Museo Nacional de Arqueología Subacuática en Cartagena
Introducción
Cartagena, continuando los pasos de las ya numerosas experiencias de waterfront llegadas desde los Estados Unidos, con ejemplos relevantes en algunas ciudades españolas como Barcelona o Vigo, decidió hace unos años colonizar los terrenos del muelle de Alfonso XII, reservados hasta entonces a instalaciones y faenas portuarias.
Construcciones industriales vinculadas a viejos usos portuarios fueron demolidas. En su lugar nuevos edificios, como el Museo Nacional de Arqueología Subacuatica, contribuirán a generar un nuevo foco de actividad que revitalizarán la cornisa marítima y la ciudad.
Darán lugar a un nuevo territorio de intercambio cívico para todos los ciudadanos, en ese espacio fronterizo y privilegiado donde la ciudad acaba y empieza el mundo.
El proyecto del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra para el Museo Nacional de Arqueología Subacuática recibió el primer premio en el Concurso Nacional de Proyecto y Obra y ha sido exhibido en el MOMA de Nueva York.
Situación
El Museo Nacional de Arqueología Subacuática se levanta en el muelle de Alfonso XII, en el puerto de Cartagena.
El muelle de Alfonso XII, tensado y recto, construido en 1872 por delante de las murallas de Carlos III, en terrenos ganados al mar, constituye el borde físico de una ciudad caracterizada por su imponente y hermosa geografía.
Concepto
El paisaje portuario se caracteriza por su incesante movilidad. El ir y venir de los grandes cargueros o buques de la Armada, las estibaciones de contenedores o el continuado ajetreo de las grúas dibujan un paisaje en tránsito, cambiante, nunca acabado.
La arquitectura propuesta para el Museo no se inspira ni en las formas de los barcos, como sugería la tradición moderna, ni en la arquitectura urbana de la ciudad, sino que responde a las condiciones específicas del lugar. Pero los lugares trascienden su propia territorialidad física y el edificio enraizándose en su lugar evoca, al mismo tiempo, el mundo de otros lugares. Es un edificio que toma de la subterraneidad el argumento del proyecto.
Proyecto
Al tratarse de un Museo Nacional el programa del edificio propuesto es doble. La opción proyectual de construir dos edificios sobre la tersa plataforma del muelle de Alfonso XII bien podría responder a estas consideraciones de programa. La limitación de la edificabilidad máxima sobre la rasante de la parcela, haría imprescindible construir bajo la cota del muelle a fin de cumplimentar la demanda de superficie solicitada, pero van a ser consideraciones de otro orden las que finalmente nos lleven a plantear la idea del edificio excavado.
- El Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas:
Destinado a funciones de investigación, restauración, conservación y protección del patrimonio arqueológico sumergido.
- Museo Nacional de Arqueología Subacuática:
En esta parte se realiza la exhibición y difusión del patrimonio subacuático referente a todos aquellos rastros de la existencia humana que tengan un carácter cultural, histórico o arqueológico y que hayan estado bajo el agua.
Consideramos, pues, pertinente que el visitante del Museo se adentre penetrando en el interior de la tierra, en referencia al mundo subacuático y subterráneo, procedencia del patrimonio sumergido. En segundo lugar, se trata de un terreno de relleno. La plataforma que constituye el muelle de Alfonso XII se produce como consecuencia del aterramiento del espacio frente a las murallas marítimas de la ciudad de Cartagena. Se trata, por tanto, de un espacio donde antes estuvo el mar. Los materiales, objeto de la exposición, vuelven así a su lugar de procedencia, ahora bajo la pesada capa de piedra del viejo muelle portuario.
Espacios
El edificio emerge a superficie con solo dos elementos: El Centro Nacional y el gran lucernario del Museo excavado. Entre ambos, una amplia rampa desciende conduciendo al visitante al interior del Museo. La experiencia del entrar se percibe, por tanto, como la metáfora de una inmersión en el mar.
Volúmenes
Los dos volúmenes, uno largo, prismático y opaco se dispone junto a la vía de tráfico trazada por delante de las murallas y en paralelo al cantil del muelle, el otro, quebrado, anguloso y más transparente por el lucernario de las salas de exposición, adoptan en conjunto una geometría que les permite conformar una suerte de plaza sobre el muelle, un vestíbulo del edificio, una antesala del Museo.
Un espacio público para la exposición al aire libre, desde donde se podrán percibir algunos de los elementos expuestos en el interior de la pieza del lucernario.
Centro de Investigaciones
La posición del edificio del Centro de Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas, en paralelo a la nueva vía de tráfico, que segrega la ciudad de los nuevos territorios colonizados, va a permitir preservar para el ciudadano este espacio de acogida del Museo.
Este se organiza en tres niveles, uno de ellos enterrado como el Museo y en el cual comparten relaciones funcionales como el vestíbulo, la tienda, el guardarropa o los aseos y los otros dos niveles sobre rasante, uno en cota 0,00 y el otro +3,50 conformando el volumen prismático que recorre 137 metros con una anchura de 10metros.
En la fachada sur del Centro de Investigaciones una hendidura horizontal rasga el edificio permitiendo la entrada de luz y ventilación a los espacios subterráneos.
El edificio cuenta con instalaciones adecuadas para la conservación de archivos documentales, fotográficos y planimétricos.
Museo
Desarrollado bajo tierra, una de las piezas del Museo destinada a Exposiciones Temporales, con 500 m2, se prolonga hasta alcanzar el borde del muelle, gestionando su relación con el mar a través de un gran ventanal, paisaje de luz y de mar, dando así razón de ser de su ubicación al borde del Mediterráneo.
El lucernario, de trazado quebrado y azaroso, con una altura de 8 metros se inserta hacia el mar tensionando con su geometría angulosa la traza rectilínea del cantil del muelle. A través de su cristales recibe luz natural el espacio interior del Museo en su cota más baja -6,00 metros. En el extremo oriental se localizan dos niveles intermedios, el más bajo podría albergar otro espacio expositivo y el segundo está ocupado por la cafetería.
El Museo dispone de una relevante área destinada al Departamento de Difusión, con aulas preparadas para desarrollar los talleres y actividades previstas. En esta línea de formación y de necesaria divulgación científica, el Museo dispone también de un Salón de Actos, dotado de los últimos avances tecnológicos que lo convierten en un espacio polivalente para celebrar todo tipo de actos.
Espacio público
Merced a su condición de edificio excavado, el volumen construido sobre la cota de superficie es solo la mitad de lo permitido por las normativas municipales, por lo que se ha reducido al mínimo la construcción sobre el muelle, cediendo así espacio público para el uso y disfrute de los ciudadanos. Este nuevo espacio urbano, resultado de la forma en que estas dos piezas se sitúan en la parcela, es plaza pública y al mismo tiempo vestíbulo abierto del nuevo Museo. Es ciudad y al mismo tiempo es arquitectura. Una arquitectura que pone su acento en su dimensión urbana, que se distancia de su condición de objeto para convertirse en paisaje.
Con especiales vistas sobre la bahía de Cartagena el espacio dedicado a esparcimiento ofrece una cafetería, un restaurante, salones donde es posible celebrar congresos o representaciones teatrales ya que cuentan con todos los recursos tecnológicos necesarios, aulas didácticas, tienda y una completa biblioteca especializada.
Materiales
En la construcción se ha utilizado una gran variedad de materiales, entre ellos hormigón tintado en los alzados, basalto chino en los pavimentos, acero y cristal. Todos estos materiales, como también las lamas metálicas que rodean el lucernario, ofrecen una imagen actual y dinámica del edificio. Las cubiertas de los dos volúmenes han sido resueltas con chapas de cinc.