Arquitecto
Arquitecto reforma
Sverre Fehn
Año de Construcción
1989 – 1991
Reformado en
2006 - 2007, 2016
Ubicación
Fjærland, Sogn og Fjordane, Noruega

Introducción

El Museo diseñado por el arquitecto Sverre Fehn, ganador del Premio Pritzker en 1997, es la sede del Centro Climático Ulltveit-Moe. En 1989, Sverre Fehn comenzó a trabajar en el diseño del Museo Noruego del Glaciar, que se inauguró en 1991. En 2002, el museo decidió expandirse. La extensión debería albergar una nueva exposición sobre el cambio climático. Para Sverre Fehn este fue un gran desafío. Tuvo que alterar el diseño de un edificio que ya había pensado que estaba completo. Al final, la extensión se construyó en torno al cine existente. Los trabajos de construcción comenzaron en otoño de 2006. En julio de 2007, se inauguró el Centro Climático de Ulltveit-Moe.

En 2016 el espacio diseñado por Fehn se renovó para incluir aún más demostraciones prácticas y presentaciones de eventos actuales, como ¿Qué es el calentamiento global? ¿Qué es un glaciar? o ¿por qué el fiordo es verde?

Ubicación

El Museo está situado en una pradera ubicada en la cabecera del fiordo Fjaerlandsfjord, a 7km del glaciar Jostedalsbreen, dentro del Parque Nacional del mismo nombre, el glaciar más grande del continente europeo. El Museo está ubicado en el pueblo de Fjærland, en el municipio de Sogndal, Noruega, acunado entre dos glaciares particularmente accesibles, Bøyabreen y Supphellebreen, para contar la historia de los glaciares que crearon los fiordos, convirtiéndose en una roca más, dejada atrás en el prado hace miles de años.

Concepto

El Museo Noruego del Glaciar abrió en 1991 con el objetivo de recoger, elaborar y difundir el conocimiento sobre los glaciares y el clima. El concepto del museo es el de transmitir la sensación de haber sido concebido por los glaciares que lo rodean y se suman a su historia. El sentido del lugar y de pertenencia están presentes como si al atravesar su acceso entraras en el glaciar y te envolviera su hielo. Los críticos del Museo Glaciar Noruego dicen que se parece a un refugio antiaéreo o un búnker militar, pero el arquitecto Sverre Fehn seleccionó el rugoso hormigón gris para armonizar con las montañas y glaciares de Fjaerland.

Diseño

La larga marquesina de entrada sugiere el largo período de tiempo necesario para que se formen estos paisajes naturales. Con su forma triangular se extiende en una línea estrecha creando la sensación de una gran distancia y se desplaza abruptamente hacia arriba cuando se encuentra con el edificio, como si fuera un glaciar que se desliza por una montaña. Dos escaleras a cada lado de la entrada conducen a la azotea donde se puede apreciar una hermosa vista del lugar. Pequeños ojos de buey y tiras de acristalamiento se asoman a través del pesado hormigón, pero en el lado derecho, los planos de vidrio se elevan ligeramente en el aire como cavidades abiertas en la ladera. Esto proporciona magníficas vistas al bar. El vidrio en inglete de las ventanas fractura la luz solar como los cristales naturales.

El diseño que Fehn pensó para el museo parte de la inspiración que consigue observando el paisaje. El arquitecto piensa en una piedra que baja de las montañas y se asienta en el valle. Para ello trazó 3 ejes que se alinean con los picos de las montañas cercanas y en la intersección ubica el museo. Para acentuar la sensación de caminar bajo una caverna de hielo en el centro del museo coloca un tragaluz que permite el paso de la tenue luz nórdica y que se va achicando a medida que el visitante se interna hacia el final del pasillo.

A menudo Fehn ha comentado que la inmensidad del sitio hace que cualquier estructura resulte intranscendente, su ambición fue crear un lugar entre el cielo y la tierra. Así, el concepto para el museo se desarrolló como un zócalo de hormigón asentado en el suelo desde el cual el visitante puede experimentar el gran espacio que le rodea.

El Museo se ha comparado con un platillo volante ubicado entre las montañas de Fjaerland y se construyó en un terreno que fue tallado por el glaciar Jostedal. El arquitecto le dio formas afiladas y angulosas para sugerir las formas irregulares de las montañas y glaciares de los alrededores en Fjaerland. Seleccionó el rugoso hormigón gris para armonizar con las montañas y glaciares de alrededor

Fehn se graduó de la Escuela de Arquitectura de Oslo en 1949, donde recibió la influencia del arquitecto modernista noruego Arne Korsmo. Realizó prácticas con el diseñador francés Jean Prouvé experimentando de primera mano el modernismo europeo de la década de 1950 cuando Le Corbusier estaba en el apogeo de su propia carrera. El arquitecto Andrew Todd escribe que Fehn «logró encontrar un camino entre los dogmas opuestos de la alta tecnología y el brutalismo que estas dos figuras llegaron a representar, destilando en cambio la poética de la construcción de Prouvé y la preocupación por lo primitivo de Le Corbusier».

Espacios

El anguloso diseño de Fehn para el museo maximiza el espacio con formas geométricas como el triangular dosel de entrada o las escaleras que conducen al mirador de la azotea. La larga entrada lleva al visitante a los espacios de exposición interiores o sube las escaleras a una plataforma de observación exterior. El dosel es triangular, mientras que el área de exposición es circular.

Mirador

El arquitecto convierte hábilmente el techo del museo en un espacio público, haciendo alusión a la idea de que uno “sube la roca” para tener una mejor vista. La secuencia de entrada se asemeja al senderismo en el glaciar. Se pueden tomar las escaleras hasta el techo, la caminata en la cima del glaciar, o se puede tomar una entrada tipo cueva para ver las exhibiciones, caminata por debajo del glaciar a través de un tubo.

Centro Climático Ulltveit-Moe

A un lado del Museo del Glaciar, una cámara redonda alberga el Centro Climático Ulltveit-Moe, una adición diseñada por Fehn que se abrió en 2007. Los visitantes del Centro pueden presenciar cambios climáticos desde la creación de la Tierra y pueden ver los efectos devastadores del calentamiento global.

Al aceptar el Premio Pritzker por esta obra Fehn comentó: «…El globo terráqueo está dividido en grados de longitud y latitud y cada punto de cruce tiene su clima, sus plantas y sus vientos. Como arquitecto, debo tratar de comprender la diferencia de la vida en cada punto».

Museo

Sverre Fehn dio al Museo del Glaciar formas afiladas y angulosas para sugerir las formas irregulares de las montañas y glaciares circundantes en Fjaerland. La arquitectura de piedra, madera y vidrio del museo entra y sale de las montañas circundantes, como un glaciar en sí. El techo de la sala de exposiciones interior se convierte en un área exterior para exposiciones de la vida real.

Inmediatamente dentro de la entrada en forma de cueva, una escultura que habla de la temporalidad de los glaciares detiene a los visitantes. Mientras que el Museo del Glaciar está construido como una roca, que permanece en la pradera durante miles de años, el hielo glacial se contrasta con un trozo de granito erosionado que alude a la constante que nos envuelve a todos, el cambio. En el interior, el techo, los bordes y los tragaluces son muy topológicos, como si tomasen la forma de la configuración de la parte inferior del glaciar contra la roca. En algunos casos, la pared se encuentra con el techo en ángulo recto. El tragaluz central se sumerge en el espacio y luego retrocede hacia la exhibición de la lengua glacial.

El café se abre al paisaje, con sus muros cortina de vidrio que contrastan con el cuerpo de hormigón, rompiendo el eje central como si fuera una abertura en la parte inferior del glaciar, similar a las cuevas que llevan el agua de deshielo a los ríos alimentados por glaciares al pie de las montañas.

Materiales

El arquitecto utilizó bloques de hormigón rugoso gris para armonizar con las montañas y glaciares del Fjaerland y vidrio resistente e ingleteado en algunas ventanas para imitar el color y la textura de las montañas que en ellos se reflejan.

«…Pero el gran museo es el mundo mismo…», ha dicho Fehn. «…En la superficie de la tierra, los objetos perdidos se conservan. El mar y la arena son los grandes maestros de la conservación y hacen que el viaje hacia la eternidad sea tan lento que todavía encontramos en estos patrones la clave del nacimiento de nuestra cultura…».

Las enormes escaleras laterales que llevan al mirador fueron realizadas con piedra del lugar

Planos

Fotos

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