Introducción
En las afueras de la ciudad y bajo el voladizo de la fachada que enfrenta al río Duero, el museo se presenta a la misma como un cofre que guarda sus joyas, su memoria. El museo es como un tronco que ha sido cortado de un solo golpe, en el que una serie de lucernarios, con la misma sección transversal, definen diferentes espacios a través de sus diferentes posiciones, alturas y orientaciones. El museo se organiza como un recorrido por los restos de la historia, tomando una votiva estela celtibérica exhibida en el museo como referencia formal.
Historia
El Museo Provincial de Zamora, fue inaugurado simbólicamente en 1877 por el rey Alfonso XII. En 1911 ocupa el antiguo convento de Las Marianas (sigloXVIII) cuyo edificio fue demolido en 1975. Las obras de arte fueron almacenadas en el antiguo edificio del Hospital de la Encarnación hasta que en la década de los 80 se designó como sede del museo el Palacio del Cordón que atravesó un largo proceso de adecuación, llegando a interrumpirse las obras. Finalmente se encarga al estudio Mansilla+Tuñón Arquitectos el proyecto definitivo y el museo se finaliza en 1996, incluyendo la iglesia de Santa Lucía, ubicada en la misma plaza del palacio, como almacén visitable, aunque no abre sus puertas hasta Julio de 1998.
El proyecto gana el premio “Mies van de Rohe” de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea en 1997, entre otros.
Situación
El Museo de Arqueología y Bellas Artes está ubicado en la parte baja de la ciudad de Zamora, en la Plaza Santa Lucía 2, barrio que durante la época medieval se llamó “Puebla del Valle”, próximo al río Duero, comunidad de Castilla y León, España.
Al museo se accede por la entrada que se encuentra frente a la Iglesia de Santa Lucía, a la que se puede acceder desde la cuesta de San Cipriano o desde la plaza de Santa Lucía.
Concepto
Este proyecto es la primera gran obra del estudio Mansilla+Tuñón, sirviendo de inspiración la estela votiva celtibérica que forma parte de la colección del museo, los arquitectos Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón han realizado una reinterpretación contemporánea de elementos históricos.
Proyecto
El desarrollo del nuevo proyecto contaba con algunos condicionamientos previos, como la ubicación de Museo ya determinada por la Iglesia de Santa Lucía, la crujía del antiguo Palacio del Cordón y el pequeño solar contiguo. Era necesario mantener y mejorar los espacios preexistentes, adaptarlos y comunicarlos entre sí y con la nueva construcción.
Los arquitectos optaron por sacrificar la entrada por el Palacio del Cordón, que alejaba el Museo del centro de la ciudad, en beneficio de un área de recepción previa a la que se llega a través de unas escaleras desde la plaza o bien mediante una rampa que comunica con la cuesta de San Cipriano y recorre el muro románico de Santa Lucía, haciendo posible el acceso a minusválidos. Esta opción obligó a elevar la cota de la entrada.
El acceso desde la cuesta de San Cipriano creó espacios intermedios que fueron aprovechados para almacenes, separados del cuerpo principal mediante un patio y a los que también se puede acceder desde el callejón de San Miguel y se crearon zonas relacionadas con el espacio cultural.
El nuevo edificio se construyó en el pequeño terreno contiguo a la antigua casa blasonada, el cual está delimitado por rocas en la zona que se acerca al río.
Espacios
El Museo consta de dos secciones, Arqueología y Bellas Artes. La primera recoge la historia de la provincia desde el Paleolítico a la Edad Moderna y la segunda muestra obras escultóricas y pictóricas realizadas entre los siglos XIV y XX.
Palacio del Cordón
El Palacio del Cordón, edificio de comienzos del siglo XVI, es una interesante edificación de la arquitectura civil zamorana, conjuntamente con la antigua iglesia de Santa Lucía. La noble fachada del edificio, coronada por cornisa de veneras y rematada por diez gárgolas, tiene como elemento más característico la soberbia portada, enmarcada a modo de alfiz por el cordón franciscano que le da nombre, en cuya parte superior campean los escudos de sus propietarios, los condes de Puñonrostro. En el palacio se accede a la sala de exposiciones temporales, al salón de actos y a la biblioteca cuyo acceso es sólo para investigadores. También a acoge espacios de dirección y administración.
Salas expositivas permanentes
En la parte trasera del Palacio, entre éste y un acantilado bajo el recinto amurallado medieval, se agregó el nuevo edificio, un módulo cúbico en cuyo interior se han integrado, como elementos expositivos y arquitectónicos, los restos de las arquerías del antiguo patio y parte de la escalera, únicos elementos subsistentes del edificio original aparte de la fachada. En este nuevo espacio se ubican las salas de exposición permanente de las dos secciones del museo, Arqueología y Bellas Artes.
Desde el nivel de entrada, una rampa de madera nos conduce a los diferentes espacios, la mayoría iluminados a través de la estructura de cubierta. Estos se organizan mediante salas con distintas medidas y alturas, distribuidas en dos niveles que se comunican mediante una rampa descentrada y una larga escalera que desciende nuevamente, después de todo el recorrido, a la planta de acceso.
- Planta de acceso: en esta sala comienza la exposición de Arqueología
- Nivel intermedio: dedicada a las épocas medieval y moderna.
- Planta superior: sección de Bellas Artes.
Los muros de hormigón, pintados de blanco y con diferentes espesores, disponen de perforaciones a modo de hornacinas, incluso a nivel de suelo, para exponer elementos y descubrir los espacios ubicados al otro lado.
Mueble expositor
Una de las piezas más valiosas de la colección del museo son los dos tesoros de Arrabalde, para los que los arquitectos crearon un singular mueble expositor-caja fuerte.
Talleres restauración
Un pequeño módulo anejo, formado por elementos prismáticos, con fachada a un callejón posterior, alberga los talleres de restauración.
Iglesia de Santa Lucía
La iglesia de Santa Lucia, almacén visitable del museo, mantiene huellas de sus orígenes románicos en el muro norte, ya que fue reformada notablemente en el siglo XVII, época a la que debe su actual configuración.
Estructura
La estructura está alojada dentro de un bloque cúbico, casi exento, de contorno fuerte. Una serie de afloramientos topográficos y edificios de diferentes tipos que rodean el museo refuerzan esta impresión. El complejo rechaza una composición axial académica, su calidad en general se inclina hacia una arquitectura que se produce a través de un deslizamiento entre sus diversos componentes, rompiendo así su aspecto general y obligando a la gente a caminar entre los edificios, casi tocándolos, de tal forma que los intersticios entre los volúmenes y la roca mejoran los edificios en sí mismos.
Lucernarios
En este cubo, tiene fundamental importancia la cubierta que se abre a la luz a través de un cuidado damero de lucernarios en diente de sierra, encarados al norte, que permiten una iluminación cenital en las salas expositivas, en especial la central, donde se expone el gran mosaico procedente de la villa romana de Requejo, en Santa Cristina de la Polvorosa.
Una biga de hormigón armado permite salvar la gran luz entre muros, una entrada controlada de luz y la evacuación de agua de lluvia.
Fachadas
Las fachadas son casi ciegas, con pequeñas aberturas al nivel de la planta de acceso y algunos otros huecos repartidos de forma irregular.
Materiales
Sus muros exteriores son de hormigón, recubiertos con pequeños sillares de piedra arenisca de Villamayor, que permiten su integración con el entorno. En el interior hormigón blanco con encofrado visto. En los suelos y celosías se utilizó madera de teca.
La cubierta, “la quinta fachada”, está terminada en zinc.
Entre los distintos espacios se encuentran partes de la estructura del antiguo claustro del Palacio que se han mantenido e incorporado al conjunto.
