Edificio en la Michaelerplatz
Introducción
Este edificio es uno de los más famosos de Adolf Loos y el primero que realizó con usos mixtos, como edificio de vivienda plurifamiliar, y como local comercial. El proyecto fue encargado por la firma de sastres Goldman & Salatsch que fueron una vez más los «mecenas» de Loos y que ocuparían las tres plantas bajas del edificio con una de sus mayores tiendas.
Se trata de uno de los primeros edificios modernos en Viena.
Como todo lo nuevo causó una gran polémica entre la opinión pública, que en una ciudad como Viena y apenas entrados en el siglo XX no supo apreciar la obra de Loos y la llegó a tachar de basura o gallinero.
La polémica llegó hasta tal punto que las autoridades suspendieron las obras temporalmente en 1910 y no fue hasta que Loos introdujo algunas modificaciones asesorado por Otto Wagner que le permitieron reanudar y finalizar la obra.
Hoy en día el edificio de la Michaeleplatz es uno de los iconos de la ciudad de Viena y es considerado como uno de los primeros edificios modernos del continente Europeo.
Situación
El edifico se ubica en el numero 3 de la Michaelerplatz, en un solar que limita con la vía pública pro tres de sus lados, uno de ellos a la plaza y los otros dos a las calles Herreng y Kolhmarkt, en la zona centro de la capital Austriaca y acompañado por otros edificios de gran importancia histórica aunque con estilos arquitectónicos historicistas.
Concepto
Para Loos los dos usos que debía tener el edifico eran incompatibles. Es por ese motivo que decide crear dos piezas totalmente diferentes e incluso opuestas y yuxtaponerlas la una encima de la otra sin continuidad alguna.
Loos, como dejo plasmado en uno de sus textos más importantes: Ornamento y Delito, fue un fiel opositor de la arquitectura excesivamente ornamentada que se construía en la Viena de su época y ese es otro concepto que queda perfectamente plasmado en este edificio.
Ya que Loos concibió el edificio como dos piezas autónomas yuxtapuestas sin relación alguna nos parece que lo más correcto será explicarlas también por separado.
La idea de Loos de concebir los dos usos como edificios separados llega hasta el punto de que el zócalo oscuro de uso comercial tiene su propia cornisa de remate, como si el resto del edificio se hubiese añadido posteriormente.
Comercio
Las plantas dedicadas al comercio ocupan los tres niveles inferiores a modo de zócalo macizo y noble.
En su interior los amplios espacios se relacionan a diferentes alturas. Algo a lo que Loos siempre aspiraba proyectando los espacios no sólo en planta sino a la vez en sección y logrando de ese modo una comprensión enorme de las tres dimensiones del espacio y no las dos a la que se limitan los diseños tradicionalmente.
Los espacios no tienen la necesidad de separarse por muros portantes sino que lo hacen por pilares que a su vez están unidos entre sí por jácenas que sobresalen del plano del techo. Más allá de suponer un problema Loos utilizó este hecho para dividir los espacios virtualmente colocando incluso falsas vigas que remarcasen los usos de cada zona. Y es que no hay que olvidar que en las obras de Loos la planta del techo es tan importante como la planta del suelo ya que la primera por lo general nos aclara mucho más cuales fueron sus intenciones que la segunda.
Aún en el interior del edificio las superficies se recubrieron con materiales nobles como la madera tratada, pero siempre en superficies con formas y texturas lo más abstractas posibles, huyendo de la excesiva ornamentación.
La fachada de estas tres plantas zócalo es sin duda uno de los puntos de mayor interés dentro del proyecto. El discurso arquitectónico que en ella se da supera con creces la impresión que uno puede tener la primera vez que la observa.
Se recurre a las formas del mármol, colocado con excelente cuidado según sus formas internas, para lograr una fachada con el mínimo ornamento pero no por ello fría e inhóspita. Recordemos que se trata de una zona comercial donde lo que interesa es atraer al público y no espantarlo con superficies frías y muertas. El único ornamento que se coloca en este tramo de fachada son los escudos en bronce de la firma que ocupa el local, el rótulo y las farolas que iluminan la calle. Todos ellos como anexos a un edificio previamente acabado y no como parte del diseño.
Tras su viaje a Chicago donde Loos descubre los principios de la arquitectura moderna y de los rascacielos el arquitecto quiere adoptar las formas del nuevo movimiento, algo aún difícil en la Viena donde le toco vivir. El sin embargo quiso denominarse como el primer moderno en Europa y ese es un pensamiento que también dejó plasmado en esta fachada. Las ventanas en tribuna que coloca no son fruto de la casualidad, sino una copia, un guiño a uno de los edificios que más le fascino durante su viaje, el Edificio Reliance.
Loos es también consciente de que no se puede ser moderno en términos absolutos, sólo se puede ser moderno en relación a algo y por eso sabe que sus ventanas modernas no tendrán ningún sentido en solitario. Es por eso que las enmarca en el entorno más clásico que podamos imaginar, dos columnas dóricas. Estas columnas en fachada, al igual que las de la entrada están presentes únicamente para crear contraste, no asumen ningún papel portante por lo que podrían perfectamente no estar presentes.
Vivienda
En las cuatro plantas superiores dedicadas a vivienda nos centraremos en el espacio exterior, en la fachada.
Como ya hemos dicho estas cuatro plantas se sitúan encima de las tres de comercio por yuxtaposición, sin mantener relación alguna con las primeras. Podríamos decir incluso que más que no mantener relación crean una especie de opuesto. Nuevamente Loos busca el contraste, esta vez de la mano del color ya que el tono negro del zócalo en comparación con el tono casi blanco de las plantas superiores hacen imposible dudar donde termina uno y donde comienza el otro.
En esta fachada podríamos decir que el ornamento, más allá de colocarse en último plano “no existe”. Loos trata la fachada como un plano perfecto y uniforme sobre el que practica unas aberturas casi cuadradas sobre una retícula ortogonal perfecta para colocar las ventanas y permitir la entrada de luz a las viviendas.
Los acabados no transmiten nada (o al menos no transmiten los que solían transmitir las fachadas de la época) y las aberturas todas iguales y uniformes, sin jerarquía ninguna no ayudan a crear el mensaje.
Dentro de las aberturas las ventanas se dividen una vez más todas del mismo modo, sin hacer distinciones y al igual que en fachada según una cuadricula ortogonal perfecta.
El resultado podríamos compararlo a una de esas maquetas realizadas en color blanco por completo que sólo pretenden mostrar las formas y a las que suele llamar maquetas de trabajo o maquetas de concepto.
Podríamos pensar que el edificio se encuentra inacabado, que se abandonó la obra, o que los constructores se vieron obligados a acabarla como pudieron por falta de presupuesto. Pero nada más lejos de la realidad, todo en esta fachada está pensado y proyectado de antemano por alguien que sabía perfectamente la imagen y el impacto que tendría.
Alguien podría reprochar que las jardineras que se colocaron en algunas de las aberturas contradicen toda la descripción anterior, y efectivamente lo hacen. Y es que las jardineras no existían en el proyecto de Loos, sino que se vio obligado a colocarlas cuando el ayuntamiento le obligó a suspender la obra por considerarla una aberración y un delito dentro de la arquitectura recargada que se llevaba en la época en Viena. Fue entonces cuando otro gran nombre de la historia de la arquitectura, Otto Wagner, aconsejó a Loos la colocación de las jardineras asegurando que eran el mal menor, que serían lo que menos afectaría a su diseño y que le permitiría conseguir el permiso del ayuntamiento para seguir construyendo.
Espacios
Está formado por cuatro plantas de viviendas en la zona superior y por tres plantas comerciales en la inferior.
Para Loos estos dos usos eran incompatibles y por eso no existe relación alguna entre ellos. Los dos usos se separa ya desde le fachada pero también en el interior, donde los usuarios pueden acceder a ambos servicios de forma independiente.
En el proyecto empleó a gran escala el ‘Raumplan’ o ‘Planta Espacial’, concibiendo la planta en tres dimensiones. Este hecho se refleja sobretodo en las tres plantas dedicadas a comercio donde la posibilidad de relacionar espacios visual y espacialmente era mayor.
Aunque en un principio la tres plantas comerciales fueron ocupadas por la firma de sastres Goldman & Salatsch, quienes además encargaron el edifico a Loos, en la actualidad la ocupan la sede de un banco.
Estructura
Loos quiso dar toda la flexibilidad posible a los espacios interiores, por eso optó por una estructura de hormigón armado y tabiques no portantes que pudiesen ser facilmente replanteados de ser necesario.
La construcción en hormigón armado permite grandes luces y hacer flexible el espacio interior. Los pilares de mármol de la entrada y las otras dos fachadas no son portantes.
Materiales
En la zona comercial el edificio esta revestido de mármol Cipolino de Eubea (Grecia). Por lo contrario, las plantas de vivienda están provista únicamente de un revoque liso.
Tras la caída de Roma las canteras fueron olvidadas, y el medioevo y el renacimiento sólo pudieron trabajar con los materiales sustraídos a las construcciones de los romanos. Pasaron muchos años hasta que volvieron a descubrirse las canteras en Euböa, y por tanto la casa de la Michaelerplatz será el primer gran edificio con ese mármol, el más bello y más espléndido entre todos los tipos de mármoles según el propio Loos.
Loos siempre trabajó el mármol con gran esmero ya que conocía sus características intrínsecas a la perfección. En la fachada de la Michaeleplatz podemos ver como las piezas de mármol crean perfectas simetrías con sus vetas claras, efecto que se consigue cortando un bloque de mármol al medio y abriéndolo en dos.