Museo Judío Contemporáneo
Introducción
El Museo Judío Contemporáneo fue fundado en 1984, estableciendo un comienzo en la presentación de exposiciones y programas de educación que exploran perspectivas judías contemporáneas en historia, cultura, arte e ideas.
La reubicación del museo representa una de las últimas piezas de un plan de revitalización del distrito Yerba Buena de San Francisco, que incluye plazas públicas y otros museos en la zona.
El museo fue ubicado en un edificio de 1881 que funcionó como subestación de energía. A la renovación de esta estructura, se sumó un nuevo volumen que completa el conjunto. La obra estuvo a cargo del arquitecto Daniel Libeskind.
El nuevo edificio, con 5.853m2, tiene la misión de ser un centro vivo para involucrar a los públicos de todas las edades con la cultura judía y aumentar en gran medida el espacio del museo para exposiciones y programas innovadores en visuales, realización, artes y medios de comunicación.
Historia
En 1881 la Compañía de Gas y Electricidad construyó, en la calle Jessie del centro de San Francisco, una subestación, la mayor de su género, convirtiéndose en un punto importante para el desarrollo de la ciudad hasta principios del siglo XX. Sin embargo, un incendio y posteriormente el devastador terremoto de 1906 destruyeron el edificio. La subestación de la Pacific Gas and Electric Company fue reconstruida bajo la dirección del arquitecto Willis Polk quien, usando un estilo neoclásico, embelleció la fachada sur de ladrillo, incluyendo una cornisa con elementos escultóricos. La estación estuvo en servicio hasta 1968, año en que su función fue trasladada a un local más idóneo para esta función.
Reconocimientos
El Proyecto recibió numerosos reconocimientos, entre ellos en 2008 Building of America Award by Real Estate Construction and Review y en 2009 Outstanding Project Award from the American Society of Civil Engineers (ASCE).
Situación
El museo está ubicado en 736 Mission St, de San Francisco, en el centro del distrito cultural Yerba Buena, Estados Unidos.
Yerba Buena fue el nombre original del asentamiento mexicano que más tarde se convertirá en San Francisco, California. Situado cerca del extremo noreste de la península de San Francisco, entre el Presidio de San Francisco y la Misión de San Francisco de Asís, fue pensado originalmente como un centro comercial para los buques que arribaban a la bahía. El asentamiento se desarrolló al estilo español, alrededor de una plaza que permanece hoy en día, la Portsmouth Square.
Concepto
El Estudio Libeskind basó el diseño del edificio en la frase hebrea «l’chaim» que significa “a la vida”, compuesta por las dos letras «chet» y «yud», relacionándola a su conexión con el papel que la subestación jugó en la recuperación de la ciudad después del terremoto de 1906 y a la misión del museo para dar a conocer al público en general la cultura judía.
En la tradición hebrea, las letras no son simples signos, sino parte integrante del proyecto, participantes sustanciales en la historia que crean, la “chet” ofrece una continuidad global de espacios para exposición y educativos, y la «yud», con sus 36 ventanas, sirve como espacio especial para la exposición, actuación y eventos.
Este es el símbolo de la relación que Libeskind quiso entablar entre la antigua y la nueva arquitectura, y es el emblema también del desarrollo de Yerba Buena.
La estructura existente, del siglo XIX, fue recuperada y remodelada. El proyecto de Libeskind mantiene la atmósfera y las características distintivas de la histórica estación, como la fachada sur revestida de ladrillos y las decoraciones de terracota. Por otro lado, la superficie anexa se caracteriza por una “piel” azul de paneles de acero que revisten la estructura.
Espacios
Las formas de la adición están revestidas con luminosos paneles de acero azules, terminando en una única superficie transversal de la eclosión que ayuda a difundir y suavizar el reflejo de la luz del acero inoxidable. Los paneles cambian de color dependiendo de la hora del día, el tiempo, y la posición del espectador, creando una superficie dinámica, viviente.
Primer nivel
Acceso
La entrada al público es a través de la histórica estación eléctrica. El enorme vestíbulo sirve como ingreso y como espacio expositivo para programas especiales.
El gran vestíbulo de 232.26m2 es una entrada dinámica que se transforma en un foro de programas especiales, el dramático contraste entre lo viejo y lo nuevo es evidente. Abarcando toda su longitud se ubica una pared sobre la cual se han colocado las letras ‘‘PaRDeS”, haciendo referencia a la práctica cabalística de descubrir cuatro distintos niveles de significado dentro de los escritos religiosos en el judaísmo rabínico o para la interpretación del texto de estudio de la Torá. La filosofía del museo, y de su arquitectura, abrazan la idea de múltiples interpretaciones y significados en la vida y en el arte.
En la planta baja, desde donde se disfruta de las vistas hacia los lucernarios, se encuentran la galería expositiva, el auditorio, la sala de congresos, un centro de formación, una cafetería, la tienda del museo y el restaurante.
La galería de planta baja está diseñada como un gran espacio industrial, con pisos de cemento y sin cielorraso, con la estructura a la vista. Este espacio proporciona al público una visual a través de una gran ventana, sobre el muro exterior que funciona como conector en el espacio público. A su vez, esta ventana ofrece una relación directa de los transeúntes con el interior del museo, como parte de la vida cotidiana de la ciudad.
El museo incluye un centro de educación para que los visitantes participen en diálogos sobre cultura, historia, arte e ideas. Está ubicado en planta baja, en el corazón del museo, reflejando el papel central que desempeña la educación en la cultura judía.
La primera planta alberga una galería expositiva más amplia, un espacio para eventos especiales y las oficinas administrativas. En el sótano se encuentran el almacén y las áreas reservadas a las instalaciones eléctricas y mecánicas.
La sala de usos múltiples fue diseñada para permitir una gran flexibilidad, sin estructurar el espacio. Es apta para funcionar como sala de cine, video, teatro, conferencias, lecturas, etc. Cuenta con un sistema de asientos retráctil que permite disponerlos de distintas formas.
Segundo nivel
En el segundo piso, las galerías de exposición ofrecen espacios para los objetos más grandes, así como lugares más íntimos para objetos pequeños o pinturas. Es en el segundo piso donde se revela la intersección de la estructura original con las formas del nuevo diseño.
Estructura
El diseño del nuevo edificio incluye una compleja estructura angular de acero que sobresale de la fachada histórica de ladrillo.
El inclinado cubo revestido con placas de acero color azul oscuro, se desliza dentro de la antigua subestación de ladrillo, haciendo visible la relación entre lo nuevo y lo antiguo. El diseño de Libeskind preserva las características que definen el antiguo edificio de Polk, incluyendo su fachada de ladrillo, armaduras, y claraboyas. Las 36 ventanas en forma de diamante iluminan la planta superior del cubo, conocida como la “Yud”. Otra sección del museo, un rectángulo inclinado conocido como la “Chet” sostiene el vestíbulo, un centro de educación y parte de la galería de arriba.
Cargas sísmicas
El edificio está situado en una zona de alta actividad sísmica. La resistencia a las cargas sísmicas es proporcionada por marcos arriostrados de acero. Aunque la estructura es esencialmente de dos niveles, el punto más alto de este edificio angular se eleva casi a 21,34 metros por encima del nivel del suelo. La compleja geometría del edificio difumina las líneas entre vigas y columnas, y entre los elementos que resisten las cargas de gravedad y los que se resisten las cargas laterales. Muchas columnas no son verticales, algunas se inclinan en dos direcciones, y los pórticos arriostrados llevan no sólo las cargas sísmicas, sino también las cargas de gravedad.
Los ingenieros estructurales construyeron un modelo informático 3D del edificio con el fin de realizar análisis de espectro dinámicos con respuestas detalladas. Debido a que los pórticos arriostrados también llevan cargas de gravedad, se requirió el diseño sísmico para garantizar un comportamiento casi-elástico ante un posible seísmo de máxima potencia creíble.
Materiales
Placas de acero
La estructura del anexo está revestida con 3.028 paneles de acero en color azul iridiscente. El color no se logra a través de tintes o pigmentos sino por medio de un tratamiento con componentes ópticos que determinan matices diferentes según la hora del día y el tiempo. Esto significa una solución para la fachada, que estará siempre relacionada con el deterioro natural.
Control de filtraciones
En el proyecto se utiliza el Inverted Seam® Roof and Facade System, uno de las más potentes coberturas para el control de filtraciones, uniformidad en la superficie y rendimiento a largo plazo, tanto en el tejado como en la fachada.
Claraboyas
Integradas en el techo aparecen 36 claraboyas, cada una de ellas especialmente realizada para el lugar que ocupa y asentándose perfectamente a ras de la superficie de metal.