Royal National Theatre
Introducción
El Teatro Nacional de Londres es un gran ejemplo del estilo brutalista, una de las obras fundamentales del Modernismo británico y una de las últimas grandes obras de la arquitectura pública realizadas en la capital de Inglaterra. Destaca por su dinamismo, su sensación visceral de conmoción y por los espacios ricos, complejos y altamente contextuales que crea.
Cuando el arquitecto Denys Lasdun asistió en solitario a una entrevista para tratar de ganar el trabajo, dijo que «la esencia del diseño de un teatro es espiritual», luego, aparentemente, admitió que no sabía nada sobre el diseño de teatros, nunca había realizado ninguno. El actor Sir Laurence Olivier que formaba parte del jurado, sin embargo, quedó convenientemente impresionado: «…Oh, querido, todos nos enamoramos de éso. Sabíamos que habíamos encontrado por mucho el mejor hombre… «.
Aceptado en 1963 el proyecto del arquitecto Denys Lasdun tardó 13 años en finalizarse, según el arquitecto porque fue utilizado para demasiadas tramas políticas que nada tenían que ver con el teatro en sí.
Hasta 1988 en que la reina Isabel II autorizó a la compañía a agregar el “Royal” a su nombre el teatro recibió el nombre de National Theatre.
Ubicación
La ubicación del Teatro Nacional en el South Bank de Londres, Inglaterra, frente a Somerser House, al lado del Puente de Waterloo y sobre el río Támesis, en la zona que este marca una curva hacia la ciudad, ofrece un doble aspecto de su estratégica ubicación. El edificio se convierte en el punto en el que las dos partes históricas de la ciudad forman el telón urbano que sirve de fondo a las terrazas del teatro.
Zona dañada por las bombas durante la Segunda Guerra Mundial, el South Bank se convirtió en foco de regeneración por parte del London County Council, con el propósito de crear oficinas, negocios e instalaciones de ocio y espacios abiertos. En 1948 se propone la construcción de un teatro y sala de conciertos, en un lugar entre Hungerford y el Puente de Waterloo, a lo largo de la orilla del río. Con ese propósito se acondicionó esta zona de la capital inglesa. Desde que se finalizó el edificio del Teatro Nacional, el paseo del público por la orilla del río se ha hecho más fluida y el South Bank se ha convertido en un nuevo centro de la capital inglesa.
“… está en un punto del río … en el que este gira casi 90º y revela un panorama de la ciudad de Londres que se extiende desde St Paul´s girando hasta Somerset House y hasta las torres de Hawksmoor’s, en la Abadía de Westminster. Es una posición mágica … probablemente el sitio más hermoso de Londres ( Denys Lasdun, Building Vistas / 1, The Complete Guide to the National Theatre, 1977).
Concepto
El principio más significativo en la arquitectura del Teatro Nacional es la idea de “arquitectura como paisaje urbano”. Este concepto había sido explorado por el arquitecto durante los años 50 y 60, pero es en el Teatro Nacional que esta concepción de un edificio individual como extensión del entorno urbano se cristaliza.
Se trata de un enfoque perfecto para un proyecto cuya esencia según el arquitecto debería ser espiritual, argumento que convenció a la junta que vio la oportunidad de construir una manifestación abierta de acceso democrático a las artes, en un sitio prominente en Londres. El esquema final se convertiría en una versión reducida del resumen inicial que incluía un Teatro de la Ópera en un sitio cercano. No obstante, el proyecto se ha convertido en un hito en muchos aspectos: urbano, cultural y arquitectónico, un faro de expresión artística valiente y seguro de sí mismo.
El proyecto fue otorgado al arquitecto Lasdun en 1963, cuando no tenía ninguna experiencia previa en proyectos para teatros y sin ningún equipo que lo respaldara, ya que presentó su proyecto en solitario. A pesar de las excelentes credenciales modernistas de Lasdun, fue para muchos una elección sorprendente, nunca había diseñado un teatro.
Dentro del Teatro Nacional hay tres auditorios separados y muy distintos. Simbólica y prácticamente se inspiran en diseños teatrales de los tres períodos más grandes del drama occidental. El Auditorio Olivier está basado en los teatros griegos clásicos, el Lyttelton en los teatros de arco de proscenio de los últimos tres siglos y el Cottesloe en los patios de la posada Tudor. El edificio se ha convertido en un punto de referencia nacional en Gran Bretaña y ha sido catalogado como «Grado II» desde 1994.
Construcción
La construcción comenzó en 1969 completándose la cubierta de hormigón en 1973, pero a partir de ese año y a consecuencia, de la inflación desenfrenada y las grandes huelgas que provocaron la escasez de mano de obra, a construcción se ralentizó encareciendo su coste inicial. Según la empresa constructora McAlpine que comenzó la obra, ésta tardaría 4 años y tendría un coste de 7.5 millones de libras, pero debido a los acontecimientos mencionados su construcción se alargó 7 años y los teatros debieron inaugurarse de uno en uno continuando las obras después de cada actuación durante algunos años más y el coste se disparó a 16 millones.
El edificio cumple con el concepto de arquitectura como paisaje urbano, propuesto por Lasdun, recurriendo a formas variadas que descomponen el volumen del complejo, permitiendo de este modo un más fácil acoplamiento al entramado urbano de esa parte del río. La forma exterior del edificio está dominada por las torres del Teatro Abierto y del Teatro de Proscenio. La primera es la más alta y está orientada a 45º, desde la cuadrícula ortogonal, del resto de la estructura, en diálogo con el Puente de Waterloo al oeste y la Somerset House al otro lado del río, hacia el norte.
Estas dos características verticales están conectadas por bandas horizontales de terrazas al aire libre que se extienden a lo ancho del sitio, que Lasdun denominó «estratos» y que sólo son interrumpidos por dos conjuntos más pequeños de torres dobles que indican la entrada principal y sirven para la circulación vertical.
Espacios
Las propuestas presentadas por Lasdun en 1965 fueron recibidas con gran entusiasmo e incluían una Casa de la Ópera en un lugar cercano. Debido a restricciones presupuestarias esta última fue eliminada del proyecto desarrollándose uno nuevo más pequeño en el lugar actual. Si bien la huella del edificio es considerable, su escala se desglosa deliberadamente. Los estratos horizontales difuminan el borde del edificio, rompiendo su masa y creando ambigüedad sobre dónde termina el edificio y dónde comienza la ciudad.
Terrazas
El Royal National Theatre está formado por dos torres que se elevan sobre el auditorio principal, rodeadas por terrazas horizontales que las envuelven descendiendo en cascada hasta el nivel del río e incorporándolas al tejido urbano de la ciudad. Estas terrazas que Lasdum llamó “estratos” o “espacios públicos” cumplen con la función para la que fueron pensadas, la interacción social. Como extensiones de la ciudad y lugares para reuniones y eventos comunales, las terrazas y los salones fueron concebidos por Lasdun como el «cuarto teatro». Las plataformas conectan el edificio con el South Bank y el Puente de Waterloo y las personas que circulan sobre ellas se convierten en personajes de una obra urbana que se mueven sobre el gran escenario que es el teatro.
El complejo teatral es una amplia estructura que acoge 3 teatros y funciona en plano como si de una ciudad se tratase. El teatro más grande tiene capacidad para 1150 personas, además de restaurantes, bares, vestíbulos, talleres y toda la mecánica necesaria para su funcionamiento.
Vestíbulo
Hay una progresión legible desde el ámbito público, en frente del edificio, hasta el vestíbulo principal, que es un espacio rico y dramático. Al acercarse a la entrada ésta parece pequeña después de los grandes espacios externos, pero una vez cruzada aparece el gran vestíbulo, con elementos estructurales que sugieren espacios informales dentro del espacio mayor. Su estructura es contradictoria, pesados elementos de hormigón que parecen flotar sin ningún esfuerzo, geometrías contrarias superpuestas, espacios cerrados pero que ofrecen grandes vistas, oscuridad contra luz. Grandes ventanales de suelo a techo miran al exterior a la vez que otros rincones recuerdan grutas o espacios geológicos formados por las placas de hormigón que parecen haberse formado con capas sedimentarias. Todos estos elementos crean un tenso y gran ambiente teatral.
Auditorios
Los tres teatros del Royal National tienen características espaciales distintas relacionadas principalmente con tres precedentes.
Teatro Olivier
El Oliver, que recibe el nombre en honor al primer director artístico del teatro, Laurence Olivier, es el auditorio principal y se lo relaciona con el teatro griego clásico de Epidauro. Se trata de un espacio amplio, abierto, rico y dinámico que obtiene sus formas a través del adecuado uso del hormigón armado vertido in situ, manteniendo la sensación de armonía que caracteriza a toda la composición.
La entrada a la sala se realiza por el nivel 2, aunque por el nivel 3 también se puede acceder mediante escaleras y ascensor. Existen bares en todos los niveles.
Con la forma de un anfiteatro antiguo su auditorio en forma de abanico tiene dos niveles principales de asientos con una pronunciada inclinación, flanqueados por bancos laterales en un nivel superior y capacidad para 1150 espectadores. El gran arco de hormigón de la grada donde se ubican los asientos se fija al escenario con un enfoque axial, enfatizado y contenido por el empinado rastrillo que forman los asientos y por los bancos laterales. Existe una fuerte continuidad entre las gradas y el escenario, con un sentido de unidad en el que el público se siente parte de una experiencia colectiva compartida enmarcada por la arquitectura. Ningún asiento está lejos del punto de vista de un actor y el lapso de los asientos coincide con su alcance efectivo de visión.
Bajo su escenario abierto se ubica un revolucionario sistema de “tambor giratorio” que se extiende 8m y forma cinco niveles hacia abajo que se mueven mediante dos ruedas giratorias y dos plataformas que pueden transportar 10tn cada una y ser manejado por un solo operario, facilitando el cambio de decorado del escenario. Diseñado en la década de 1970 y como prototipo de tecnología, el tambor giratorio y el sistema de vuelo múltiple “sky hook” (un gran gancho que permite movimientos en altura) fueron inicialmente muy controvertidos y requirieron diez años para su puesta en servicio, pero parecen haber cumplido el objetivo de funcionalidad con alta productividad.
Teatro Lyttelton
Los teatros de proscenio de los siglos XVII, XVIII y XIX en cierta medida proporcionaron un modelo para el Lyttelton. En contraste con el teatro abierto, el Lyttelton establece una relación frontal entre el actor y el escenario, contenida dentro de un volumen rectangular de hormigón con filas de asientos ligeramente curvados que tienen capacidad para 890 espectadores. Las paredes laterales adyacentes al escenario están moldeadas en hormigón vetido in-situ, con marcas angulares de diferentes profundidades. En otras partes del edificio, el espesor del hormigón utilizado para el encofrado es aleatorio, pero las paredes de Lyttelton fueron modeladas a profundidades específicas para efectos acústicos y artísticos. Se tuvo mucho cuidado con esta parte del teatro y los arquitectos lo consideraron como un elemento muy significativo del edificio. Sin embargo, estas paredes, con sus pronunciadas cualidades de superficie y su atípica orientación diagonal resultan un tanto independientes del espacio general y, de hecho, se modelaron como objetos separados en el proceso de diseño. La división entre el auditorio y el escenario es menos contundente, con una apertura de proscenio de ancho y alto variables.
Con la finalidad de eliminar la segregación de clases sociales que se generaba en los auditorios con balcones que ocupaban la clase alta, con mejores vistas y acústica que el resto de los espectadores que ocupaban las galerías más altas, el Lyttelton se crea con paredes paralelas y asientos frontales que permiten crear una excelente visión y acústica uniforme en todo el auditorio.
Teatro Cottesloe
Este auditorio se desarrolló basándose en los patios de las posadas Tudor y Corrales Españoles. Se trata del más pequeño de los 3 teatros, con capacidad para 200 o 400 espectadores, dependiendo de la configuración del escenario.
Inicialmente fue construido sólo como un caparazón para reducir los costes y en una etapa posterior el especialista Iain Mackintosh y el jefe de diseño del Royal National, John Bury, desarrollaron el proyecto que lo convertiría en el tercer auditorio. Aceptado por el público y actores, se ha convertido en un punto de referencia para las interpretaciones del estilo “patio”. Su acceso se realizó independiente de los vestíbulos principales con el fin de que fuera un espacio completamente separado, tanto para los directores y público más vanguardistas.
Recordando el precedente de los históricos patios de las posadas y combinándolo con la adaptabilidad teatral del siglo XX, el Cottesloe se caracteriza por galerías para el público en tres de sus lados con hileras de asientos y al fondo un espacio para espectadores de pie. El auditorio está pintado de negro, un espacio de estudio austero que, sin embargo, posee una gran atmósfera e intimidad durante una obra de teatro.
El vestíbulo de Cottesloe es un espacio de triple altura con un sofito de hormigón visto alineado ortogonalmente y muros de hormigón con señales dejadas por el encofrado. Originalmente, el espacio presentaba una escalera semicircular también de hormigón con tablero vertical que comunicaba con el primer piso. En 1997 fue reemplazada por una nueva escalera ya que la original se consideraba demasiado grande para un espacio tan reducido. En la misma reforma se agregaron taquillas y una librería.
Otras dependencias
Las áreas privadas del edificio están arquitectónicamente subordinadas a los espacios del frente del edificio y tienen una importancia secundaria para las áreas públicas. Sin embargo, en la parte posterior del edificio se puede identificar una jerarquía de importancia entre los tres sistemas arquitectónicos principales: la estructura estratificada de hormigón de las oficinas administrativas, el patio introspectivo del bloque del vestidor y el bloque de taller realizado en acero y ladrillo, que se articula como un robusto espacio de trabajo.
El ladrillo desnudo y el hormigón se exhiben con franqueza, mientras que las divisiones y los acabados en las oficinas se definen claramente como elementos secundarios de los sofitos de hormigón expuestos.
La cocina principal y la parte posterior de las instalaciones de restauración están ubicadas en la esquina norte del edificio debajo de los estratos administrativos.
Estructura y Materiales
La utilización de hormigón como material principal hace que el lenguaje arquitectónico sea inseparable de sistema estructural. Es este material el que da forma y cerramiento a los principales espacios internos. Las losas que forman los planos horizontales se caracterizan por aleros voladizos con artesonados de hormigón en la parte inferior, orientados al eje diagonal.
El hormigón también proporciona la acústica necesaria y la separación entre los teatros y los espacios públicos, demostrando el uso eficiente de un único material en la construcción y formas de los espacios del Teatro. La estructura del teatro es esencialmente la arquitectura y su evolución sigue de cerca el desarrollo de los recintos al servicio de las necesidades de planificación. Interna y externamente, la superficie de hormigón del Teatro Nacional muestra la huella de los tablones de madera usados en el proceso de fundición, que supuestamente fueron utilizados dos veces, una de cada lado.
Al respecto Denys Lasdun comentó: ”… la forma, el espacio, la estructura y la superficie se manifiestan por la naturaleza del hormigón…”
Los ingenieros aprovecharon el soporte vertical proporcionado por los muros de hormigón para utilizar muy pocas columnas en la estructura. En el frente éstas se colocaron para cumplir con los requisitos de soporte para las galerías y techo, permitiendo a su vez conseguir el máximo espacio de estacionamiento en la parte de abajo, mientras que las columnas que soportan las áreas administrativas se rastrillaron para evitar la obstrucción de la ruta de acceso vehicular por la Avenida Cottesloe. Se diseñaron rutas coordinadas de servicios y sistemas a través de la estructura con el fin de eliminar la necesidad de conductos.
Una parte crucial e innovadora del diseño estructural es el uso de materiales postensados para reducir el movimiento y el agrietamiento y para proporcionar la fuerza adecuada dentro de las partes restringidas de la envolvente estructural. Los parapetos y las balaustradas son construcciones postensadas realizadas in situ, y la estabilidad de toda el ala estratificada de administración depende del cuerpo principal del edificio mediante elementos de postensado. En esta zona donde los estratos forman angostas terrazas para uso privado de las oficinas administrativas, la relación entre los estratos y el terreno se hace de forma distinta y separada. Dominada por imponentes arbotantes, la elevación norte restablece las capas del edificio como placas del suelo claramente definidas y en retroceso, voladizas, sobre un volumen de relleno de ladrillos, un claro contraste con la relación ambigua entre el edificio y el suelo en la esquina occidental. Con esta expresión arquitectónica el arquitecto hace un abrupto corte entre la parte pública y privada, recurriendo al ladrillo cuyo lenguaje elegante pero prosaico es completamente distinto de la yuxtaposición ceremonial de los estratos y torres de hormigón. La parte posterior del edificio proclama su privacidad con una cara casi intacta que da la espalda al teatro y ofrece poco de éste a su contexto sur. La utilización de hormigón armado en el frente y auditorios realizada por Lasdum proporciona el marco para la arquitectura ceremonial y pública, mientras que el ámbito privado de los talleres, salas de ensayo y administración es cuidadosamente detallado pero claramente subordinado
La utilización de hormigón armado color claro escogido por Lasdum para realizar su obra puede parecer audaz, pero esta elección fue un enfoque escogido por el arquitecto para que el teatro encajase de forma armoniosa con los edificios de su entorno, el color de la piedra del Puente Waterloo, la Somerset House ubicada en la orilla de enfrente y la Catedral de St Paul.
El techo del Teatro Nacional es el hogar de aproximadamente 60.000 abejas. Mantienen las colmenas para promover la disminución de la población de abejas y vender la miel en la tienda del Teatro Nacional.