Casa Freeman
Introducción
A principios del siglo XX, Wright inició un período de independencia profesional en donde centró su tarea en una serie de viviendas denominadas «Textile Houses» entre las que se encontraba la Freeman House, así como la Casa Storer (1923), la Casa Ennis (1923), la Casa Alice Millard, también conocida como La Miniatura (1924), todas construidas en California, la mayor parte en Los Ángeles.
En 1969 la casa fue registrada como parte del programa Historic American Building Survey y desde 1981 figura en registro como Monumento Histórico de California y Monumento Histórico-Cultural de Los Ángeles.
La casa encargada por Samuel Freeman y su esposa fue gestionada, desde el momento de su construcción, como un espacio artístico y político de vanguardia en Los Ángeles hasta la década de 1980 en que los Freeman dejaron de residir en ella, donándola a la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Sur de California. En 1994 el terremoto de Northridge provocó grandes daños en la estructura volviéndola inhabitable.
Rehabilitación
La Escuela de Arquitectura con la ayuda de varios miembros de la facultad y ex alumnos obtuvieron donaciones y subvenciones, entre ellas de la Fundación Getty, la Fundación Andy Warhol y la Fundación Domino, entre otras. La Escuela invirtió además $1.5 millones adicionales e ideó un plan de rehabilitación dividido en tres fases. La primera comenzó en el 2000 con la sustitución de los bloques textiles vulnerables, el mobiliario interior, estabilización estructural y actualizaciones de los sistemas básicos.
Las siguientes fases se vieron frenadas por el fallecimiento del decano Dean Timme, principal motor e impulsor de la rehabilitación, aunque se espera poder seguir recaudando fondos y que la casa pueda volver a funcionar. En 2022 la Universidad vendió la casa al desarrollador inmobiliario Richard Weintraub con la condición de que la casa fuese preservada.
Situación
Está situada en un terreno en pendiente,1962 Glencoe Way, en una colina de Los Angeles, Estados Unidos.
Concepto
Fue construida con un sistema experimental de bloques de hormigón inspirada en los templos mayas y aztecas.
A lo largo de su carrera, Wright empleó el concepto de agrupación de diferentes motivos geométricos en los que cada uno representa la parte y el todo. Estos motivos son indiferentes a la escala y enmascaran las propiedades de los materiales. Ese principio compositivo explica el carácter de su arquitectura, en la que la metodología constructiva se corresponde con una metodología ornamental. Se trata de un sistema basado en la repetición sistemática del adorno que se supedita a la retícula inherente de los muros.
Esta casa presenta una total integración al entorno natural circundante, con marcadas líneas de aventanamientos horizontales, destacados tejados salientes en los perfiles de sus fachadas y la conformación de su plantas en torno a la chimenea.
Los techos terrazas se articulan con el terreno en pendiente de la colina en la cual se asienta.
Materiales
Los protagonistas en esta obra son los bloques de hormigón, modelados de acuerdo a formas geométricas. Para mejorar la resistencia del sistema, Wright colocó una trama de acero en los laterales de los bloques. También sustituyó los moldes de madera por otros metálicos, consiguiendo así piezas más regulares. Las juntas exteriores desaparecían tras una ranura semicircular que se rellenaba con mortero para sujetar el armado. El mortero era vertido después de colocar los bloques, por lo que no era necesario que un albañil especializado realizara la tarea. Se suponía que tanto los bloques como las paredes eran impermeables al agua. La única concesión de Wright respecto a la imprecisión del sistema fue el empleo de un muro doble para mejorar el aislamiento térmico mediante la cámara de aire que se generaba entre ellos. Lo cierto es que este espacio era necesario para asegurar la precisión de las paredes en ambas caras.
Al no permitir la construcción de forjados ni de cubiertas, el sistema es incompleto. Para subsanarlo, en este caso las vigas de hormigón se revistieron con bloques.
Desde el punto de vista económico el sistema no constituyó un éxito. La falta de normalización lo impidió ya que cada edificio precisaba un número de piezas diferentes. En la casa Freeman se utilizaron dos tipos básicos de de bloques – liso y decorado – que llegaron a sumar 56 modelos distintos y aproximadamente 12000 bloques.
Las insuficiencias técnicas del sistema fueron obvias desde un comienzo. El principio de los muros estancos al agua originó más problemas que la producción misma. Una de las causas de las grietas, filtraciones y el mal estado en general de las casas construidas con este sistema parece ser la mezcla empleada para construir los bloques. Esta no era adecuada para la producción de elementos impermeables ni tampoco lo era la proporción de cemento Portland y arena empleada en su fabricación.
Si bien se conseguía un aislamiento mediante el doble muro impermeable, la filtración de aire en la cámara interior provocaba en ella corrientes de aire por convección. Pese a la reducción en la capacidad aislante que este factor implicaba, el nivel logrado cumplía las exigencias de la época. Otro problema ostensible es el de la oxidación producida por la filtración de agua en la armadura. De haber previsto que esto podía ocurrir, la lesión se hubiera evitado fácilmente galvanizando el metal.
Estructura
La casa Freeman constituye una excepción en este sistema de casas con bloques de Wright. Aquí las esquinas se acristalan eliminando allí la estructura portante. En vez de tratarse de un cubo construido con cubiertas sencillas y muros portantes, esta casa se aproxima a la idea del esqueleto estructural, pues las cámaras de aire entre los bloques están rellenas con hormigón para crear pilares y vigas homogéneas.