Introducción

El chocolate es un alimento de origen prehispánico que merecía tener un templo en condiciones en el país en el que comenzó a consumirse. La empresa suiza Nestlé encargó levantar una arquitectura de vanguardia como envoltorio delicatessen para su fábrica de chocolates en México.

El estudio local Rojkind Arquitectos, dirigido por Michel Rojkind, junto con varios grupos de diseñadores de interiores e industriales, fueron los encargados de diseñar el Museo del chocolate.

La obra es en realidad un anexo a la nave industrial que ya existía. Fue proyectada y construida en tiempo record, en solo 3 meses, entre enero y marzo de 2007.

La intención de la empresa con este proyecto no es más que la de seguir construyendo su marca. El Reino del Chocolate Nestlé es un espacio que permite conocer la historia del producto y sus procesos de elaboración de una manera muy divertida y segura dentro de las instalaciones de la Fábrica de Chocolates, dirigido principalmente hacia los niños.

Se puede visitar gratuitamente de lunes a viernes.

Situación

El Museo se ubica sobre el lateral de la autopista en la entrada de Toluca, en el extremo de una instalación industrial de trescientos metros de largo.

La vía rápida sobre la que se sitúa, constituye a la vez una conexión y una barrera con el proyecto.

La densidad de ocupación del predio es muy baja, con la mayor ocupación de manera horizontal.

El Museo se ubica en la entrada misma de la fábrica de Nestlé, elevándose sobre el jardín donde se implanta, apoyado en varias patas estructurales.

Concepto

El edificio constituye un icono en la periferia de Toluca. Como un juguete a escala urbana, invita a un recorrido emocional y genera espectacularidad en la entrada al museo del chocolate al que alberga.

Se trata de un llamativo contenedor de metal corrugado y tonos escarlatas, que evoca al mismo tiempo el carácter industrial de su ubicación así como la diversión y el placer relacionados con el producto.

Su fachada alude al envoltorio de un chocolate, a la vez que en su interior minimalista los sillones tienen forma de tableta de chocolate.

Existe un marcado contraste entre la nave original y el edificio más nuevo, una suerte de túnel del tiempo entre los colores corporativos de Nestlé: rojo por fuera y blanco por dentro.

Espacios

El museo consta de 634 metros cuadrados elevados sobre un jardín, divididos por diferentes áreas según sus usos:

  • Área de la recepción.
  • Área del teatro, donde se presenta el proceso de elaboración del chocolate Nestlé y se explica audiovisualmente su historia.
  • Un pasaje hacia un túnel ya existente, que permite el recorrido por toda la fábrica. Desde aquí se puede observar a los trabajadores durante los distintos procesos de producción.
  • Una tienda, donde el visitante puede comprar artículos y suvenires de la famosa firma.

El acceso al edificio se realiza por una escalera posterior que lleva a los visitantes por un prisma atrompetado y facetado. Los triángulos del caleidoscopio desplegado se maquillan de diferentes blancos para acentuar las diferencias de planos. A partir de allí, todo el volumen se encuentra despegado del terreno, apoyado sobre varias patas estructurales.

El vestíbulo se abre sobre el paisaje de una periferia anodina de cables de alta tensión y la autopista, para dar cabida a los grupos, entre el mostrador de atención y los sofás en forma de tabletas de chocolate. El teatro encierra a los visitantes unos minutos para introducirlos virtualmente al líquido mundo de los dulces. De ahí inicia el recorrido por pasillos, túneles y miradores sobre las salas de la fábrica. Antes de salir, el paseo finaliza en la tienda de recuerdos.

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