Arquitecto asociado
PLH Arkitekter
Arquitecto reforma
Zaha Hadid, Patrik Schumacher
Ingeniero
Ove Arup & Parnters, Birch & Krogboe
Ingeniero estructural
Jane Wernick Associates, Birch & Krogboe
Ingeniero acústico
Birch & Krogboe
Ingeniero Eléctrico
Arup Lighting
Promotor
Museo Ordrupgaard y Ministerio de Cultura Danés
Año de Construcción
2005
Reformado en
2001-2005
Área construida
1150m2
Ubicación
Charlottenlund, Dinamarca

Introducción

El Museo Ordrupgaard fue construido en 1918 como casa de campo y lugar de exposición para la notable colección de pinturas Impresionistas y Fauvistas francesas y danesas que poseía el magnate Wilhelm Hansen. El edificio ha sido un museo público desde 1953. Con la ampliación realizada en 2005 por la arquitecta Zaha Hadid y la casa de Finn Juhl en 2008, el museo ha adquirido un fuerte perfil arquitectónico.

Extensión

La extensión realizada por Zaha Hadid y Patrick Schumacher en Ordrupgaard redefinió la relación entre los jardines del edificio, creando un nuevo paisaje en sí mismo en armonía con su entorno, a la vez que permite a los visitantes un recorrido no fragmentado entre la construcción, las colecciones y los jardines, en una interacción fluida y continua entre los diferentes elementos y aspectos del lugar.
La propuesta presentada por la arquitecta ganó un concurso organizado por el Ministerio de Cultura de Dinamarca en el 2001.

Casa de Finn Juhl

Finn Juhl fue un arquitecto danés, diseñador tanto de interiores como industrial, más conocido por su diseño de muebles. Fue una de las figuras principales en la creación de «diseño danés» en la década de 1940.
Su propia casa es un ejemplo de la intención de Juhl como arquitecto y diseñador. Construyó la casa en Kratvænget 15 en Ordrup, en 1942 en un terreno de 1.700 m² de su propiedad, junto al parque de Ordrupgaard. Gracias a una donación privada de Birgit Lyngbye Pedersen, la casa es ahora una parte permanente de Ordrupgaard. Las puertas se abrieron al público el 3 de abril de 2008.

Situación

El Museo de Arte Ordrupgaard está situado cerca de Jægersborg Dyrehave, en Charlottenlund, calle Vilvordevej 110, un área suburbana al norte de Copenhague, Dinamarca. El museo alberga una de las más importantes colecciones de arte danés y francés del siglo XIX y principios del siglo XX del norte de Europa.

Concepto

El diseño se basa en la interpretación personal de Zaha Hadid en relación al paisaje circundante y la relación con el edificio original, tanto en tamaño y proporciones, como en el espacio destinado a las nuevas galerías. La realización de esta interpretación ha permitido duplicar el espacio disponible para exposición y para el público.

“… la ampliación del Ordrupgaard presentó una oportunidad para explorar nuevas relaciones formales entre los componentes del museo y el jardín que lo enmarca, en la medida en que el conjunto constituye una especie de topografía en sí mismo…” ( Zaha Hadid)

Al igual que en muchos otros proyectos diseñados por Hadid, la arquitecta ha trabajado para decodificar e interpretar el entorno. Antes de comenzar hizo estudios sobre el terreno en el parque de Ordrupgaard, el resultado se ha traducido en una sofisticada y moldeada figura que casi “cuelga” en el terreno ondulado. Se ha dicho que la extensión recuerda una ballena varada y también una nave espacial. Independientemente de las asociaciones, se trata de un edificio que se pliega perfectamente a la topografía del paisaje.

Espacios

El nuevo edificio con una fachada de cristal en la cual se refleja el paisaje circundante y se vislumbra el interior, obtiene su contrapunto de opacidad mediante una piel de hormigón negro realizada in situ que lo envuelve, complementado con diferentes excavaciones y terraplenes que completan su disposición en el terreno.
La experiencia del espacio es el punto principal de la extensión, que está a la vez en armonía y en contraste con la antigua casa señorial. La extensión ha duplicado el espacio de Ordrupgaard, que ahora asciende a más de 3.300 m², creando salas para nuevas instalaciones de exposición, una sala de usos múltiples, un vestíbulo y una cafetería.

Interior

El nuevo acceso se realiza desde un patio que separa físicamente el nuevo edificio del antiguo edificio de la Galería Francesa.
El Foyer corre paralelo al patio, señalando a los visitantes la dirección de las 5 nuevas galerías, rendijas iluminadas actúan como dispositivos de orientación.
En el interior, el edificio se abre como un «espacio fluido», donde es difícil detectar la transición entre galerías y corredores, entre los pisos y techos.

Las salas constantemente se acoplan a las curvas del terreno con el techo subiendo y bajando a medida que se avanza. Las grandes superficies acristaladas acercan el paisaje circundante y permiten la entrada de luz diurna reforzando la integración del edificio.

 

Una larga rampa inclinada divide los espacios temporales y galerías permanentes y conduce a la Sala de Usos Múltiples y al Café que se enfrentan al jardín. El café de color blanco brillante en un extremo de las curvas de la construcción, a la derecha del jardín, crea la sensación de algún conservatorio ultra-moderno y muy elegante.
En muchos lugares, las paredes son inclinadas e irregulares, explorando una gran variedad de ángulos torcidos.

Galerías

La luz natural se filtra y se modera a medida que pasa a través de la envolvente del edificio, el techo. El hormigón-lava oscuro comparte protagonismo con el vidrio, algunos curvos otros con ángulos extremos. Sin embargo en el corazón del edificio, donde está el arte, los espacios son casi “mimados”. Aquí, el techo de concreto gris se corta con rampas de luz, siempre con la intensidad justa para la visualización y la conservación de las pinturas.

Terrazas

Las terrazas están diseñadas para conectarse con las ya existentes en los jardines de la Mansión, permitiendo a los visitantes una nueva conexión visual.

Estructura

 

La galería más occidental es en realidad un voladizo que conecta la extensión con el antiguo edificio a nivel del segundo piso. Sin marcadores visuales de la transición, aparte de una rendija de luz en ambos lados de la pared, se pasa sin problemas de lo nuevo a lo antiguo. Este es un gesto deliberado, pues el voladizo no se beneficia estructuralmente de la presencia de las paredes. Externamente la unión es reconocida, formando un pórtico en la escalera exterior que lleva a los visitantes hacia el jardín sur y proporciona acceso a los espacios de la cocina y demás habitaciones de la planta.

Este voladizo que sirve de puente dictó el espesor de la estructura sándwich, con 200mm de aislamiento entre la piel exterior de hormigón de 150mm hasta el soporte de 330mm de la pared interna, también de hormigón armado. Estos 680mm dan una orientación de la lógica estructural, evidente en todas partes, desde la apariencia de piedra acrílica del bar hasta las paredes curvas que comunican con antigua terraza, pasando por el techo que navega oscuro sobre las galerías y fluye por debajo del suelo, guiando al visitante por la rampa a la sala de exposiciones temporales que se levanta libre de ataduras a tierra y se incorpora al paisaje.

Materiales

En la construcción de la sólida estructura se han utilizado principalmente hormigón armado, vidrio y acristalamiento de aislamiento.
En el movimiento suave y fluido la extensión del antiguo Ordrupgaard transmite una elegante transición entre el paisaje y la arquitectura. Las grandes fachadas de cristal dibujan la luz y la naturaleza dentro del edificio, a su vez, el edificio fue moldeado en hormigón de lava negro. El táctil color negro parece casi vivo en su juego de matices, a veces negro mate otras gris brillante, dependiendo de la luz y de la hora del día.

Planos

Fotos

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