Reforma COAAM (Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid)
Introducción
El inmueble hoy en día ocupado casi en su totalidad por el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid es un edificio histórico, catalogado y protegido, construido a principios del siglo XX para su uso como viviendas.
El proyecto busca convertirlo en el centro administrativo y sede institucional emblemática que el colectivo necesita, desde un punto de vista funcional como representativo.
Situación
El edificio del COAATM, situado en la esquina de las calles Maestro Victoria y Misericordia de Madrid, a escasos metros de la Puerta del Sol, tiene su medianería Noroeste colindante con el Convento de las Descalzas Reales.
En este lugar estuvo emplazado antiguamente el Convento de Capellanes del Palacio Real, y así se llamaba entonces, calle de los Capellanes, la calle Maestro Victoria. Aquí estuvo instalado el establecimiento original de Viena Capellanes, primera panadería que fabricó «pan de Viena» en Madrid, que heredaron y regentaron en su juventud los hermanos Ricardo y Pío Baroja.
El inmueble actual fue construido para viviendas, según proyecto redactado en 1903 por el arquitecto Manuel Medrano Hueto, por encargo de la marquesa de Villamejor, quedando las obras terminadas en 1906. Originalmente constaba de un sótano, planta baja, entreplanta y tres plantas altas, principal, segunda y tercera. En fecha indeterminada se amplió la entreplanta y se construyó una planta cuarta como ático retranqueado.
Concepto
Eran tres los temas fundamentales que este proyecto planteaba al arquitecto:
En primer lugar
La recuperación morfológica y puesta en valor arquitectónico de un edificio que, siendo inicialmente de viviendas, fue transformándose paulatinamente en sede colegial, mediante un proceso durante el cual recibió numerosos impactos negativos, perdió su traza y organización espacial original y nunca llegó a alcanzar una clara tipología de edificio administrativo, estando en la actualidad en malas condiciones de uso y habitabilidad.
En segundo lugar
Proporcionar al COAATM el edificio que necesitaba, tanto desde el punto de vista funcional como representativo, es decir, un centro administrativo en la línea de las más modernas oficinas actuales, y una sede institucional emblemática que sea insignia e imagen de lo que el colectivo profesional ofrece a la sociedad.
En tercer lugar
Plantear una operación viable en dos sentidos: constructivo y normativo. En sentido constructivo, ofreciendo una solución factible y técnicamente solvente, que proporcionase calidad constructiva y facilidad de mantenimiento. En sentido normativo, logrando el cumplimiento de toda la normativa de aplicación, especialmente la normativa crítica de accesibilidad, habitabilidad y protección de incendios.
Espacios
En orden a conseguir los objetivos expuestos, los criterios básicos de diseño adoptados fueron los siguientes:
- Establecimiento de un sistema claro y rotundo de circulaciones, tanto horizontales como verticales, que permitieran la lectura interior del edificio como un todo integrado, como un espacio unificado y versátil.
- Concentración vertical de cuartos de aseos y patinillos de instalaciones en la zona óptima para ello, medianería larga, dejando libre el resto de la planta.
- Estructuración de espacios diáfanos, transparentes, flexibles y funcionales. Las zonas de trabajo se han concebido como contenedores capaces de asumir con total facilidad redistribuciones a lo largo del tiempo.
Estructura
Las claves del proyecto y del planteamiento general de la obra, han estado muy claras desde el principio.
Los arquitectos se encontraban ante un edificio histórico, catalogado, protegido, y que se construyó a principios del siglo XX para viviendas. Su planta ya reflejaba que se trataba de un edificio residencial, doméstico, que albergaba una institución. Ese carácter de la planta no se había borrado a pesar de las sucesivas intervenciones sufridas a lo largo del tiempo. Respetando los condicionantes del Plan Especial, se planteó la conversión de esa planta en la adecuada para un edificio institucional y representativo.
En consecuencia, ha sido básica la labor de limpieza de tabiquería interior que dificultaba la lectura de la planta, el establecimiento de un sistema claro de circulaciones que debe haber en todo edificio de oficinas y el agrupamiento muy claro de núcleos de instalaciones. El criterio fundamental fue adaptarnos a clara geometría que tenía la planta originalmente, poniendo en valor sus virtudes compositivas.
En este caso existía una estructura de muros de carga, de patios. En vertical, establecimos un núcleo de comunicaciones centralizado en torno a los patios del edificio, que han sido puestos en valor, con un ascensor panorámico, rehabilitando la escalera histórica y su ascensor.
Se ha establecido un esquema muy claro de circulaciones horizontales, transformando un sistema de circulaciones existentes muy complicado en una circulación continua con un pasillo que circunda ese núcleo vertical, lo que permite una lectura interior del edificio muy clara, con perspectivas nuevas. Y además, se han agrupado los núcleos de instalaciones en la zona del edificio más adecuada para ello, es decir, la medianería.
Así, el edificio queda configurado con una circulación horizontal en circuito cerrado, dos núcleos de comunicaciones verticales, y una medianería a las Descalzas Reales con agrupación de espacios de instalaciones. En cuanto a los espacios principales, se ha buscado la transparencia, la integración espacial y la posibilidad de subdivisión a lo largo del tiempo sin afectar a la estructura fundamental del edificio.
Interiorismo
La oportunidad de llevar a cabo el Proyecto de interiorismo del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid y dada la proximidad de todo tipo existente con los arquitectos encargados de llevar a cabo la reestructuración y rehabilitación arquitectónica del edificio, abrió enseguida la posibilidad de cerrar el «circulo virtuoso» formado por el binomio arquitectura versus arquitectura interior.
La evidencia de esta feliz colaboración se refleja en cada una de las plantas del proyecto, las cuales han sido concebidas con el objetivo prioritario de conseguir una lectura unitaria con el conjunto del edificio, de tal manera que se pusiese de relieve su condición de «espacio colegial» que deberá acoger diversas actividades profesionales y culturales.
La idea generadora del proyecto arquitectónico ha sido, dadas las características del edificio a rehabilitar, evidenciar su planta canónica generada alrededor de un núcleo central formado por los dos patios y la escalera principales y, consecuentemente, con el objetivo de dotar de coherencia a su conjunto, se decidió limitar y uniformar la aportación de detalles, acabados y texturas, en un marco de solidez y calidad, acorde con la categoría del edificio.
Materiales
Las dos primeras plantas, como consecuencia de la existencia de un espacio en doble altura situado en el acceso desde la vía pública, constituyen un ámbito unitario presidido por esbeltos pilares de fundición pintados de color gris, en el que tienen lugar la mayor parte de las gestiones administrativas de carácter colegial. El diseño de este espacio se ha llevado a cabo utilizando el mismo lenguaje y los mismos acabados que en el resto del edificio, pero buscando un mayor protagonismo mediante la disposición de una pared de mármol – vidrio retroiluminada, perfiles y piezas de latón patinado en bronce, barandillas de vidrio y un falso techo formado por lamas de madera de «bamboo».
El núcleo central de patios y escalera principales constituye el elemento alrededor del cual se organiza y desarrolla la planta del edificio, por lo que se decidió revestirlo en su interior con un empanelado de madera de «bamboo» que, debido a su exotismo y color, contrasta fuertemente con el resto de las paredes, pintadas de color blanco con el objetivo de potenciar la entrada de la luz natural en los espacios interiores, enfatizando su altura y potenciando sus condiciones de habitabilidad.
Un pavimento de color oscuro y muy resistente en los espacios de circulación (cuarcita en zona de visado y cerámica de gran formato en el resto de las plantas), se convierte en referencia uniforme para todo el edificio, provocando a su vez un fuerte contraste con los espacios en los que se han recuperado, allí donde ha sido posible, los pavimentos originales de tarima de madera, un auténtico trabajo cercano a la marquetería, de gran belleza.
Eliminar el habitual caos que suponen los cielos rasos como consecuencia de la multitud de intervenciones (instalaciones, iluminación y mecanismos de todo tipo) que acostumbran a sufrir sin ningún orden ni concierto, ha sido uno de los principales retos del Proyecto. Finalmente, tras dibujarlos cientos de veces y garantizar sus condiciones acústicas, climáticas y de iluminación, se pudo alcanzar una solución de Proyecto que pudiese también garantizar la uniformidad y coherencia global del conjunto.