Catedral de Santa María de la Asunción
Introducción
La actual Catedral de Santa María de la Asunción en San Francisco es la tercera iglesia que cumple la función de Arquidiócesis de la ciudad. La primera (1854) aún sigue en pie y es conocida como Old Saint Mary’s Cathedral, la segunda (1891) fue destruida por el fuego en 1962.
Inmediatamente después de ese desastroso incendio, el arzobispo Joseph McGucken reunió a sus asesores para comenzar el proceso de planificación y construcción de una nueva catedral. Para tal proyecto el arzobispo contactó con tres arquitectos locales muy conocidos, Angus McSweeney, Paul A. Ryan y John Michael Lee, quienes comenzaron a presentar bocetos preliminares para la nueva catedral que abarcaba desde el estilo de la misión tradicional románica hasta la californiana. Los planes pronto tomaron un giro dramático como resultado de una acalorada controversia resultado de un artículo escrito por el crítico de arquitectura Allen Temko, quien abogó por un movimiento más allá de los conceptos arquitectónicos tradicionales para crear una nueva catedral audaz, que mostrara a San Francisco como un importante centro urbano internacional. Para construir una catedral que reflejaría el alma de la ciudad californiana, el arzobispo McGucken agregó dos profesionales de renombre internacional a su equipo, el italiano Pietro Belluschi, decano de la Escuela de Arquitectura del Instituto de Tecnología de Massachusetts, quien estuvo a cargo de los diseños y a Pier-Luigi Nervi, un genio de la ingeniería de Roma, que se hizo cargo de las preocupaciones estructurales.
En agosto de 1965 se comenzó a preparar el terreno y el delegado apostólico Luigi Raimondi bendijo la piedra angular el 13 de diciembre de 1967. El edificio se completó en 1970. La nueva catedral fue bendecida formalmente el 5 de mayo de 1971.
Ubicación
La catedral está ubicada en 1111 Gough St, San Francisco, Estados Unidos, en la parte alta de la colina de la ciudad, en el vecindario conocido como Cathedral Hill.
Concepto
Además de reafirmar el estatus de San Francisco como centro urbano internacional, el nuevo proyecto debería reflejar la grandeza de la ciudad incorporando las nuevas directivas litúrgicas promulgadas por el Concilio Vaticano II celebrado en Roma.
Directivas litúrgicas
Una nueva liturgia surgió del concilio que duró tres años: «la iglesia debe enfocarse, el concilio debe dirigirse hacia la unidad y la integridad». Los efectos de esta declaración fueron tanto arquitectónicos como litúrgicos. El consejo recomendó que las nuevas iglesias se centren en espacios únicos y sin obstrucciones, donde el santuario, la nave, el baptisterio y el nártex puedan unirse. El efecto de estos estándares de diseño se esperaba, uniría a la congregación y al sacerdote. Aunque antecede a la directiva del consejo, el diseño de Belluschi se ajustó a los cambios litúrgicos. El altar independiente de St. Mary se encuentra ligeramente elevado, rodeado en tres lados por asientos congregacionales. Los asientos se abren hacia afuera de manera tal que ningún asiento está a más de 30 metros del altar, y todos están unidos bajo el dosel de los paraboloides hiperbólicos acanalados de Belluschi y Nervi.
Diseño arquitectónico
Los contornos de la nueva catedral se aclararon a través de una serie de conferencias de prensa celebradas en 1964. El diseño sorprendentemente moderno que se presentó fue recibido con gran reconocimiento. El equipo de arquitectos del arzobispo McGucken había diseñado claramente una catedral igual a la grandeza de San Francisco, y que, según Nervi, era «La primera catedral verdaderamente de nuestro tiempo y en armonía con las reformas litúrgicas del Concilio».
El llamativo diseño de la catedral se deriva del principio geométrico del paraboloide hiperbólico, en el que la estructura se curva hacia arriba en líneas gráciles desde las cuatro esquinas que se unen en una cruz.
Belluschi y Nervi produjeron una serie de modelos del diseño de los cuales Nervi realizó varias maqueta de prueba consideradas “desalentadoras» por Belluschi. En el Istituto Sperimentale Modelli e Strutture en Bergamo, Italia, Nervi probó estos modelos en cuanto a su rendimiento y apariencia: algunos modelos intentaron resolver cómo los paraboloides cumplirían con los requisitos del terreno, mientras que otros probaron los efectos de las cargas de gravedad y la actividad sísmica. Nervi construyó un modelo a escala 1: 100 para pruebas en túnel de viento, también modelos de resina a escala 1: 40 y 1: 37 para pruebas sísmicas y un modelo grande a escala 1: 15 en hormigón reforzado para pruebas de carga por gravedad. Estas pruebas experimentales permitieron al ingeniero desarrollar un nivel de libertad en el diseño desarrollando nuevos límites y formas. A través de estas pruebas, Nervi determinó que, tanto para acomodar los requisitos del asentamiento como para rigidizar el edificio, la estructura de paraboloide tendría que ser reducida y colocada sobre una base cuadrada más grande. Nervi envió los dibujos resultantes a una empresa de ingeniería estadounidense, donde el diseño se probó en el espacio digital con el programa informático STRESS desarrollado por el MIT.
No queda claro a quien se le debe atribuir la autoría del edificio. Al parecer Belluschi desarrolló el diseño principal del edificio, aunque algunos informes atribuyen a Nervi la mayor parte del mismo.
Espacios
El edificio se levanta sobre una planta cuadrada de 75x75m que descansa sobre una base elevada que contiene una sala de reuniones, una rectoría y un aparcamiento. En el interior del templo la planta se distribuye en una iglesia cruciforme (cruz griega) de brazos iguales desde el centro con una dirección dominada por la ubicación de los accesos principales y el altar mayor. Las cuatro esquinas restantes se dedican a altares secundarios. El recinto tiene capacidad para 1200 asistentes.
La plaza de acceso tiene un suelo cuyo diseño se compone de formas básicas. Piezas de hormigón con dibujos de diamante en el centro realizados en ladrillo que a su vez forman cruces de ladrillo rodeadas por un círculo de hormigón.
Altar
Una de las modificaciones resultado del Concilio Vaticano II fue que el altar debería girarse para que el sacerdote se enfrente a los fieles. El altar de Sta María es austero y simple, una piedra que se levanta sobre una plataforma rodeada de asientos por tres lados.
Órgano
Sobre un pedestal independiente y esculpido se coloca un gran órgano construido por una antigua firma italiana de la ciudad de Padua, Italia, Ruffati e hijos, quienes se desplazaron hasta el lugar para instalarlo.
Estructura
Ocho paraboloides hiperbólicos de hormigón reforzado revestidos en travertino cuelgan de una estructura de acero a 58m de altura. Los paraboloides hiperbólicos son superficies doblemente reglada con forma de una silla de montar.
En su parte superior, la estructura de acero toma la forma de la cruz griega. Los delgados paraboloides, con un promedio de 14cm de espesor barren hacia abajo para finalizar. El edificio se asienta sobre un pedestal de ladrillos, calizas y hormigón reforzado. El peso de esta estructura desciende sobre enormes arcos abovedados huecos que contienen armaduras de acero. Estos arcos brotan de cuatro muelles igualmente masivos, atados por un cable pretensado al suelo, que se estrechan y luego se refuerzan hacia afuera.
La altura total del edificio es de 57,91m, pero cuando se agrega el tamaño de la cruz, la altura es de 74,68. La cruz mide 16,76m de alto.
Pilares
En las esquinas donde se ubican los altares secundarios se colocaron los cuatro pilares de hormigón armado en los que se apoya la cubierta, tanto la parte baja como la alta. En las esquinas también se ubican las ventanas con vistas a la ciudad de San Francisco.
Cada uno se los pilares con una base hexagonal irregular se alinea con las diagonales del cuadrado con una inclinación que favorece la trayectoria de las fuerzas. El capitel también es hexagonal con un plano inclinado hacia el centro del edificio. En su parte más estrecha cada pilar tiene una circunferencia de 7,32m y se incrustan 27,43m hacia abajo, en el lecho de la roca.
Cubiertas
La cubierta baja a dos aguas está compuesta con segmentos de paraboloides hiperbólicos de una manera que recuerda a la Catedral de Santa María de Tokio, de Kenzo Tange, que fue construida a principios de la década de los sesenta, de tal manera que la sección transversal horizontal inferior del techo es un cuadrado y la sección transversal superior, que se eleva 58m desde el suelo, es una cruz. Fue resuelta a dos alturas, una perimetral prácticamente plana y otra central concéntrica con la primera.
Cada una de las caras que forman esta cubierta nace en una de las aristas del capitel de los pilares en los que se apoyan. A su vez la inclinación es tan pronunciada que parece en si misma un capitel en el que se apoya la bóveda central que es la que forma la cruz. El techo está coronado por una cruz de 17m de altura.
La parte alta de la cubierta está formada por dos paraboloides definidos por dos cuadriláteros alabeados iguales y simétricos en relación al plano de la cubierta baja. Estos cuadriláteros que se entrecruzan forman la cruz que corona el edificio convirtiéndose cada mitad del cuadrado en uno de los brazos de la cruz, que se unen con bandas de coloridos vitrales que destacan con la luz del sol. Los arcos hiperbólicos de hormigón pretensado de la gran cúpula en forma de cruz griega son una obra maestra de acero y hormigón. Interiormente están formados por 1680 piezas triangulares prefabricadas con 128 tamaños distintos que transfieren todo el peso de la estructura al suelo.
Materiales
En su construcción se utilizó hormigón armado y acero. El hormigón fue vertido en los encofrados montados para la construcción de los pilares, encofrado cuya forma se realizó siguiendo las líneas rectas de los reglados de los cuadriláteros alabeados. Las costillas del encofrado se colocaron en la parte exterior del mismo para que una vez retirados las superficies quedaran lisas y sin marcas.
Exteriormente los brazos de la cruz están recubiertos con placas rectangulares de mármol travertino cuyas juntas siguen la dirección de las rectas del paraboloide que forma la cruz.
En el interior la superficie de cada hoja alabeada queda definida por la textura de las diversas formas triangulares que la forman y cuyas nervaduras fortalecen la delgada superficie a la vez que recuerdan el estilo gótico. Los paraboloides delgados e hiperbólicos están compuestos por cuatro capas, dos capas de moldes de hormigón prefabricados, una capa de gunitado pulverizado neumáticamente y una capa exterior de baldosas de revestimiento de travertino blanco. El piso de ladrillo rojo de la catedral recuerda la arquitectura antigua de la Misión y el rico patrimonio de la iglesia local.
Vidrieras
Cada uno de los cuatro laterales de la cúpula de la iglesia tiene vidrieras de György Kepes que continúan hasta la culminación de la cruz griega. La luz del sol que brilla a través de las vidrieras en el techo y los perímetros de la estructura ayudan a iluminar las áreas interiores de la iglesia y menor uso de electricidad.
Belluschi trajo a Kepes, quien era entonces profesor de diseño visual en el MIT, al proyecto. El diseñador, que estaba interesado en los efectos psicológicos de la luz, había organizado la exposición “La Luz como Medio Creativo” en Harvard en 1965. Aunque el Arzobispo McGucken le pidió a Kepes que incluyera el simbolismo en su diseño, Kepes insistió en que las vidrieras siguieran siendo no figurativas y que su efecto, la emisión de campos de luz, tendría prioridad sobre su contenido, aunque permitió un elemento de simbolismo: la ventana del oeste es roja para representar el fuego, el oro del sur para representar el aire, el azul del norte para representar el agua y el verde del este para representar la tierra. En lo alto, la cruz griega se representa en ámbar.
Colgando de la cruz ámbar está el “baldacchino” de 36.58m de altura de Richard Lippold, que suspende 14 niveles de varillas de aluminio triangulares con un fino cable de oro y en cuyo centro cuelga un crucifijo también de oro.