Arquitecto reforma
Cristián Fernández Arquitectos, Lateral arquitectura & diseño: Cristián Fernández Eyzaguirre, Christian Yutronic, Sebastián Baraona
Diseñado en
1971
Reformado en
2009-2010 (etapa 1) – 2013 (etapa 2)
Área construida
44.000 m2
Ubicación
Av. Libertador Bernardo O'Higgins 227, Santiago de Chile

Introducción

El Centro Cultural Gabriela Mistral (ex Edificio Diego Portales) es un complejo urbano ubicado en Santiago de Chile.

Fue diseñado por los arquitectos Juan Echenique y Miguel Lawner. Su construcción comenzó en 1971, terminando en abril de 1972 para albergar la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD III). Fue promocionado por el gobierno de Salvador Allende, que reclutó a miles de voluntarios para la rápida ejecución de las obras, finalizadas en 275 días.

El edificio original se diseñó como una gran cubierta de dimensiones monumentales, para luego instalar debajo las funciones que el programa iba definiendo durante la construcción de la obra. Desde un inicio el impacto urbano fue profundo, ya que se trataba de un enorme edificio de proporciones horizontales que, por un lado se situaba prácticamente invadiendo la acera de la avenida principal de la ciudad y por el otro, irrumpía en medio de un barrio residencial de pequeños edificios.

Después de realizada la Conferencia, y cumpliendo con la vocación social que quiso imprimirle Allende, el edificio fue transferido al Ministerio de Educación, pasando a denominarse Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral, en honor a la poetisa del mismo nombre.

El edificio se construyó como obra símbolo del “hombre nuevo”. Tras el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, se transformó en la sede de gobierno del régimen del General Pinochet, encarnando el “Poder Total”. Ese mismo año, su nombre cambió por el de Edificio Diego Portales.

Allí funcionaron, el Poder Ejecutivo (bajo la administración de Augusto Pinochet) y el Poder Legislativo (conformado por la Junta de Gobierno). Con el retorno de la democracia en 1990, fue utilizado como centro de conferencias y convenciones públicas y privadas, y una de sus torres albergó la sede del Ministerio de Defensa Nacional.

El 5 de marzo de 2006, se declaró un violento incendio que destruyó un 40% de la estructura. La Gran Sala plenaria, con capacidad para 2000 espectadores, se arruinó completamente. Tras media hora de fuego, la cubierta metálica se derritió, derrumbándose sobre el edificio.

El gobierno de la presidente Michelle Bachelet encaró la reconstrucción del Centro, llamando a concurso público para una nueva propuesta urbana. En la definición final del proyecto compitieron cinco estudios de arquitectura seleccionados entre las 50 propuestas que se presentaron. El proyecto ganador fue el del arquitecto Cristián Fernández.

El plan contempló la transformación completa del edificio, trasladando las dependencias del Ministerio de Defensa dando lugar a un nuevo centro ciudadano de carácter cultural. El edificio pasó a ser un organismo autónomo, con una sala de espectáculos para dos mil quinientas personas, una sala dedicada exclusivamente a la danza, un archivo de artes escénicas y una audioteca asociada a una biblioteca, además de una sala de exhibición del Museo de Arte Popular Americano de la Universidad de Chile.

La inauguración de la primera etapa se realizó el día 4 de septiembre de 2010, dos semanas antes de la celebración del Bicentenario de la República. Aún queda pendiente la finalización del ala oriente del edificio planteada para 2012, consistente en una sala de espectáculos de 2 escenarios para 2000 personas y una sala de exposiciones fotográficas.

En 2009, Michelle Bachelet promulgó la Ley 20.386 que cambió la denominación del edificio a Centro Cultural Gabriela Mistral, «con la finalidad de perpetuar su memoria y honrar su nombre y su contribución a la conformación del patrimonio cultural de Chile y de las letras hispanoamericanas.»

Situación

Se ubica en Santiago de Chile, en la Alameda del Libertador Bernardo O’Higgins, junto a la estación de metro Universidad Católica.

En esta zona, la ciudad es extremadamente ruidosa, de tránsito denso tanto vehicular como peatonal y está colmada de edificios.

El conjunto se puede distinguir desde el Cerro Santa Lucía.

Concepto

La estrategia de proyecto se centró en la relación del edificio con el entorno a partir del diseño urbano y el espacio público. Con una propuesta simple, los arquitectos tomaron la idea del edificio original y la reinterpretaron, adaptándola al nuevo programa.

A partir del concepto de transparencia, desarrollaron cuatro puntos. El primero es la apertura hacia la ciudad y sus relaciones urbanas a través de una gran cubierta con volúmenes sueltos bajo ella. El segundo es la creación de nuevos espacios públicos. La apertura del edificio a la comunidad con la incorporación de programa comunitario conforma el tercer punto; y por último, la legitimación del proyecto a través de la incorporación de la mayor cantidad de agentes sociales en la configuración de un nuevo referente para la ciudad.

Espacios

El conjunto está dedicado a las artes y la cultura.

La propuesta se concretó con la segmentación del edificio original en tres edificios de menor escala. Se puede distinguir como una caja oxidada, una gran cubierta de más de 100 metros, que crea un espacio público de triple altura, imponente a escala peatonal.

Gran parte de la vida interior se puede ver desde el exterior, a través de amplias superficies vidriadas. Con este diseño, se buscó hacer partícipe tanto a los usuarios directos como a los habitantes de la ciudad con los espacios públicos y el diseño urbano.

Con distintos grados de transparencia, se exponen ciertos usos y se ocultan otros. Esto se concreta a través de un sistema de fachadas gradual que va desde la apertura y transparencia total, hasta lo opaco y cerrado. Las salas destinadas a las artes escénicas se visualizan en el proyecto como cajas o recipientes ciegos, desvinculadas del exterior, donde en su interior se despliegan la música, la danza y el teatro.

Materiales

Los principales materiales utilizados son el acero corten, el hormigón armado a la vista, el cristal, el acero y la madera. Todos estos se encontraban ya en el edificio original y fueron llevados al límite de su expresividad como estrategia de diseño.

El acero corten se utilizó como nexo entre pasado, presente y futuro. Se aplicó en revestimientos de fachada, cielorraso y pavimentos, usándolo tanto perforado como liso, plegado y natural.

En las fachadas se alterna su uso con muros cortina de cristal y grandes ventanas. Se diseñaron dos juegos básicos de fachada y varios juegos secundarios. Uno de los diseños principales establece al acero corten perforado como piel del edificio que intenta cubrirlo todo, interrumpiéndose cuando aparece un programa en el interior que merece ser visto, dejando aparecer un volumen de cristal que devela el interior. Esto se puede apreciar en la Sala de Ensayo de Danza, la Sala de lectura de la Biblioteca y de algunos halles del edificio. El segundo juego de diseño consiste en la deformación de la piel de acero en pliegues cuando aparece una caja de cristal, produciendo un cambio en la iluminación sobre las fachadas.

El pavimento está unificado, tanto en interiores como en las plazas exteriores donde se le han hecho aplicaciones aleatorias de acero corten en franjas de 10 x 120 centímetros.

Planos

Fotos

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