Sanatorio antituberculoso Paimio
Introducción
Convertido en los años 60 en hospital general, esta obra fue el resultado de un concurso para un Sanatorio ganado en 1929, cuyas aclamadas críticas pusieron a Finlandia en el mapa de la arquitectura moderna.
El conjunto, claramente funcional, tiene una aproximación humana muy propia de la arquitectura de Alvar Aalto que va más allá del funcionalismo técnico y que se percibe sobre todo en el detalle de sus elementos. El Sanatorio Paimio supone un claro punto de inflexión en la obra de Aalto, pasando de una producción caracterizada por el respeto a la tradición hacia una arquitectura plenamente relacionada ya con la cultura del Movimiento Moderno.
Actualmente está nominado para entrar en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Situación
Ubicado en lo más alto de un idílico y aislado entorno al sureste de Finlandia, Paimio, unos 29Km de la ciudad de Turku, el complejo de edificios que componen el Sanatorio se abre y articula hacia el exterior, permitiendo vistas, ventilación y asoleamiento natural en todas las habitaciones y demás estancias.
Concepto
La idea principal para el Sanatorio, proyectado inicialmente para 296 pacientes, era un edificio que favoreciera la curación y rehabilitación de enfermos de tuberculosis, o en palabras del mismo Aalto, un edificio concebido como si de un “instrumento médico” se tratara.
El conjunto está formado por zonas claramente diferenciadas, la de los pacientes y galerías o salas de reposo, la de las salas comunes y la de servicios, articulando los bloques que contienen dichas funciones según la orientación y vistas alrededor de un núcleo central de circulaciones.
Las casas de médicos y empleados son tratadas como pabellones aislados, para dar privacidad y descanso a los trabajadores.
Espacios
Aalto pone especial atención en la distribución, funcionamiento y orientación del bloque principal, contenedor de las habitaciones y salas de reposo para los enfermos, estas últimas situadas en el extremo de cada planta. Orientadas las primeras a sur-sureste y las salas-terraza de reposo a pleno sur, Aalto consigue un máximo aprovechamiento de la luz y propiedades curativas del sol para facilitar la rehabilitación de los enfermos.
También existe una sala de reposo en cubierta, para 120 tumbonas, que ocupa todo el largo de la superficie y corona el edificio, ofreciendo unas vistas inmejorables sobre el paisaje y cuyo ajardinamiento evita el exceso de calor durante el verano.
En el interior de las habitaciones, habilitadas para dos ocupantes, el detallado diseño de sus elementos proporciona una máxima comodidad al paciente, como por ejemplo a través de la disposición indirecta de luz artificial, el color del techo pintado en verde oscuro para evitar deslumbramientos, o también la colocación de la calefacción en el techo para evitar la radiación directa, y el cuidado diseño de los lavabos, cuya geometría minimiza el posible ruido provocado por su uso.
Las estancias comunes más espaciosas, como son el comedor y el taller, están orientadas a sur y están provistas de toldos para un control solar. También estos espacios ofrecen diferentes orientaciones y visuales para provocar en el paciente una variedad de estímulos psíquicos.
El mobiliario interior fue diseñado por el mismo arquitecto, destacando la silla Paimio que, por su ergonómico diseño, decíase favorecía la respiración del enfermo.
Estructura
La estructura, de columnas de hormigón armado, está perfectamente modulada con los espacios interiores que alberga. Incluye la estructura otras paredes de carga, de 8-10cm de grosor, también realizadas en hormigón armado.
La estructura y las vigas del edificio han sido hechas de tal manera que todo el complejo tiene un sistema de canales tubulares verticales y horizontales (a cada columna o viga le corresponde un vacío o canal adosada a la misma) , de manera que todas las cañerías, cables eléctricos, etc. se han podido instalar aquí. Desde los pasillos hay entradas a estos vacíos con puertas de una altura normal por lo que todas las obras de reparaciones pueden hacerse sin tener que entrar en las habitaciones, incluso las que afectan los sifones de los lavabos, que también están en dichos vacíos.
Materiales
El sanatorio está adecuado a los distintos tipos de pacientes, teniendo presente elementos como la visión de la vegetación exterior o el uso de una lámpara de luz indirecta en los pacientes postrados.
Aalto diseñó los interiores cuidando de todos los detalles, como la introducción superficies curvas en el encuentro de paredes y suelos para facilitar la limpieza o la elaboración de una escupidera especial para los enfermos, que finalmente no fue utilizada. Así mismo diseñó el interior de las habitaciones y gran parte del mobiliario como la silla Paimio, pensada para facilitar la respiración de los enfermos, todavía en fabricación.