Saitama Super Arena
Introducción
La idea de crear una arquitectura móvil, en la que los elementos componentes de la misma puedan elongarse de acuerdo a las cambiantes necesidades del usuario, ha venido experimentándose con respuestas interesantes a lo largo de las últimas décadas.
Ya en los ’60s Kisho Kurokawa propuso su teoría del metabolismo, en la que las partes o componentes integradas en un total urbano u arquitectónico podían modificarse estructuradas en un sistema extensible. El legado de Kurokawa en el Japón contemporáneo se puede apreciar desde la arquitectura del día a día como en el caso de los capsule hoteles hasta obras públicas más representativas y de mayor envergadura como el Saitama Super Arena o el Domo Sapporo.
Este impresionante «estadio transformer» fue diseñado por un equipo conformado por la conocida oficina Nikken Sekkei en sociedad con la casi centenaria compañía norteamericana Ellerbe Becket y Flack+Kurtz Consulting Engineers. El edificio ha ganado varios premios dada su innovación y alta calidad tecnológica.
Situación
La obra se sitúa en la Prefectura de Saitama que se encuentra al norte de Tokyo y se ha convertido prácticamente hoy en día en suburbio de la capital japonesa.
Espacios y Concepto
Se trata de un edificio que puede funcionar como un estadio para 37,000 personas, un coliseo con capacidad para 22,000 espectadores o un salón de conciertos de 5000 asientos.
La transformación de una función a otra toma tan sólo 20 minutos, desplazando una gigantesca estructura retráctil de 15,000 toneladas y 41.5 m de altura que se mueve una distancia de 70 metros, acarreando consigo aproximadamente 9000 asientos. Pero no sólo los asientos son desplazados, sino también baños, pasillos, oficinas y varios equipamientos que encajan perfectamente para la nueva función elegida.
El diseño contempla la posibilidad de que el edificio albergue eventos simultáneos como conciertos, exhibiciones y acontecimientos deportivo. Es más, la altura de los paneles del techo puede ser ajustada de acuerdo a los requerimientos acústicos del evento que se esté desarrollando en ese momento.
El mérito del ésta estructura móvil es notable dada la seguridad que un edificio de esta naturaleza debe otorgar en una zona especialmente sísmica como Japón.
El frontis del coloso coadyuva a otorgarle monumentalidad y espectacularidad al edificio. La fachada curva y acristalada baña de luz al edificio de día y lo convierte en un fulgoroso referente de noche, y está compuesta de dos cuerpos: a nivel peatonal se encuentra un atrio monumental que se abre hacia una plazoleta de recepción, la cual asu vez se comunica con la estación de tren de Saitama mediante un puente.
Sobre ella, y a manera de un platillo volador, se encuentra otro volumen cilíndrico acristalado, que contiene gimnasios y otros equipamientos, y cuya retícula ortogonal deja traslucir la estructura en «V» que la sostiene .
Sobre este disco acristalado, corona la estructura una cobertura en forma de abanico, ubicada a más de 60 m del suelo, que se prolonga enfatizando el efecto de bienvenida al espectador.
Sin embargo, el diseño incluye elementos que compensan esa monumentalidad para que el Saitama Super Arena no sea una mole inhumana y aplastante. Contiguo a la fachada se ubica el John Lennon Museum , un bloque de dos niveles que alberga una colección del extinto ex-Beatle, donada por su viuda, la japonesa Yoko Ono. Puede parecer insólito, pero este es el primer (sino el único) museo de John Lennon en el mundo. Además de ser un elemento atractivo, colabora en otorgar una escala más humana al conjunto.
Materiales
Acero y vidrio son los materiales más abundantes en esta obra, sin embargo el aluminio también se encuentra presente como revestimiento de las grandes vigas que sobresalen en voladizo.
La piedra también se encuentra presente creando un zócalo resistente al día a día a nivel de calle y dándole al conjunto una sensación de asentamiento que difícilmente se podría lograr con la utilización exclusiva de los materiales “hi-tech”.