegan en las alas laterales, cada una compuesta por entre 5-7 galerías y una sala principal de 14 x 16 metros.
Cúpula
La cúpula se encuentra en uno de los extremos del cuerpo central, cercana al río. Revestida con planchas de zinc tiene forma de bala y es simétrica. Casi en la punta la rodea un corredor al aire libre que sirve de mirador y dispone de ventanas cuadradas que disminuyen de tamaño a medida que se acercan a la punta de la cúpula, siendo resaltadas estas últimas con pequeñas cornisas. Estas disposición y tipo de ventanas recuerdan a las utilizadas en las típicas construcciones del campo holandés.
“…Hay dos razones principales para la magnificencia de la cúpula: la primera es su vínculo con la tradición arquitectónica del mundo clásico, apretado hasta el arquitecto turinés del siglo XIX Alessandro Antonelli; el segundo es que entre el río y el mar se indica audazmente la configuración del terreno en ese país…”( Aldo Rossi, julio 1991)
Estructura y materiales
El edificio está construido con materiales tradicionales, como el hierro, el ladrillo, la piedra natural y el zinc, en torno a un esqueleto de hormigón y acero. En el interior los suelos están hechos principalmente de madera Keruing, al igual que la escalera central.
Iluminación
La luz natural penetra principalmente por la cubierta de la escalera central, interactuando con las obras de arte en la segunda planta. Al realizar su recorrido, el visitante pasa alternativamente por los pasillos del lado norte y sur de la escalera central donde el efecto de iluminación es proporcionado por el contraste entre las aberturas y cerramientos que dominan el edificio. Las altas paredes laterales de la escalera son de ladrillo rojo, desde el suelo hasta el techo.
Las salas en el primer piso combinan la entrada lateral de luz natural con paneles de luces indirectas. Los pasillos de los pisos superiores están iluminados con luces ajustables colocadas en el techo.
Las fachadas en el frente y en los laterales están cerradas, y las fachadas del ala central, que forma el eje del edificio, están abiertas. Esta interacción de la luz y su enrutamiento se destaca por las aberturas horizontales y verticales, que convierten la visita en un «promenade architecturale “ ( paseo arquitectónico)
Acabados
Las fachadas de este complejo simétrico están acabadas en ladrillo rojo, traquita roja y sillar irlandés de piedra caliza. La cubierta de la torre está revestida con piezas de zinc.