Museo Tinguely
Introducción
Con su museo sobre el Rin, el arquitecto Mario Botta ha creado un espacio insólito para las obras de Jean Tinguely. Este museo de arte moderno cuenta con esculturas cinéticas en exhibición permanente y hasta una veintena de máquinas-esculturas en la sala principal de la planta baja.
El artista Jean Tinguely (1925-1991) creció en Basilea y perteneció a la vanguardia parisina de los años 50 y 60, estimuló y revolucionó el mundo del arte «estático» con sus obras cinéticas. Las colecciones permanentes del Museo presentan una selección de esculturas de máquina, relieves y dibujos del artista de todos los períodos de su carrera. El Museo ofrece también un variado y animado programa de exposiciones temporales dedicadas a los compañeros y contemporáneos del artistas.
Ubicación
El edificio del museo está situado en el lado este del Solitude Park del siglo XIX, en la margen derecha del río Rin, donde éste delimita una gran zona urbana, al borde de la autopista, en Paul Sacher-Anlage 1, Basilea, Suiza.
Así, el nuevo edificio es un intento de rejuvenecer este vacío urbano entre el tejido de la ciudad del siglo XX y el borde de la carretera. Su planta rectangular y sus cuatro fachadas crean un tipo diferente de relación espacial con el entorno.
“…Con su situación en la margen derecha del río, donde el Rin forma el límite exterior de un gran distrito de la ciudad, el Museo crea un nuevo orden dentro de un diseño urbano bastante cuestionable junto a la carretera. El museo rectangular ocupa toda la parte este del Parque de la Soledad. Los cuatro lados del edificio se relacionan cada uno de manera específica con los espacios circundantes…”(Mario Bota)
Concepto
La torre circular y la forma rectangular abstraen la arquitectura histórica de la iglesia cercana, un enfoque posmodernista típico de Botta. Grandes paredes de vidrio se abren al Solitude Park a lo largo del río Rin. Esto establece una transición de ciudad a parque natural en el edificio. Las decoraciones posmodernistas de vigas curvas en el techo, a lo largo de la fachada trasera ayudan en la transición del parque a la ciudad artificial.
Espacios
Edificio
La planta rectangular del Museo Jean Tinguely y sus cuatro fachadas, con el mismo revestimiento, responden de manera diferente a la situación y condición urbana imperante. Mientras que por un lado se eleva un muro macizo, en un esfuerzo por aislar el ruido constante del tráfico de la carretera, por el otro lado abraza el área del parque adyacente con una serie de naves frontales de generosas proporciones.
El gesto arquitectónico más espectacular es lo que Botta llama «La Barca», una larga galería inclinada de vidrio ubicada a lo largo del lado sur del edificio principal, frente al Rin. Esta estructura alargada y elevada que se separa del cuerpo principal es una especie de «paseo» sobre las orillas del Rin, por el que el visitante del museo tiene que pasar, una ruta de distribución en la que la vista de quien la trasita se dirige hacia el curso del río.
La imponente fachada en el lado este da a la autopista y es el punto más alto del edificio con tres niveles de exhibición sobre nivel del suelo crea una barrera contra el ruido hacia el espacio verde.
El frente norte corre paralelo a Grenzacherstrasse. Aquí se ha creado un espacio cubierto entre la calle y el museo como acceso al parque y al edificio.
En el lado opuesto, frente al parque, el museo consta de cinco cuerpos conectados, tres de los cuales se abren a la vegetación a través de un gran pórtico de entrada.
Acceso
Como entrada al parque y al museo, el edificio ofrece un espacio de meditación con la ciudad y una particular pasarela suspendida sobre el río. Tras entrar por el gran pórtico frontal que da al parque, el visitante es conducido al museo por un camino insólito. Desde el área del vestíbulo, llega al primer espacio de exposición a través de una pasarela con paneles de vidrio que sobresale por encima del Rin.
Este «paseo» arquitectónico le da al visitante tiempo para prepararse mentalmente antes de ingresar al espacio de exhibición en el primer piso, forzando un diálogo entre el consumidor y el contexto. Permite al visitante formar una relación íntima con el espacio urbano del gran río. Una característica particular del espacio interno es la plena luz del sol que de vez en cuando cae en configuraciones inusuales sobre los distintos pisos de exhibición.
Áreas exposición
Este museo es compacto en apariencia, pero se revela flexible y modular por dentro, rico en dispositivos espaciales, como el pórtico frontal y la pasarela acristalada sobre el río, que ofrecen nuevas y emotivas posibilidades al visitante.
Las áreas de exposición se ubican en cuatro niveles con diseños diferentes.
Se accede al primer nivel de visitantes, 2,90 m sobre la planta baja, a través del «Paseo del Rin»; que representa un corredor tipo galería abierto a la planta baja por un lado y espacios de exhibición por el otro. Desde el final de este corredor, el visitante llega a otro nivel, a una altura de 7,85 m, con una serie de salas «clásicas», que están iluminadas naturalmente por lucernarios laterales. Desde aquí se desciende a un nivel de tres metros por debajo de la planta baja, en cuyas estancias se alojan las obras que no requieren luz natural.
El mayor espacio expositivo del museo, 30x60m, se ubica en la planta baja donde se exhiben las “esculturas monumentales”. Este espacio frente al parque se puede dividir mediante enormes paredes móviles que se deslizan entre los arquitrabes creando un entorno fragmentado de cinco secciones que se comunican con el parque adyacente.
Estructura
En el interior, la planta baja del museo se puede dividir mediante paredes sostenidas por una estructura de soporte que permite que se eleven y oculten en el techo. El sistema portante estático en esta zona está coordinado con una construcción anterior de un depósito subterráneo de cinco plantas, que se utiliza para retener el agua del Rin.
Materiales
Con una estructura de hormigón y vigas de acero se ha utilizado piedra arenisca Rosé de Champenay para el revestimiento de los muros exteriores. Las grandes cristaleras están encuadradas con marcos de metal oscuro.
Las paredes interiores fueron revocadas con capas de yeso y pintadas de color blanco.
En los espacios de exhibición los suelos son de parquet con madera de roble y barniz gris, material que se repite en el suelo de la cafetería. Los suelos perimetrales exteriores son de granito de Portugal negro, al igual que los peldaños de las escaleras.
Los techos interiores de las salas de exposición tienen paneles acústicos, Lignoform, MDF y Topakistik, de madera pintados de blanco. Exteriormente los techos son de placas de metal abovedado con borde corrugado de zinc titanio.
Las paredes interiores en los costados de las escaleras fueron terminadas con estuco veneciano lucido, en color negro.