Fundación Pulitzer para las Artes
Introducción
La Fundación Pulitzer para las Artes es el primer proyecto público del arquitecto japonés Tadao Ando en Estados Unidos. La institución se centra en la experiencia directa con el arte y dispone sus obras, tanto históricas como contemporáneas, de manera que dialoguen con el edificio del renombrado arquitecto y ofrezcan experiencias y perspectivas siempre nuevas e inspiradoras. La fundación también quiere ser un elemento cívico que ponga en contacto a la ciudadanía con el arte.
El edificio ha sido valorado positivamente por la crítica desde su apertura al público, habiendo sido incluso considerado como “la mejor obra de arquitectura en St. Louis desde 1891, cuando el edificio Wainwright de Louis Sullivan abrió” y como “uno de los mejores museos de pequeño tamaño de nuestro tiempo”.
Situación
La Fundación Pulitzer se encuentra en el número 3716 de Washington Boulevard en la ciudad de St. Louis, Missouri, Estados Unidos. Se puede llegar a él a través de las líneas azul o roja de metro, saliendo en la estación Grand Station, o a través de bus. En la zona existen otros equipamientos culturales como el Sheldon Concert Hall and Art Galleries y el Museo de Arte Contemporáneo de St. Louis.
Concepto
Uno de los factores más determinante en el diseño de este edificio es la relación entre los diferentes agentes que intervienen en el proyecto: la clienta, Emily Rauh Pulitzer; el arquitecto, Tadao Ando; y los artistas Richard Serra y Ellsworth Kelly, contratados por la señora Pulitzer para crear esculturas permanentes para la nueva fundación. A lo largo de los años en los que la propuesta se fue desarrollando, todas las partes entablaron un diálogo sobre cuáles debían ser los elementos básicos de una galería de arte.
El diseño del museo se centra en la relación de la arquitectura con las obras de arte y en como la primera influye en la percepción de las segundas. Por lo tanto los espacios del edificio son lugares interactivos en los que tres elementos, arquitectura, arte y espectador, interactúan.
Los principales materiales con los que el arquitecto trabaja son la luz, la geometría y el hormigón. La iluminación natural, que podríamos no considerar un material en sí mismo, es utilizado aquí como recurso arquitectónico que influencia de una manera muy marcada nuestra experiencia del espacio y nuestra visión de las obras de arte. La luz, cambiante a lo largo del día, transforma los espacios y aporta riqueza a toda la experiencia cultural de la visita a la Fundación Pulitzer.
El otro material principal en el diseño del edificio, el hormigón, define la parte tangible de la arquitectura a través de una geometría cartesiana. Tadao Ando, más allá de cumplir meramente con el programa del encargo, crea espacios que emocionan. El arquitecto logra estos efectos a través de la proporción y relación de los espacios.
“Para intensificar la emoción de entrar en una sala alta, necesitas experimentarla en relación con otro espacio bajo” – Tadao Ando
Uno de los espacios más importantes de la fundación es la piscina o estanque reflectante que se sitúa en el centro del edificio. Ésta aúna dos factores esenciales del proyecto: la luz y la reflexión. A través de este espacio la luz llega, directamente o reflejada en el agua, a los espacios interiores del edificio. Además, este espacio sirve de punto de unión entre el arte y el entorno urbano e invita al visitante a reflexionar sobre las relaciones entre ambos.
“Pienso que un edificio no puede existir por si solo en un sentido arquitectónico, y la influencia que el edificio hace en su entorno debe ser considerada en su diseño” – Tadao Ando
En este sentido, la fundación es todo un éxito, ya que ha servido para revitalizar la zona degradada del centro de la ciudad, propiciando la creación de otros centros de arte a su alrededor como el CAM y el PXSTL.
En este museo de escala casi residencial, cada espacio tiene un carácter diferente manteniendo siempre la relación y coherencia con el diseño del conjunto. El proyecto en su totalidad explora además el minimalismo, tanto en la arquitectura como en la materialidad.
La extensión del museo en la planta inferior, a la que no llega la luz natural, supone un contrapunto a los espacios de la parte superior. Mientras que en unos la luz fluye y cambia a lo largo del día, en los otros la iluminación, al ser artificial, es más controlada, por lo que se pueden llevar a cabo exposiciones individuales de diferente temática.
Historia
El proyecto tiene su origen en los años 90, cuando Emily Rauh Pulitzer y Joseph Pulitzer Jr. se plantearon la creación de un espacio para poder mostrar la colección de arte de la familia. En un inicio se pensó en reconvertir una antigua fábrica de automóviles en la nueva galería para así revitalizar el centro histórico de la ciudad que estaba en decadencia. Tras la muerte de Joseph Pulitzer Jr., con el proyecto aún en su fase inicial, se optó por reconsiderar toda la empresa. Emily Rauh Pulitzer buscó un nuevo emplazamiento y acabó comprando una propiedad en el distrito Grand Center de St. Louis.
En 1991 encargó el proyecto de la galería al arquitecto Tadao Ando y tras diez años, en los que el diseño fue variando y tomando forma, la Fundación Pulitzer para las Artes abrió sus puertas en octubre de 2001. En el proyecto también intervino el estudio de arquitectura Christner, de St. Louis, dando apoyo en los temas de diseño técnico y llevando la documentación y administración de la construcción.
En este proyecto el arquitecto tuvo que trabajar teniendo en cuenta el trabajo de dos artistas. Emily Rauh Pulitzer había encargado a Richard Serra y Ellsworth Kelly la creación de dos esculturas permanentes para la fundación. Esta exigencia del proyecto fue para Tadao Ando, según sus propias palabras, “una experiencia estimulante que me llevó a reconsiderar la arquitectura y lo que significa crear”.
El edificio ha sido un éxito desde su inauguración y ha ganado los siguientes premios: el 2003 AIA Central States Honor Award for Architecture, el 2003 AIA St. Louis Honor Award for Craftsmanship, el 2002 AIA St. Louis Honor Award for Architecture y el 2001 ACI Concrete Award Council of St. Louis.
Entre 2014 y 2015 la fundación reconvirtió la planta inferior en espacios públicos y de exhibición, aumentando la zona de exposición del edificio en casi un 50%. Para estas obras se volvió a recurrir a Tadao Ando y Christner, quienes reconfiguraron el espacio de 465 m2 en dos galerías, servicios y una gran escalera monumental de hormigón.
Espacio
Exterior
Desde el exterior el edificio se percibe como un conjunto de volúmenes y planos cerrados. En este sentido se trata de un edificio algo introvertido que se cierra al entorno en casi todo su perímetro, abriéndose solo en un punto, el estanque reflectante. El acceso a la galería se encuentra en la avenida Washington. Desde ella una rampa y una escalera dan paso a un patio a diferentes niveles en el que se encuentra la escultura Joe de Richard Serra. En este patio se llevan a cabo diferentes actividades a lo largo del año como pequeños conciertos y veladas cinematográficas.
Estanque reflectante
Entre las dos alas que conforman el edificio se encuentra la piscina o estanque reflectante. Éste contiene 56.781 litros de agua. El estanque está creado de tal manera que no se percibe su final, haciendo parecer que el agua no está contenida por nada y acentuando la reflexión del cielo y el edificio sobre ésta. El estanque, sin embargo, no es infinito, y al caer el agua al final de éste es recogida por una alcantarilla que la conduce por un circuito donde es filtrada y reconducida de nuevo al estanque. Junto a este espacio se encuentra la escultura Rock Settee de Scott Burton.
Interior
La Fundación Pulitzer abarca actualmente 2.973 m2, 2.508 m2 del edificio original y 465 m2 de la extensión llevada a cabo en 2015. El edificio se configura alrededor de un estanque de agua, generando una planta en forma de U que contiene espacios de exposición, una biblioteca y oficinas.
El ala este del edificio tiene dos plantas de altura y alberga la gran galería principal de 51.8 metros de longitud. El ala oeste, de una planta de altura, contiene espacios de servicio y salas de menor tamaño, además de una cubierta ajardinada.
El núcleo central del edificio se encuentra en la unión entre las dos alas del edificio y alberga el vestíbulo así como las escaleras principales.
Con la adición de los nuevos espacios expositivos de la planta inferior y su conexión con los existentes se crea una nueva circulación dentro del edificio. El itinerario circular de los espacios superiores alrededor del estanque termina ahora en la zona inferior, que ha sido diseñada para poder albergar exposiciones independientes.
Las plantas superiores se caracterizan por la luz natural cambiante y su efecto dinámico sobre la arquitectura y las obras de arte. Por el contrario, las nuevas salas, donde no llega la luz del sol, han sido diseñadas para ser espacios serenos y tranquilos. Un nuevo vestíbulo hace de unión entre estos dos espacios a través de una gran escalera monumental.
Obras de arte
La fundación contiene obras de arte tanto clásicas como contemporáneas. Además, alberga varias obras creadas especialmente para algunos espacios del edificio. En éstas, artistas y arquitecto colaboraron para acentuar la experiencia del visitante tanto respecto a la arquitectura como al arte.
Rock Settee
Esta escultura de Scott Burton, creada en 1988-1990, fue incluida de manera permanente en la fundación un año después de su inauguración. Se encuentra junto a la piscina reflectante y se presenta casi como un remanente histórico del lugar en contraste con la arquitectura moderna del edificio. Al acercarnos a la obra vemos, sin embargo, que los límites irregulares de la escultura de granito de 5 toneladas de peso, dan paso a un asiento desde el que se pueden apreciar las vistas de la piscina. Así, la escultura complementa el espacio contemplativo del patio y crea un diálogo entre lo monumental y lo diminuto que el visitante puede experimentar.
Joe
Richard Serra creó esta obra en 1999 bautizándola con el nombre de Joe en homenaje a Joseph Pulitzer Jr., fallecido pocos años antes, quien le encargó su primera obra para un lugar concreto en 1970. Esta escultura forma parte de una serie de tres espirales retorcidas hechas con acero desgastado, o más comúnmente llamado acero corten. La obra se sitúa en el patio de entrada a la fundación ofreciendo un contraste con las formas ortogonales y frías de la arquitectura de Tadao Ando, contraponiendo el hormigón estático al acero de silueta cambiante y orgánica. Las curvas de la obra lleva al visitante a un espacio interior que enmarca la visión del cielo.
Blue Black
Esta obra del artista Ellsworth Kelly, diseñada en el año 2000, fue creada especialmente para una pared vertical de la galería principal sobre la que incide la luz proveniente de un estrecho lucernario. La obra consiste en dos paneles de aluminio pintados. El tamaño de la escultura es lo suficientemente grande para llamar la atención del visitante y lo suficientemente pequeño para mantener una buena proporción con el espacio en el que se ubica. Su geometría rotunda y su posición respecto a la luz hacen que aparezca casi como un tótem en el espacio puro de la galería.
Estructura
La estructura de la Fundación Pulitzer está compuesta por muros y pilares de hormigón in situ creados con encofrados especiales para conseguir el acabado tan pulido característico de esta obra. El proceso de la construcción puede apreciarse en las marcas dejadas por las sujeciones de los encofrados a lo largo de las superficies de los muros.
Materiales
Tadao Ando, siempre en busca de la experimentación en vez conformarse con técnicas ya conocidas, explora en este proyecto los límites materiales del hormigón.
El interés del arquitecto por este material proviene de su visita a la Unite d’habitation de Marsella, obra de Le Corbusier. El efecto dinámico visto en ésta le lleva a experimentar con el material y llevarlo a otro nivel consiguiendo un acabado sedoso, característico ya de su obra.
La técnica necesaria para conseguir esos resultados era poco o nada usada en esos momentos en Estados Unidos, por lo que el arquitecto tuvo que hacerse con un grupo de trabajo especializado y muy hábil. Finalmente en la obra se utilizaron más de 3.800 m3 de hormigón.
El minimalismo de la forma del edificio se extiende también a la elección de materiales, estando éste construido prácticamente solo a base de hormigón. En la obra se puede apreciar un especial interés en los detalles, tanto en de los acabados pulidos, como en el uso de la luz natural y la limpieza de diseño en elementos como barandillas o iluminación artificial.
El pavimento de las plantas superiores es de hormigón pulido mientras que el de la planta inferior es de madera, dando una sensación más cálida al espacio. La climatización de las salas se hace a través de unas rejillas situadas en el suelo. A parte de los elementos de hormigón solo encontramos en el interior otra materialidad, particiones y falsos techos de color blanco que van en línea con el minimalismo de toda la obra.
En el exterior el hormigón también es el material predominante. Las líneas rectas y ordenadas configuran tanto los volúmenes como las juntas del pavimento.