Arquitecto
Diseñado en
1989
Año de Construcción
1990-1991
Ubicación
Hompukuji, Hyogo, Japón

Introducción

El Templo del Agua, también conocido como Templo Honpukuji , es el principal del Ninnaji Shingon, la secta más antigua del budismo tántrico en Japón, fundada en 815.

Pocos proyectos de Tadao Ando muestran mejor que esta obra la contribución del arquitecto a la cultura de su país: más que un edificio es una experiencia sensorial que representa un cambio radical en la tradición milenaria de la construcción de templos en Japón.

Sus formas geométricas y simples como círculos, arcos, líneas y rectángulos crean una masa arquitectónica de diseño puro y minimalista.

Situación

El templo está ubicado en Hompukuji, en un enclave con vistas a la bahía de Osaka y rodeado por un paisaje de verdes colinas.

Hompukuji es una pequeña ciudad parcialmente edificada y situada en la parte septentrional de la isla de Awajishima que no posee una identidad definida. Hompukuji se ha convertido en parte de Awaji, Japón.

Concepto

Por su forma, materiales y secuencia de los espacios, el Templo del Agua está muy lejos de las estructuras lignarias de los templos budistas clásicos pero se parece a ellos por su cualidad mística del espacio. Entre los bosques de bambú, las montañas, los campos de arroz y el mar, el templo aparece como un lago de flores de loto, encerrado en una fina estructura oval de hormigón protegido por barreras de cemento liso.
En sus formas hay fuertes simbolismos, una parte de ellos están escondidos pero otra parte se muestran manifiestamente, y pertenecen a la doctrina budista y a la tradición filosófica japonesa más antigua.
El mismo loto, símbolo del Cielo, representa la aparición de Amida Buda, que según la creencia popular lleva un mensaje celeste del Paraíso.

Respetando las particularidades dogmáticas y sus símbolos fundantes Ando crea una obra nueva y sincrética: el aporte occidental está dado por el material y la técnica; el oriental, por el ingreso –diríase crudo- de los factores naturales. El viento, la luz y el agua no están meramente “evocados” en esta construcción, sino que constituyen una verdadera “experiencia” en el cuerpo del visitante.

Espacios

La experiencia sensorial, diseñada por Ando, empieza cuando uno se acerca al templo, entre los matorrales y los árboles y ve la superficie pulida de cemento de las barreras que protegen el lago y un largo sendero de grava blanca, que da inicio a la procesión de purificación antes de acceder al lugar sagrado.

La llegada al templo consiste en una estructura laberíntica pues es necesario atravesar aberturas a lo largo de muros para alcanzar el corazón del edificio.
Se trata de una larga pared de hormigón de 3 metros de altura con un solo vano.

Una vez cruzado se ofrece otro muro, esta vez curvo, bordeado por un camino de grava blanca. Detrás de éste se descubre un estanque ovalado con lotos que, sorprendentemente es el techo del templo, que en parte se encuentra ubicado bajo tierra con lo que para acceder al santuario se tiene que bajar una escalera que corta en dos el estanque. La sensación que se tiene cuando se camina entre las flores de loto es la de encontrarse en un lugar que trasciende la vida cotidiana, donde la sintonía de la arquitectura con la naturaleza y el reverbero del plácido espejo de agua inducen a la meditación y al ascetismo. El acceso al santuario no es inmediato, todavía queda un juego de elementos de geometrías elementales que crea un recorrido que conduce progresivamente y con continuas sorpresas al lugar de culto.

Mucho más que la simple inversión del tradicional recorrido de ascensión al templo, aquí Ando utiliza una serie de espacios arquitectónicos diferentes, concebidos como una sucesión de lugares de iniciación.

En el diseño de Tadao Ando la luz y la sombra juegan un papel muy importante y son clave para lograr el equilibrio en el diseño del templo. Los utiliza cuidadosamente en las intersecciones de los espacios interiores y exteriores, así como en las aberturas colocadas adecuadamente.

Después de haber bajado la estrecha escalinata, entre los muros de cemento típicos de las obras de Ando, se llega por fin al espacio sagrado donde el hormigón es reemplazado por una celosía de madera roja diseñada a lo largo de un cuadrado de 17.4 metros de lado en un círculo de 18 metros de diámetro, donde se encuentra una estatua de Buda., detrás de la cual se ubica la única entrada de luz natural..

Ando ha transportado bajo tierra la forma oval de la piscina para traducirlo en el recinto sacro, en su interior ha organizado los diferentes espacios, la ha dividido en dos con la larga escalinata y de esta forma la mitad la ha dedicado al santuario y la otra mitad a las habitaciones.

Estructura y materiales

Ando utiliza el hormigón, que funciona como hilo conductor de una estética, demostrando el extraordinario poder de síntesis cultural de Ando, ya que el material constructivo de los templos budistas es, en su mayoría, la madera. Como principal material de su estructura Ando dejó desnudas las superficies tanto interiores como exteriores, detalle que con el tiempo se convertiría en la firma del arquitecto.

Las pares del santuario están pintadas de color rojo bermellón, al igual que el enrejado de madera que sigue el piso curvo del corredor. Este enrejado de 4m de alto está colocado a intervalos de un «ken», módulo tradicional japonés equivalente a 1,8m. El patrón de celosía de madera conocido como elemento icónico de la arquitectura japonesa ayuda a dar un carácter Zen, permitiendo el paso de luces y sombras difusas.

Planos

Fotos

Maqueta
Alzados y secciones
Emplazamiento
Planta sotano