Pabellón de Rayos Cósmicos
Introducción
Félix Candela es considerado el gran maestro de las cubiertas o cascarones de hormigón armado. La complejidad matemática de estas estructuras laminares contrasta con la belleza y sencillez de sus formas, su economía, gran resistencia y ligereza con espesores muy reducidos.
La mayor parte del relevante legado de Candela fue construido en México en los años 50´s y 60´s. Parte del éxito de Félix Candela consistió en que fue capaz de auto capacitarse para actuar dentro del medio de la arquitectura como arquitecto, ingeniero y constructor. En su obra podemos apreciar todos los ejemplos de construcciones laminares: en forma de cúpula, cilíndrica, reglada e hiperbólicos.
El Pabellón de Rayos Cósmicos que se construyó en el año de 1951 se ha convertido en uno de los edificios íconos del conjunto por su originalidad y su atinada ubicación. Aun siendo de pequeña escala, contiene el potencial plástico y constructivo de la arquitectura de cubiertas ligeras utilizada muy frecuentemente en mercados, almacenes, iglesias, restaurantes, etc., en la arquitectura significativa de México y que ha trascendido incluso internacionalmente.
Situación
Se localiza dentro del Campus Sur de la Universidad Nacional Autónoma de México llamada Ciudad Universitaria, entre las Facultades de Medicina y Odontología. Actualmente se conserva en buen estado.
Concepto
El Pabellón de Rayos Cósmicos es producto de las experimentaciones estructurales del arquitecto Félix Candela; consiste en una cubierta muy delgada de concreto armado de doble curvatura basada en la geometría del Paraboloide Hiperbólico.
Propuso utilizar una bóveda de doble curvatura (alabeada) en lugar de la cilíndrica (simple curvatura) que proyectará originalmente el Arq. Jorge González Reyna. Candela justifico la construcción de un paraboloide hiperbólico en el trazo geométrico ya que éste le conferiría la rigidez, resistencia y estabilidad necesaria.
El Pabellón de Rayos Cósmicos, fue el cuarto cascarón construido por Cubiertas Ala (su empresa), y el primero en que se utilizaba el hypar para dar mayor rigidez a una bóveda casi cilíndrica de tan escaso espesor. Fue esta estructura la primera que dio gran prestigio a Candela, tanto por la gracia de su sencillez formal, como por el alarde técnico que suponía su extrema delgadez.
Espacios
El cascaron cuenta con 12 metros de largo por 10.75 metros de ancho. La cubierta de éste laboratorio especializado en la medición de neutrones debería respetar la condición de no sobrepasar los 15 milímetros de espesor su parte más alta, para que cumpliera óptimamente su función.
Se accede mediante unas escaleras de concreto armado que llevan a la primera crujía del edificio donde se encuentra un vestíbulo que comunica con un cubículo externo y dos laboratorios donde realizan tareas sobre los neutrones que desprenden los rayos cósmicos.
Estructura y Materiales
El pabellón consta de cimentación a base de zapatas aisladas, de las cuales se desprenden dos crujías a partir de tres marcos rígidos mediante las columnas de concreto armado que divide el espacio claramente en dos. Las paredes que cubren lateralmente son de concreto armado y tienen una terminación ondulada, la cual se obtuvo mediante la cimbra para el colado de dicho muro.
Estas son cubiertas por el cascaron de hormigón armado que hace las funciones antes mencionadas. Las estructuras laminares o cascarones de hormigón armado obtienen su rigidez y resistencia con respecto a la geometría que adquieren (un espesor reducido con respecto a su superficie) permitiendo soportar esfuerzos tangenciales, haciendo que la flexión no se presente o sea tan pequeña que se considere despreciable.
La eficacia de los cascarones de concreto armado no viene dada por el material con que están construidas, si no por su propia morfología generada por la doble curvatura, que es la responsable de ofrecer a las cargas una ruta fácil para bajar hasta la cimentación y, a la vez, un significado plástico, estético y funcional, y por consiguiente, arquitectónico. El espesor de este cascarón oscila entre 1,5 y 2 cm, requisito funcional para dejar pasar a través de él los rayos cósmicos que se registraban en el interior.